Hay menos de 10 vaquitas marinas en todo el planeta y el T-MEC ya señala a un solo culpable: México

México es responsable de poner en peligro a la vaquita marina y, al mismo tiempo, de acelerar la extinción de la especie. Actualmente, solo quedan entre 6 y 8 ejemplares avistados en todo el mundo, una cifra drástica si se compara con los más de 500 individuos que existían en 1997.

FERIA DE SAN FRANCISCO

Esa es la conclusión de un informe de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), organismo establecido bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). El documento indica que la “falta de voluntad” del país para hacer cumplir sus propias regulaciones de vida silvestre provoca que la vaquita se dirija a la extinción.

De acuerdo con el reporte, una de las principales razones es su captura accidental en redes de enmalle. Estas son utilizadas para la pesca ilegal de totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es muy apreciada en Asia y en la que participan tanto pescadores locales como grupos del crimen organizado.

La vaquita, el cetáceo más pequeño del mundo, comparte hábitat y un tamaño similar con la totoaba. Esta coincidencia la hace especialmente susceptible a quedar atrapada en las redes de enmalle empleadas para la pesca ilegal del pez, cuya vejiga natatoria alcanza precios de entre 20,000 y 80,000 dólares por kilo en el mercado negro asiático.

Un santuario sin protección efectiva

El informe detalla que, aunque la vaquita marina se encuentra confinada a una pequeña zona en el Golfo de California, la pesca ilegal con redes de enmalle y el tráfico de totoaba no cesan. Estas actividades persisten incluso dentro del refugio de la marsopa del Alto Golfo de California, a pesar de existir una Zona de Tolerancia Cero y de que la Secretaría de Marina instaló bloques de concreto con ganchos para atrapar redes ilegales.

El documento también apunta que, si bien México afirma que implementa varias medidas para cumplir con los acuerdos, estas no se respaldan con las observaciones en el terreno. Por otro lado, aunque se han desarrollado y probado redes alternativas que no dañan a la vaquita, su adopción es mínima. Según los pescadores, estas herramientas no funcionan igual, pues obtienen menores capturas, lo que los expone a una competencia desleal y a amenazas de quienes utilizan las redes prohibidas.

Por ejemplo, a pesar de que México prohibió ciertas artes de pesca desde 2020, evidencias como relatos de testigos presenciales y entrevistas confirmaron que la actividad ilegal continúa en niveles similares a los que existían antes de las restricciones.

El grupo de trabajo también descubrió que los pescadores evaden las vedas al enviar sus capturas ilegales a procesadores en otras regiones. Además, México no cuenta con información suficiente para respaldar una correcta aplicación de la ley.

La presión del T-MEC como último recurso

Entre las medidas incumplidas, México debía ampliar las inspecciones a los barcos, instalar unidades de monitoreo satelital en los buques y desarrollar métodos de pesca alternativos para reemplazar las redes de enmalle.

El informe señala un grave retraso en la implementación de los sistemas de monitoreo propuestos para controlar la población del cetáceo y la pesca ilegal. Por ello, expertos citados en el comunicado apuntaron que Estados Unidos debe usar todas las herramientas disponibles en el T-MEC para responsabilizar a México y detener esta práctica.

Según el reporte, una de las intenciones de la comisión es que Estados Unidos utilice esta información para presionar aún más a México en el combate a la pesca ilegal. De no haber resultados, la situación podría escalar hasta la imposición de sanciones comerciales a las importaciones mexicanas, las cuales se mantendrían hasta que el país demuestre que aplica correctamente la prohibición en el hábitat de la vaquita marina.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Xataka



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