México y Estados Unidos (EU) han ratificado su compromiso de continuar colaborando estrechamente en la lucha contra el crimen organizado, con especial énfasis en el tráfico de drogas, armas y personas. La visita del secretario de Estado, Marco Rubio, marcó un punto de inflexión en la relación bilateral, destacando tanto la importancia de la cooperación como el respeto a la soberanía de cada nación.
Durante el encuentro en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y Rubio discutieron diversas estrategias para mejorar la seguridad fronteriza. “El acuerdo está basado en cuatro ejes: reciprocidad; respeto a la soberanía e integridad territorial; responsabilidad compartida y diferenciada, así como confianza mutua”, acentuó la Presidenta.
A pesar de la creciente presión de Estados Unidos, que incluso ha amenazado con implementar aranceles en caso de no obtener más colaboración, México ha dejado claro que su soberanía no está en discusión.
La creación de un “grupo de implementación de alto nivel” es una de las principales novedades de este acuerdo. “Es un grupo de alto nivel que se reunirá y coordinará de forma regular para asegurarse de que todas las cosas en las que estamos trabajando estén sucediendo, se estén implementando”, afirmó Rubio.
Mientras que Estados Unidos sigue presionando por una mayor intervención en la lucha contra los cárteles, principalmente a través de su presencia militar en el Caribe y otras zonas de Latinoamérica, México ha enfatizado que no permitirá la presencia de fuerzas armadas extranjeras en su territorio.
La colaboración en inteligencia, particularmente el uso de tecnología como drones por parte de agencias estadounidenses para proporcionar información a las autoridades mexicanas, ha sido una de las áreas de cooperación más efectivas. A pesar de que México ha rechazado la presencia militar de Estados Unidos en su suelo, se espera que ambas naciones sigan trabajando juntas en inteligencia y operaciones conjuntas para desmantelar redes del crimen organizado.
La reunión entre Sheinbaum y Rubio también tocó otros temas de relevancia, como el comercio y la situación migratoria. En cuanto a los temas comerciales, aunque el secretario de Estado reconoció los avances en la colaboración económica, las discusiones sobre los aranceles y las barreras continúan siendo un punto delicado. El Gobierno mexicano sigue enfrentando las amenazas de Donald Trump de imponer tarifas significativas, un tema que ha generado fricciones en los últimos meses. A pesar de estas tensiones, Sheinbaum ha reiterado su compromiso con una relación sólida con Estados Unidos.
Tras la reunión, expertos coinciden en que la administración federal intensificará su estrategia de seguridad, especialmente en lo relacionado con la extradición de narcotraficantes y la lucha contra el tráfico de fentanilo. Arturo Villarreal y Sandro Arreola explican que el Gobierno mexicano continuará con sus políticas de seguridad, con el respaldo de Estados Unidos, pero sin permitir una intervención directa de fuerzas extranjeras en su territorio.
“Se intensificará la política de seguridad, dando un poco la razón al Gobierno de Estados Unidos: extraditando más presos, haciendo más operativos, combatiendo más el huachicol, inhibiendo el tráfico de fentanilo…”, remarcó el politólogo Sandro Arreola.
“Por los términos amistosos en los que se dio esa reunión, parece que (Claudia Sheinbaum) avanzó un paso en la relación bilateral”, agregó Arturo Villarreal, académico de la UdeG.

La política de seguridad México-EU se definió en menos de dos horas
En una reunión de una hora y 38 minutos se definió la política de seguridad de México y Estados Unidos. Ayer, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió en Palacio Nacional con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, bajo un fuerte dispositivo de seguridad. En punto de las 9:50 de la mañana, el canciller Juan Ramón de la Fuente recibió a la mano derecha del presidente Donald Trump.
A la calle Corregidora arribaron camionetas blancas blindadas y personal del Servicio Secreto de EU, marcando el inicio de una jornada que, pese a la formalidad de los discursos oficiales, estuvo acompañada de protestas ciudadanas que solicitaban la intervención del ejército del país vecino sobre el territorio nacional.
“Será una reunión muy cordial”, había anticipado Sheinbaum minutos antes, subrayando que el encuentro buscaba refrendar la cooperación bilateral bajo los principios de respeto a la soberanía, reciprocidad, responsabilidad compartida y confianza mutua.
No era un matiz menor: la Presidenta quería dejar claro que México no cedería terreno en la defensa de su integridad territorial. En el Salón Leona Vicario aguardaban ya figuras clave de ambos gobiernos: Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte; Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; Omar García Harfuch, titular de Seguridad; el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el comisionado del INM.
Del lado estadounidense, acompañaba al secretario de Estado el embajador Ronald D. Johnson, quien ha sido pieza central en los últimos ajustes de la relación bilateral.
El menú de la reunión estuvo dominado por un objetivo central: echar a andar el “Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley”, un mecanismo binacional diseñado para enfrentar delitos transnacionales, con énfasis en el combate al crimen organizado, el tráfico de armas y los flujos migratorios irregulares.
Mientras adentro los equipos discutían sobre coordinación y responsabilidades diferenciadas, afuera las calles reflejaban otra narrativa. Grupos de ciudadanos levantaban pancartas y consignas que resonaban frente a las puertas del Palacio: “¡SOS Marco Rubio!” y “¡No a la narco democracia!”, en un intento por captar la atención del visitante y colocar la crítica en el escenario público.
A las 11:38 de la mañana, tras una hora con 38 minutos de reunión, la comitiva estadounidense salió del recinto. No hubo declaraciones inmediatas, pero las señales fueron claras: tanto México como Estados Unidos buscaban proyectar que la cooperación en seguridad se mantenía firme, aunque no exenta de tensiones.
La visita de Marco Rubio, más allá de los comunicados oficiales, deja una postal que combina diplomacia, símbolos y tensiones sociales.
SUN

LA VOZ DEL EXPERTO
Se fortalece la relación bilateral
Arturo Villarreal, académico de la Universidad de Guadalajara.
Luego de la reunión que sostuvieron la Presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, para Arturo Villarreal, experto en seguridad y académico de la Universidad de Guadalajara, la relación bilateral entre ambos países se fortaleció y el gobierno estadounidense reconoció las acciones concretas que el Gobierno Federal ha tomado en contra del crimen organizado, como la extradición de narcotraficantes, la presencia de elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte y en aeropuertos, y el cambio en la política de “abrazos no balazos” del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
“Se creó un grupo de coordinación conjunta que es el que habrá de instrumentar las acciones pertinentes. Por lo que declaró el señor Rubio, seguramente quedó muy satisfecho con lo que el gobierno mexicano le dijo. Al juzgar por los términos amistosos en los que se dio esa reunión, parece que (la Presidenta Claudia Sheinbaum) avanzó un paso en la relación bilateral. Estados Unidos reconoció, incluso, por voz del señor Rubio, el envío de estos últimos capos del narcotráfico”, comentó.
En tanto, durante la reunión se reafirmó la cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y México, lo que comprende el desmantelamiento del crimen organizado transnacional, atender el movimiento migratorio ilegal, y poner fin al tráfico de drogas y armas, según indicó la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado. Ante este escenario, el experto consideró que la administración de Donald Trump, en su afán por fortalecer esa colaboración, podría exigir la detención de funcionarios y/o ex funcionarios públicos relacionados con los cárteles mexicanos.
Asimismo, añadió Villarreal, Estados Unidos podría solicitar mayor participación en operativos y más acción en terreno mexicano para combatir a la delincuencia organizada. Aunque México se ha negado a permitir el ingreso de fuerzas armadas al país, el Gobierno federal podría aprovechar aún más la inteligencia que las agencias de seguridad estadounidenses brindan a sus contrapartes mexicanas.
“(Estados Unidos) ya ha ofrecido ayuda y México no ha aceptado, pero probablemente va a estarse apoyando mucho en la inteligencia de Estados Unidos. Nosotros vemos el uso frecuente de drones de organizaciones norteamericanas que están proporcionando información al gobierno mexicano, y esperan que actúen en consecuencia”, concluyó.

Se intensificará la estrategia de seguridad
Sandro Arreola, politólogo.
Para el politólogo Sandro Arreola, tras la reunión entre la Presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, el gobierno mexicano intensificará su estrategia de seguridad para seguir cumpliendo con las exigencias del presidente Donald Trump y mantener ese estatus de “excelente relación” que destacó Rubio.
“Lo que veremos es que se intensificará la política nacional de seguridad, dando un poco la razón al gobierno de Estados Unidos: extraditando más presos, haciendo más operativos, combatiendo más el huachicol, inhibiendo el tráfico de fentanilo, que es la prioridad que impuso el gobierno de Donald Trump. La relación se mantendrá de esta cordialidad”, mencionó.
Arreola agregó que la Presidenta Sheinbaum tiene la necesidad de mantener la legitimidad y la credibilidad con Estados Unidos, por lo que, además de capos del narcotráfico, el combate al crimen organizado incluiría a funcionarios públicos relacionados con cárteles.
“No puede mantener relaciones ni colaboración con personas presuntamente relacionadas con el crimen organizado, como el caso de Adán Augusto López”, anotó.
El experto también destacó que esta reunión ocurrió días después del primer informe de Sheinbaum y en el marco de la toma de protesta de los nuevos ministros de la Suprema Corte. “Estados Unidos busca reforzar la permanencia de México dentro de su bloque tras la cumbre de Shanghái”, concluyó.
Cortesía de El Informador
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