Demon Slayer: Castillo Infinito está a nada de estrenarse en cines de México. No es de sorprender entonces que muchos fanáticos hayan revisitado la serie para rememorar los mejores momentos e ir lo más actualizados posible. Sin embargo, es muy probable que no conozcan una película clásica de artes marciales que tiene un gran paralelismo con el Arco del Entrenamiento de los Pilares.
El joven Liu Yude, huye de su pueblo natal tras la opresión de un gobierno corrupto. Herido, se refugia un Templo Shaolin donde es aceptado como discípulo, pero para convertirse en monje guerrero debe superar cada uno de los entrenamientos que desafiarán su habilidad física, mental y espiritual. Esto es: Las 36 Cámaras del Shaolin.
Estrenada en 1978, esta película es una de las más influyentes en el género de artes marciales. En aquellos años, el cine hongkonés de kung-fu tuvo un apogeo gracias a las múltiples producciones del estudio Shaw Brothers y este filme sobresalió no solo por las impresionantes coreografías de combates, sino por su narrativa de redención y resiliencia.
Bajo la dirección del también artista marcial Leu Kar-leung, la cinta explora el riguroso entrenamiento del protagonista en cada una de las pruebas. Desde ser ignorante de las prácticas shaolin, hasta volverse uno de los mejores estudiantes del templo. Así, vemos la transformación del personaje por medio de la exploración del espíritu humano y la dedicación.
Por ejemplo, el título del filme refiere a cada una de las cámaras en las que Liu debe adentrarse y superar su respectiva prueba. Vemos desde el equilibrio, fuerza, percepción visual, técnicas de patadas, hasta el combate con armas. Sin embargo, el metraje va más allá de solo mostrar la capacidad física del protagonista al capturar la esencia de las artes marciales: la comprensión de uno mismo.
Es de esta manera que llegamos a la comparativa con Demon Slayer. Si recordamos, en la última temporada se nos muestra a Tanjiro, Zenitsu e Inosuke en medio de exhaustivos entrenamientos dirigidos por los Pilares. Cada uno de ellos se enfoca en un aspecto particular: elasticidad, combate, velocidad y técnica de respiración.
Los paralelismos que podemos encontrar entre la película y la serie es, en primera, la división de las pruebas. Por otro lado, mientras cada cámara representa una especialidad, esto mismo sucede con los Pilares donde vemos a Tengen instruir en cuestiones como la velocidad y a Obanai en la precisión de ataques.

Finalmente, si llegamos a los capítulos de Gyomei se ve esta similitud sobre cómo el entrenamiento no es solo para explotar al máximo el combate cuerpo a cuerpo, sino la necesidad de un control mental y emocional. A grandes rasgos, tanto la película como el anime plasman el eje central en el que se sostiene el concepto de arte marcial: el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
Como dato, Las 36 Cámaras del Shaolin está protagonizada por Gordon Liu, actor que años después se convertiría en el maestro Pai Mei en la película de Quentin Tarantino, Kill Bill. Aún más curioso, el personaje originalmente apareció por primera vez en la cinta Verdugos de Shaolin, lo que podría considerarse como una “sucesión artística” para Liu.
Con esto en cuenta, ahora puedes apreciar aún más el Arco del Entrenamiento de los Pilares. Si gustas rememorar esta temporada, puedes encontrar Demon Slayer a través de Crunchyroll y Netflix. Por su parte, Las 36 Cámaras del Shaolin está disponible en Mubi.
Cortesía de Xataka
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