“La Estela Blanca que Dejó un Tranvía”: la secuela tapatía de un clásico


“En la habitación blanca de un hospital, dos hermanas se encuentran, meses después del paso de un tranvía…” 

FERIA DE SAN FRANCISCO

“Un tranvía llamado Deseo” (A Streetcar Named Desire) es una obra de teatro escrita en 1947 por el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, considerado uno de los grandes nombres de la dramaturgia del siglo XX. La pieza se estrenó ese mismo año en Broadway bajo la dirección de Elia Kazan, y desde el inicio fue un éxito rotundo de crítica y público.

La obra se considera un clásico fundamental del teatro moderno, porque retrata con crudeza temas como la violencia, la sexualidad, la locura, el machismo, el abuso y la decadencia social. Representó un giro en la dramaturgia norteamericana al presentar personajes complejos, contradictorios y profundamente humanos en la historia de “Blanche DuBois”, una mujer sureña, refinada y frágil, que llega a Nueva Orleans tras perder la casa familiar. Busca refugio en el hogar de su hermana “Stella”, quien vive con su esposo “Stanley Kowalski”. “Blanche” y “Stanley” entrarán en una mecánica conflictiva y creciente que llevará a “Blanche” al borde de la locura. 

Setenta y ocho años más tarde, la historia sigue siendo un clásico, pero todavía tiene muchas cosas que contar. ¿Qué fue de las hermanas “Blanche” y “Stella”? ¿Qué les deparó el destino? Las respuestas a estas preguntas serán respondidas en “La Estela Blanca que Dejó un Tranvía”, una obra de teatro que marcará el inicio de las actividades creativas de Plataforma Calandria en Guadalajara, y que llevará a los tapatíos a una apasionante puesta en escena en la que, a través de una mirada femenina, se explorará el trauma, el deseo y la memoria de estas dos hermanas, personajes históricos en el canon de la dramaturgia. 

Escrita por Estefanía Norato, y dirigida por Alan Uribe Villaruel -el cual debuta en Jalisco con este proyecto lleno de identidad y que no le teme a los riesgos- “La Estela Blanca que Dejó un Tranvía” es una producción cargada de creatividad, pasión y que no dudará en cuestionar e incomodar al público, una producción por completo independiente, y que da muestra de la creatividad inmensa que actualmente existe en la escena teatral de Jalisco más allá de la cartelera “oficial”. 

La continuación del clásico 

“La obra nace de una idea original de Estefanía Norato y mía. Estefanía Norato es la dramaturga. Fuimos compañeros en la Compañía Nacional de Teatro (CNT), y yo tenía la inquietud de abordar “Un tranvía llamado Deseo”, cuenta el director Alan Uribe Villaruel, en entrevista con EL INFORMADOR.

“Abordarla tratando de darle espacio al personaje trágico como tal, por una búsqueda personal. Históricamente, los personajes trágicos femeninos siempre han sido tachados como las locas, las sufrientes, las atormentadas. Si revisamos un poco los personajes clásicos, siempre terminan suicidándose, envenenándose, siendo asesinadas o juzgadas, como ‘Blanche Dubois’, que aparece como una persona fuera de centro. Empecé a estudiar un poco el texto y a generar consignas. Se las compartí a Estefanía, y a ella le prendió muchísimo”, explica.

A lo que agrega: “La historia resolverá las deudas de las hermanas. En esta nueva historia, ellas se van a reencontrar después de ‘Un tranvía llamado Deseo’, en el hospital psiquiátrico donde internan a ‘Blanche’ en la última escena de la obra. La deuda pendiente se resolverá ahí”.

La elección del cuidador

“La Estela Blanca que Dejó un Tranvía” está protagonizada por Karina Hurtado, Kärlek Ramos y David H. Manterola. Este último es un joven actor tapatío que en la obra interpretará a un enfermero, la figura del cuidador, “escandalosamente joven”, que funciona como receptor y rebote de las energías de las hermanas, y sus propios fantasmas masculinos

Cabe señalar que, durante los procesos de audición, al ver el trabajo de David H. Manterola, tomaron la decisión de inmediato: fue unánime. Era algo predestinado, pues el joven actor estaba familiarizado desde siempre con esta obra de la dramaturgia. 

“Cuando se me presentó la propuesta, lo primero que me preguntaron fue si conocía el texto de Tennessee Williams”, cuenta a esta casa editorial David H. Manterola. “Para ser honesto, probablemente fue el primer texto que recibí o del que fui consciente de niño. Mi mamá interpretó ‘Un tranvía llamado Deseo’, así que siempre lo tuve muy cerca. Este proyecto es una secuela como tal, y mi personaje, el enfermero, es esa energía que oscila alrededor del conflicto de las dos hermanas, estos dos personajes icónicos. Este personaje es original del nuevo texto y da sentido a esta secuela o spin-off. La obra, en realidad, es de ellas. Yo estoy ahí para acompañarlas”.

La suma de la pasión y el esfuerzo 

“La Estela Blanca que Dejó un Tranvía” busca ser tan impactante como lo fue la obra que marcó un antes y un después en la dramaturgia. Esta apuesta de Alan Uribe Villaruel es actual, y propondrá dilemas éticos, salud mental, relaciones políticamente incorrectas, para darle una dimensión humana a esos personajes que fueron juzgados por sus tragedias. Es un proyecto sensible, cargado de humanidad, que no juzga a sus protagonistas. 

“Hacer que todo esto ocurra ha sido una montaña rosa. Llevo casi 15 años dirigiendo, y es la primera vez que me enfrento a una dirección en donde las actrices superan mi propia trayectoria”, confiesa Alan. “Karina y Kärlek son dos potencias nucleares en el escenario. Ha habido mucho soporte creativo, gente muy comprometida. Hay un asunto de orgullo y resiliencia porque esto es muy honesto y congruente. Ha valido mucha la pena porque siempre hay dificultades para conseguir que estas puestas en escena lleguen a presentarse. Vamos a llegar el 29 de agosto con una obra que tiene nuestra sangre ahí plasmada”. 

“Este es un proyecto muy sensible. Tiene cosas cuestionables, cosas incómodas, cosas bellas, cosas feas; se le ofrece a la audiencia, y se nos ha ofrecido a nosotros, una gama enorme de emociones”, dice David H. Manterola. 

“Creo que si algo puedo sacar del proyecto es justo esa parte del no juzgar, el que si ves algo que a lo mejor te hace sentir incómodo, darle la bienvenida, que sea humano, que se entienda la naturaleza humana y darles dignidad a estos tres personajes. Estoy emocionado de que la gente lo vea y estoy emocionado del resultado”, finaliza el joven actor tapatío. 

La nueva cara de un clásico

“La Estela Blanca que Dejó un Tranvía” tendrá funciones el 29, 30 y 31 de agosto, y el 5, 6 y 7 de septiembre, en Casa Lilia, ubicada en Prisciliano Sánchez 790, Colonia Americana, un espacio por completo independiente. 

Las funciones son el viernes y sábados a las 20:30 horas, y domingos a las 18:00 horas. Boletos desde 300 pesos hasta el 28 de agosto; venta general 350 del 29 de agosto al 7 de septiembre. La obra marca el debut del director Alan Uribe Villaruel.

CT

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de El Informador



Dejanos un comentario: