
Después del amargo sabor que dejó en el Gobierno de Argentina la derrota electoral del domingo, y su posterior contagio en los mercados financieros, el Presidente Javier Milei asumió personalmente la conducción de la crisis y lideró la primera reunión de la mesa política nacional que está integrada por otros seis miembros de su gabinete.
A su salida, y poco antes del segundo encuentro del día dedicado a la provincia de Buenos Aires, el vocero de la Casa Rosada, Manuel Adorni, aseguró: “El Gobierno va a trabajar para defender el rumbo que venimos construyendo porque es el único que nos puede conducir a la prosperidad”.
Las primeras señales de coordinación y apertura al diálogo parecen haber convencido al mercado y también a otro de los actores más destacados de los planes de ajustes que ha implementado Milei: el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo internacional respaldó nuevamente el programa económico de la gestión libertaria y celebró el compromiso del Gobierno con “garantizar la sostenibilidad del marco cambiario y monetario del programa”.
Como en otras ocasiones, la portavoz de la institución, Julie Kozack, aseguró que “el personal técnico del FMI colabora estrechamente con las autoridades argentinas en la implementación de su programa para consolidar la estabilidad y mejorar las perspectivas de crecimiento del país”. “Respaldamos (…) su constante adhesión al ancla fiscal y a la agenda integral de desregulación”, concluyó.
Esta es la primera manifestación del Fondo, no solo después de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, sino también después de que el Tesoro anunciara que comenzaría a intervenir en el mercado cambiario para “darle liquidez” y colaborar con su “normal funcionamiento”.
Poco después, y en la misma línea, Milei reiteró su mensaje del domingo al asegurar: “No nos moveremos ni un milímetro del programa económico. Además, seguiremos desregulando”.
Cortesía de El Economista
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