Este próximo viernes 22 de agosto se festeja el Día del Folklore Argentino, que coincide con la celebración del Día Mundial de Folklore aunque por distintas razones uno y otro.
El primero homenajea a Juan Bautista Ambrosetti, etnólogo y arqueólogo entrerriano nacido el 22 de agosto de 1865. El segundo se debe a que el 22 de agosto de 1846, el escritor inglés William John Thoms utilizó por primera vez la palabra folklore, acuñada por él, en una carta dirigida a una revista literaria británica.
Con ese término Thoms designaba ese conjunto de danzas, músicas, rituales y costumbres que se transmiten a lo largo del tiempo y de una manera en general anónima, en una comunidad o un pueblo y en un marco no urbano.
El Día del Folklore Argentino se festeja este viernes a las 20, con entrada libre, en el Palacio Libertad, ex CCK, en Av. Leandro Alem y Sarmiento. Participan la Orquesta Nacional de Música Argentina, dirigida por Lucía Zicos, además de artistas invitados y una pareja del Ballet Folkórico Nacional integrada por Carolina Barbatto y Alexis Bogado.
Tanto la Orquesta Juan de Dios Filiberto como el Ballet Folklórico Nacional integran el organismo de elencos estables de la Secretaría de Cultura de la Nación.
El folklore, ¿algo nuevo, algo viejo?
Sin ninguna duda el concepto de folklore fue volviéndose más flexible, menos anónimo y con límites más difusos a medida que el tiempo iba transcurriendo. Pensando sólo en nuestro propio acervo, nadie podría negar que Atahualpa Yupanqui o Jorge Cafrune fueron compositores folclóricos.

Pero profundizar en este punto implicaría meternos en un berenjenal de definiciones y contra definiciones interminable. Es mejor hablar de lo que todos reconocemos como folklore, aun sin poder definirlo con exactitud: cómo y dónde se manifiesta, quiénes lo practican de una manera espontánea o profesional, en qué consisten las benditas fusiones.
Quizás no haga falta decir que la práctica de los bailes folklóricos está presente en el territorio entero de la Argentina, contando sencillamente desde la avenida General Paz hacia todos los extremos del país. No hay pueblo, por pequeño que sea, que no tenga su academia de folklore donde los niños aprenden desde muy tempranamente.
Sin embargo, la ciudad de Buenos Aires no fue particularmente receptiva al folklore exceptuando algunas épocas más propicias, como la década del ’60.
Algo está cambiando, sin embargo. El periodista Eduardo Barone hizo en estas mismas páginas, pocos meses atrás, un detallado recorrido de la presencia del folclore en el ámbito porteño: festivales en teatros históricos de la calle Corrientes o en ámbitos muy ajenos al folklore como Vorterix o el Movistar Arena, nuevas peñas, cursos de bailes tradicionales gratuitos auspiciados por el Gobierno de la Ciudad y encuentros de danza en grandes espacios al aire libre como Parque Patricios y Parque Saavedra.
El Taller de Danza del San Martín
En el mes de julio pasado, como es ya una costumbre instalada, el Taller de Danza del San Martín, esa extraordinaria escuela de perfeccionamiento que dirigen Norma Binaghi y Damián Malvacio, hizo su muestra de coreografías contemporáneas.

Pero esta vez incluyó una obra de 15 minutos creada por Jimena Visetti y Rodrigo Colomba en la que estos coreógrafos e integrantes del Ballet Folklórico Nacional -una de las grandes compañías de danza del país- fusionaron el lenguaje contemporáneo con elementos de bailes litoraleños para luego culminar con una zamba colectiva y una chacarera en una ronda gigantesca que incluyó a una porción de valientes espectadores. Una fiesta.
El público, centenares de personas, reaccionaron con mucha emoción a esta obra y cabe preguntarse si en su mayoría estarán cerca de las músicas o las danzas de la tierra. Posiblemente no. Pero es que la tradición y la pertenencia subsisten, incluso cuando no tengamos conciencia de que esto ocurre.
Una pareja de baile
Carolina Barbatto y Alexis Bogado forman parte del Ballet Folklórico Nacional y participarán con tres danzas en la celebración del Día del Folklore.

Carolina proviene de Máximo Paz, provincia de Santa Fe y comenzó siendo muy pequeñita sus clases de danzas folklóricas. Formó parte de los conjuntos infantiles y luego juveniles de su pueblo, más tarde siguió bailando por otros rumbos e ingresó al BFN en el año 2003.
Alexis es de Lomas de Zamora. Comenzó también de pequeño, atraído por el malambo. También perteneció a distintos ballets folklóricos de Lomas de Zamora, hizo su secundario en la Escuela Nacional de Danzas, bailó en diferentes compañías y en 2011 ingresó al BFN.
-¿Qué representa para ustedes pertenecer a este mundo del folclore y desde tan pequeños?
Carolina: -Antes que nada, representa algo muy vivo. Suele pensarse al folclore como una entidad que pertenece al pasado, pero en realidad forma parte de tantas cosas que leemos, escuchamos, comemos, vestimos y que constituyen una identidad. En cada provincia o región de la Argentina hay danzas, comidas, costumbres, modos de hablar que las identifican. En mí misma, dicho por otra gente, se transparenta todavía la niñita que fui en un pueblo pequeño de Santa Fe.
Alexis: -Reconocernos en el folclore es reconocernos como argentinos, desde la danza más simple hasta compartir un mate, un asado, una peña. Y escuchar su música, que para la gente que viene desde las provincias a vivir a Buenos Aires es una forma de compensar su desarraigo. Creo que el folclore es sobre todo un punto de encuentro.

-Para los integrantes del BFN, en general, que viven de su profesión, ¿también el folklore forma parte de su vida cotidiana?
Alexis: -Quizás no tanto ahora que estamos más grandes y ya tenemos nuestras familias; pero hasta hace no muchos años frecuentábamos las peñas que había y hay en Buenos Aires.
-El BFN viene incorporando obras que incluyen lenguajes contemporáneos, ¿cómo reciben estas nuevas ideas?
Carolina: -Yo llegué a la danza contemporánea y al jazz mucho después de haberme iniciado en el folklore. Para mí, entonces, son un desafío estas propuestas, que por otra parte enriquecen nuestro repertorio. Es hermoso cada vez que viene un nuevo coreógrafo a traernos una obra.
Alexis: -A mí también me encanta. Aunque depende mucho del tiempo que cada coreógrafo dispone para montar su obra y transmitirnos su estilo y su lenguaje. Los directores que asumieron en 2023 –Glenda Casaretto y Fernando Muñoz- le dan mucha importancia a la presencia del folklore en el repertorio y el público lo agradece.
En este sentido creo que sería importante invitar también a coreógrafos que crean obras para los certámenes de folklore, que hay tantos en el país, para el pre Cosquín, para el Festival de Laborde. Abrirles las puertas a estos artistas sería muy bueno para nuestra compañía.
Cortesía de Clarín
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