Un hombre vivió más de 30 años años sin emociones: la ciencia ha logrado regresarle la alegría con descargas eléctricas en el cerebro

Durante más de 30 años, un hombre solo había experimentado una depresión severa y resistente a cualquier tratamiento. Sin embargo, llegó a “sentir alegría” luego de someterse a un tratamiento de estimulación cerebral profunda, dirigido por Ziad Nahas, psiquiatra y profesor de la Universidad de Minnesota.

FERIA DE SAN FRANCISCO

De acuerdo con un reporte de Gizmodo, este investigador y su equipo desarrollaron un método personalizado para implantar electrodos y enviar señales eléctricas débiles a ciertas áreas cerebrales que se cree están implicadas en la depresión. Una vez que se aplicaron en el paciente, sus síntomas se aliviaron por más de dos años.

El medio indica que el único participante del estudio contactó inicialmente con los investigadores cuando estos reclutaban miembros para su nuevo ensayo clínico. Hasta ese momento, llevaba más de 30 años con depresión resistente al tratamiento, tras haber sido hospitalizado por primera vez a los 13 años. Desde entonces, había sido internado varias veces y probado múltiples tratamientos, entre ellos la psicoterapia intensiva, al punto de intentar quitarse la vida en al menos tres ocasiones distintas.

Para este tipo de depresión —una forma común del trastorno depresivo mayor que no mejora de forma significativa luego de al menos dos intentos de un tratamiento estándar, como medicamentos o terapia— se suele aplicar la terapia electroconvulsiva (TEC). Esta busca estimular el cerebro con corrientes eléctricas débiles, pero no es efectiva con todos los pacientes.

En el caso del participante, la estimulación cerebral tampoco había logrado aliviar sus síntomas, pues ya se había sometido a dos ciclos de este tipo de tratamiento, donde el primero había sido “moderadamente eficaz”, pero no los posteriores.

Una terapia a la medida del cerebro

Según el coautor del estudio, Damien Fair, la mayoría de estos tratamientos no suelen saber con exactitud en qué área del cerebro trabajan, ya que cada persona es diferente.

Por ello, se utilizó un método personalizado y adaptado al cerebro de este participante. Primero, se usó una resonancia magnética funcional (fMRI) para mapear sus redes cerebrales vinculadas a la depresión, donde se encontraron factores que podían contribuir a sus síntomas. Luego, se implantaron quirúrgicamente cuatro grupos de electrodos en tres redes neuronales principales para “atacar” directamente el problema y, finalmente, enviar señales eléctricas a estas de forma individual.

Al estimular la red neuronal por defecto (regiones vinculadas a los procesos internos de pensamiento), el paciente comenzó a experimentar felicidad, al punto de que estaba “rompiendo a llorar de alegría”. Al estimular la red de acción (donde se aloja la planificación) y la red de prominencia, el hombre reportó una sensación de calma. Finalmente, al hacerlo con la zona de la toma de decisiones (la red frontoparietal), consiguió una mayor concentración.

Alegria 02

Según el estudio, durante los siguientes seis meses, el paciente recibió estimulación eléctrica en diferentes redes cerebrales por un minuto, cada cinco minutos, todos los días. Estos estímulos se fueron ajustando mediante la retroalimentación del paciente. Después de siete semanas, ya no tenía pensamientos suicidas, y a los seis meses, sus síntomas habían mejorado de forma significativa. A los nueve meses, estaba en una remisión completa que duró hasta dos años y medio.

Ahora, el siguiente paso de los investigadores es implantar electrodos en un segundo paciente, y eventualmente en un tercero, para poder realizar ensayos clínicos de doble ciego que permitan obtener mayor evidencia y confirmar la eficacia de este tratamiento.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Xataka



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