Kilmar Abrego García, el ciudadano salvadoreño que se convirtió en un símbolo de resistencia contra la política antiinmigrante del presidente estadounidense, Donald Trump, fue detenido nuevamente el lunes por autoridades estadounidenses, que buscan deportarlo a Uganda. Sin embargo, una jueza federal detuvo su traslado forzado y ordenó al Gobierno mantenerlo en el país.
Abrego García fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cuando se presentó a una cita voluntaria ante los tribunales de inmigración en Baltimore, Maryland, apenas tres días después de haber sido liberado de su encarcelamiento en Tennessee, según detalló su abogado, Simon Sandoval-Moshenberg. “Ábrego, un hombre de extraordinario coraje, se presentó voluntariamente al ICE, tal como se le había exigido. Fue detenido de inmediato. Ahora el Gobierno busca deportarlo a Uganda como castigo, a pesar de que Costa Rica ha ofrecido recibirlo como refugiado”, declaró su defensa a la agencia EFE.
Ábrego, quien ya había sido deportado a El Salvador por un “error administrativo”, según el Gobierno, y pasó casi tres meses en el penal CECOT antes de ser devuelto a suelo estadounidense en junio, fue nuevamente detenido por agentes del ICE, según indicó en la red social X la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem.
“El presidente Trump no va a permitir que este inmigrante ilegal, que es miembro de la pandilla MS-13, traficante de personas, abusador doméstico en serie y depredador infantil, siga aterrorizando a los ciudadanos estadounidenses”, escribió la funcionaria. Mientras tanto, Ábrego niega haber cometido delitos y no posee antecedentes criminales en suelo estadounidense.
Tras su detención, los abogados del salvadoreño presentaron un recurso para detener la deportación, y la jueza de distrito, Paula Xinis, ordenó suspenderla temporalmente, mientras se desarrollan nuevas audiencias. La jueza Xinis, quien ya en abril había ordenado el regreso de Ábrego desde El Salvador, preguntó si el Gobierno entendía que no podía expulsarlo del territorio continental estadounidense. El abogado del Gobierno respondió afirmativamente, según información citada por Politico.
“La campaña de venganza del Gobierno continúa porque Ábrego se niega a declararse culpable en un caso que jamás debió existir”, afirmaron sus defensores. Al ingresar a su cita en Baltimore, el salvadoreño declaró: “Pase lo que pase hoy (…) prométanme que seguirán rezando, peleando, resistiendo y amando. No solo por mí, sino por todo el mundo. Sigan pidiendo libertad”.
Cortesía de Página 12
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