México se bebe. En estos bares, el agave, el maíz, el cacao y el xoconostle narran nuestra historia a través de platillos y cocteles que saben a milpa, a desierto, a selva y a fiesta. En cada sitio se respeta la tradición, pero también se agita y se sirve con hielo. Aquí no solo se toma: se saborea al país, un sorbo a la vez.
Raíz
Nació como un proyecto académico para rescatar la cocina mesoamericana y evolucionó en un restaurante que honra lo que somos: tierra, maíz y memoria. Su menú celebra la milpa, con ingredientes de temporada y de proveedores locales. Pero la magia también vive en su barra: cocteles clásicos de la prohibición reinterpretados con destilados nacionales como pox, sotol, raicilla y mezcal. Tomar un Eria es un respiro a tierra mojada, con sotol, licor de mastiha, tepache de fruta de temporada (ciruela pasa roja), limón eureka y óleo de cítricos; o el Raíz Old Fashioned, con mezcal, jarabe de hongos y mole bitters: cocina líquida servida en vaso corto.
Schiller 331, Polanco. Lun-vie: 17:30-23:30 h, sáb: 13:30-21:30 h, IG: @raíz.restaurante
Rayo
Mucho más que un bar, es un altar al agave y a Mayahuel, la diosa que lo trajo al mundo. Cada coctel de la carta Hecho en México es un relato: el Pápalo Martini reinventa el clásico con bacanora y se siente como un suspiro verde; el Funky Berry celebra Michoacán con charanda, zarzamora y queso cotija, como beber un paisaje purépecha; y el Morroni transforma el negroni con destilado de pulque y vermut de pimiento. Este viaje se acompaña con tlacoyitos de maíz criollo, sliders de brisket con carne sonorense y mermelada de tocino o dumplings de caldo de birria. Rayo es un relato líquido y sólido servido en cada copa.
Salamanca 85, Roma Norte. Mié-sáb: 18-2 h, dom-lun: 18-0 h. IG: @rayocdmx
Taco Tasting Room
Imagina una taquería sin trompo y sin bullicio. Suena raro, pero Taco Casting Room hace que en una barra íntima para 14 personas, el taco pase de ser antojo a convertirse en narrativa. El menú fijo de 13 tiempos juega entre foie gras, wagyu y langosta, sin perder identidad mexicana. La coctelería lleva el mismo nivel de detalle: la mezcalita de xoconostle transforma al espadín con la acidez floral de la fruta del desierto; el negroni de jamaica y cacao combina vermut casero de jamaica y ginebra infusionada en cacao; mientras el carajillo cobra identidad propia con café de olla de Guerrero en cold brew, piloncillo, clavo y con Licor 43: un verdadero abrazo mexicano.
5 de mayo 47, Centro. Mié-lun: 13:30, 16:30 o 20:30 h. Solo con reservación. IG@tacotastingroom
Fifty Mils
Si algo sabe hacer Fifty Mils es mezclar elegancia global con alma mexicana. Este bar con sofás Chesterfield y neones de Olivia Steele ofrece la sección Raíces Mexicanas, un manifiesto bebible sobre lo que somos. Prueba el Helia, que combina bacanora y gobernadora (planta medicinal de Sonora), con dátil y pepino: te transportará al norte árido del país; o el Green Bees, que con mezcal, bitters de aguacate, limón y miel con caramelo agridulce es México destilado en una copa. En este sitio, la coctelería con sabores mexicanos brilla con el refinamiento que merece.
Paseo de la Reforma 500, Juárez (Four Seasons). Lun-mié: 12-1 h, jue-sáb: 12-2 h, dom: 17-1 h. IG: @fiftymils
Ticuchi
Ticuchi ―murciélago en mixteco― es el lado más misterioso y elegante del agave, que reina en una cueva iluminada por velas, con un domo que deja pasar la luz nocturna como si fuera un cenote urbano. Mezcales de Oaxaca, Puebla, Durango y Sonora se sirven con sales artesanales que huelen a campo. Seis versiones de margarita amplían el ritual y la experiencia está completa si se acompaña con el tamal de esquites, la tlayuda con encacahuatado o la tostada de pulpo con mayonesa de serrano. Ticuchi es un mapa líquido y sólido del México profundo, contado entre sombras, humo y sal.
Francisco Petrarca 254 PB, Chapultepec Morales. Lun-mié: 18:30-0:30 h. Jue-sáb: 15-0:30 h. IG: @ticuchi.mx
Mezcal y Mole Tasting
Oaxaca sin salir de la CDMX. Esta experiencia guiada por sommeliers expertos combina siete moles artesanales ―del almendrado al chilhuacle― con siete mezcales ancestrales: espadín, cuixe y hasta un destilado de chocolate que sabe a altar y celebración, todo elaborado con ingredientes puros. Entre sorbo y bocado, conocerás el simbolismo del mole, el trabajo detrás de cada agave y las técnicas que convierten estos sabores en una cultura viva. Más que un maridaje, es un viaje íntimo para celebrar la riqueza gastronómica que nos define.
Querétaro 33, Roma. Solo con cita. Lun-dom: 15-16:30 h, 17-18:30 y 19-20:30 h. $1,170-$1,300 por persona. IG: @mezcalymole
Tlecān
En náhuatl, Tlecān significa “lugar de fuego” y esa fuerza se siente desde que cruzas la puerta. Es un homenaje a los destilados de pequeños productores y a la cultura prehispánica. Pide el Pulque Colada, que reinventa la bebida de los dioses con piña, agua de coco y mezcal espadín; o el Tascalate Sour, que honra esta bebida chiapaneca hecha con maíz y cacao, integrado con mezcal y fat wash de aceite de coco con mucha profundidad y carácter. Su barra acerca al comensal al ritual de la bebida ancestral, mientras Eli Martínez y su equipo convierten cada coctel en una verdadera ofrenda.
Alvaro Obregón 228, Roma Norte. Lun-dom: 18-2 h. IG: @tlecan
Cortesía de Chilango
Dejanos un comentario: