Una tarde, sonó el timbre del departamento de Peter Sellers en Londres. Mientras él estaba ocupado, encerrado en su estudio, su esposa Anne fue a la puerta, donde un cartero le entregó un telegrama. El mensaje: “Traeme una taza de café. Peter”.
Por más que el actor que fue el Inspector Jacques Clouseau en la saga de las películas de La pantera rosa se autodefiniera “Soy un ejemplo clásico de todos los humoristas: solo soy gracioso cuando trabajo”…
Este 8 de septiembre, Sellers -que no se llamaba Peter, sino Richard Henry: Peter era el nombre de su hermano mayor, que falleció un par de años antes de su nacimiento…- cumpliría 100 años.
Sus brillantes comedias
El comediante británico, que se lució en La fiesta inolvidable, El quinteto de la muerte, las películas de La Pantera rosa, como Un disparo en la sombra, o Dr. Insólito, Lolita, Casino Royale, Qué pasa Pussycat, Crimen por muerte y Desde el Jardín murió el 24 de julio de 1980, en Londres.
Mucho antes, afirmó haber tenido una experiencia cercana a la muerte durante un ataque al corazón en 1964, en la que vio el cielo y se encontró con un ángel que le dijo que aún no era su hora de morir.
Sellers, que fue el primer hombre en aparecer en la tapa de la revista Playboy, en abril de 1964, no se cansó de elogiar a Steve Martin y a Robin Williams, a quienes descubrió en espectáculos de stand-up. Y tal vez sin saberlo, fue la principal influencia de comediantes como Sacha Baron Cohen, el propio Robin Williams, Eddie Murphy, Mike Myers y Will Ferrell.
Al comienzo de su carrera, Sellers había impreso unas tarjetas de presentación. “Peter Sellers: Batería e imitaciones, canta bastante bien, aunque no es una gran virtud, muy bueno en dialectos, imitaciones, personalidad agradable y con mejor material podría ser un verdadero hallazgo. Canta tocando el ukelele, normal pero no desagradable. Impresiona bastante… Definitivamente vale la pena verlo, ya que promete mucho”.
Un gran improvisador
Entre sus características, tenía una innata capacidad para cambiar de voz y apariencia, algo que solía hacer en sus películas, las de La Pantera rosa en especial. A menudo improvisaba algunas de las frases más memorables que sus personajes decían en sus películas. Y era uno de los actores favoritos de Elvis Presley, quien siempre llevaba con él en el avión las películas de La Pantera rosa de Sellers durante sus giras.
“Antes había un yo detrás de la máscara, pero me la extirparon quirúrgicamente” decía el hombre que, por la primera película de La Pantera rosa, en 1963, cobró solamente US$ 90.000. Fue la primera vez que interpretó al torpe Inspector Clouseau, viajando a Roma para atrapar al célebre ladrón de joyas El Fantasma (David Niven), antes de que lleve a cabo su robo más audaz: un diamante de incalculable valor con una pequeña imperfección, conocido precisamente como La Pantera rosa.
Al año, Sellers ya cobraría 11 veces más (US$ 1.000.000) por Dr. Insólito, de Stanley Kubrick. Ese filme le significaría ser el primer actor en ser candidato al Oscar de la Academia de Hollywood por una película en la que interpretó tres personajes diferentes: el capitán Lionel Mandrake, el presidente Merkin Muffley y el Dr. Strangelove, o Insólito.
Pero no fue ésa su primera candidatura. Pocos lo saben, pero fue tres veces nominado al Oscar, la primera como codirector junto a Richard Lester del cortometraje The Running Jumping & Standing Still Film (1959). Y la tercera, como actor protagónico por Desde el jardín.
“Desde el jardín”, su gran deseo
Además de Clouseau, el inspector francés propenso a todo tipo de accidentes, tal vez el legado que ha dejado Sellers haya sido Desde el jardín. Le llevó casi nueve años conseguir que un estudio produjera esta película basada en la novela de Jerzy Kosinski, principalmente porque para la década de 1970 su carrera había tocado fondo y ningún estudio de Hollywood quería trabajar con él. Tras el resurgimiento (y éxito) de las películas de La Pantera rosa, Lorimar Pictures finalmente dio luz verde al proyecto.
“La mayoría de los actores quieren interpretar Otelo, pero yo solo he querido interpretar a Chance Gardiner (el Jardinero). Siento que el personaje, la historia, no se trata simplemente del triunfo de un hombre sencillo, un analfabeto. Es el mensaje de Dios, una vez más, de que los mansos heredarán la tierra.”
En cuanto al tono de su voz para componer a Chance, decía que era “una pronunciación muy clara, ligeramente estadounidense con un toque de Stan Laurel”.
John Cleese recordó haber conocido a Sellers una mañana cuando éste se había quedado dormido. Sellers primero se dirigió a él con voces extrañas, incluyendo acentos de clase alta, cockney y de Europa del Este, antes de usar el suyo propio. Cleese concluyó que Sellers era tan hábil interpretando a otros personajes que cada mañana tenía que encontrar su propia voz.
Su método de actuación
Tenía un método bastante curioso para armar sus personajes. “Camino, probando diferentes acentos, tanteando el camino hacia el personaje. Me miro en el espejo cada mañana, esperando que el otro -el hombre que voy a interpretar- aparezca y me devuelva la mirada. Espero que el extraño llegue a mi vida. Cuando sucede, siento una oleada de felicidad”.
Quienes lo conocían, en particular el director Blake Edwards, consideraban a Sellers un tipo sin personalidad propia. Solía asumir la personalidad de los personajes que interpretaba, transformándose en uno nuevo en el siguiente papel. Era usual quedar desconcertado por sus transformaciones.
La confusión con el brujo
Lo cierto es que Sellers, en vez de confiar en su intuición o preguntarle a la almohada si un proyecto era bueno para él, apelaba a un psíquico/ astrólogo al que veía una vez por semana. Blake Edwards no conseguía entusiasmarlo y decidió sobornar al psíquico, quien le dijo que veía en su futuro un importante proyecto, que le iba a cambiar la vida. Para más datos, le aseguró que en su visión aparecían dos letras: una B y una E (las iniciales de Blake Edwards).
Cuenta la leyenda que Sellers regresó a su hogar, encendió la televisión y entrevistaban a una actriz rubia, despampanante. Era Britt Ekland. Sellers nunca asoció la B y la E con los llamados de Edwards, ni con los guiones que le había enviado a su casa y decidió perseguirla hasta que le sueca se sintiera atraída hacia él.
A los diez días de conocerla, se casaron.
El problema era que Sellers podía ser brillante con un guion sólido, pero a menudo aceptaba proyectos mediocres y papeles inferiores que lo afectaban en su vida personal.
Una noche, tras un día terrible por una escena problemática en una de las películas de La pantera rosa, el director Blake Edwards recibió una llamada de Sellers. “¡Acabo de hablar con Dios!”, exclamó, “¡y me dijo cómo hacerlo!”. Al día siguiente, Edwards le siguió la corriente a Sellers, y el resultado fue un desastre absoluto. “Peter -le sugirió Edwards- la próxima vez que hables con Dios, ¡decile que se aleje del mundo del espectáculo!”.
Fotógrafo aficionado, fue encarnado por Geoffrey Rush en Llámame Peter: Vida y muerte de Peter Sellers (2004). La película, pese a ganar 9 premios Emmy, y competir en Cannes, fue considerada inexacta por quienes lo conocieron.
Las películas que se perdió
Al momento de su muerte, Sellers iba a interpretar de nuevo al Inspector Clouseau en El romance de la Pantera rosa. El guion había sido escrito por Sellers y Jim Moloney, y la película iba a ser dirigida por Clive Donner. Pamela Stephenson iba a interpretar a la protagonista femenina. También tenía por delante rodar Lovesick: Loco de amor e Infielmente tuya. Ambos papeles fueron asumidos por Dudley Moore.
No sería la primera vez que Moore reemplazaría a Sellers al frente de un elenco. Blake Edwards, que lo había dirigido en las películas de La pantera rosa, quería que protagonizara 10, la mujer perfecta, junto a Bo Derek. “Rechacé el papel principal muchísimas veces. Simplemente no me sentía adecuado para el papel”, dijo. George Segal fue elegido en su lugar, pero finalmente fue reemplazado por Dudley Moore. Sellers hizo un cameo, pero finalmente fue eliminado.

Mucho antes, Mel Brooks lo consideró para el papel de Leo Bloom en Con un fracaso… millonarios (The Producers, 1967), y él expresó interés en él, pero no se concretó, y el papel finalmente fue para Gene Wilder. Sin embargo, Sellers fue clave para el éxito de la película. Tras su estreno, casi por casualidad, estuvo en una proyección privada y quedó tan impresionado que al día siguiente publicó dos anuncios a página completa en los diarios, pagándolos de su bolsillo, diciendo que era una de las mejores comedias que jamás había visto. Esta exposición ayudó a promocionar la película en un momento en el que parecía destinada al fracaso.
Y fue considerado para interpretar a Willy Wonka en la película original, la de 1971.
Hijo de un padre protestante y una madre judía -asistió al St. Aloysius College, una escuela… católica romana-, falleció cuatro semanas después de filmar un anuncio de televisión del Barclays Bank en Irlanda, que nunca se emitió. Al momento de su fallecimiento, debía someterse a una angiografía como preparación para una posible cirugía cardíaca en Los Ángeles, el 30 de julio. Murió apenas comenzaba el 24 de julio en el Hospital Middlesex de Londres, tras permanecer en coma durante más de 30 horas tras sufrir un infarto masivo. Según uno de los médicos que lo atendieron, Sellers nunca recuperó la consciencia tras su ingreso en el hospital el 22 de julio de 1980.

El amigo de los Beatles
Sus discos del programa radial The Goon Show y otras grabaciones de comedia de los años ‘50 y principios de los ‘60 fueron producidos por George Martin, antes de que Martin comenzara a trabajar con los Beatles.
Y como todo tiene que ver con todo, mientras visitaba a los Beatles en los estudios Abbey Road, se estaba rodando el documental Let It Be. Sellers apareció en el documental haciendo payasadas con John Lennon y Ringo Starr (con el baterista había trabajado en la comedia The Magic Christian). Sin embargo, todas las escenas de Sellers fueron eliminadas de la película final.
Los Beatles le obsequiaron una cinta con las mezclas preliminares del Álbum Blanco, que fue subastada (y pirateada) tras su muerte.

Su herencia
Al morir, dejó la mayor parte de su patrimonio (dinero en efectivo, coches, casas y obras de arte, por un valor de 4,5 millones de libras, que hoy serían 6 millones de dólares) a su cuarta esposa, Lynne Frederick. Dejó a su hijo Michael y a su hija Sarah, fruto de su primer matrimonio con la actriz Anne Howe, solo 800 libras a cada uno. “Fue un acto calculado y meditado. Incluso sus abogados se sonrojaron cuando me lo dijeron”, declaró Michael.
Sellers se había casado con Frederick en 1977. Según se dice, Sellers estaba en proceso de excluirla de su testamento justo antes de su muerte: intentó divorciarse y modificar su testamento. Sin embargo, los documentos nunca se presentaron porque su médico decidió conservarlos con la esperanza de venderlos algún día.
Frederick, drogadicta y alcohólica, falleció a los 39 años y todos los ingresos del patrimonio de Sellers, incluyendo las regalías de los acuerdos de reparto de beneficios de películas, fueron heredados por su hija con su tercer marido, Barry Unger.

“Solo conocés la felicidad cuando te casás -decía-. Pero entonces es demasiado tarde”. Recordemos que se casó con Britt Ekland 10 días después de conocerla. Salió brevemente con Mia Farrow en 1968. Y en una de sus últimas entrevistas, con la revista Rolling Stone, afirmó haber tenido un hijo con una novia mientras servía en la Real Fuerza Aérea Británica durante la Segunda Guerra Mundial, y haberlas abandonado.
Quería trabajar gratis
Junto a Spike Milligan, Michael Bentine y Harry Secombe actuaron en la BBC Radio en The Goon Show de 1951 a 1960, un programa que influyó enormemente en gran parte de la comedia británica posterior, desde los Monty Python hasta Mr. Bean.
Y el 23 de mayo de 1980, solo unas semanas antes de morir, envió un conmovedor telegrama a Spike Milligan: “Querido Spike. Estoy realmente deseando volver a divertirme con vos y Harry (Secombe). Por favor, ¿podríamos juntarnos y escribir más programas de The Goon Show? Podríamos pasarlos donde fuera. No quiero dinero; trabajaré solo por el puro placer de volver a estar con ustedes dos como antes. Con cariño, Peter”.
Cortesía de Clarín
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