Entre la resistencia al poder y la indiferencia

La democracia liberal, con su creencia en la razón, la defensa de la ley, los derechos humanos y el sistema de contrapesos para el ejercicio del poder, está siendo vulnerada por el surgimiento de gobiernos autoritarios, aliados de las grandes compañías digitales y las redes de manipulación. En Estados Unidos, en el segundo mandato de Trump hay más disrupciones que en el primero, pero paradójicamente menos resistencias a sus decisiones, una sensación de entumecimiento. El Partido Demócrata está paralizado y no hay alternativas políticas que conduzcan a disuadir el extremismo de Trump. Es más, a pesar de su caos gubernamental, tiene el 45% de apoyo.

Los aranceles que el gobierno de EU ha puesto a 100 países afectan las exportaciones hacia Estados Unidos al hacerse más caras. Y hay en el interior del país una respuesta agridulce. El Tribunal de EU decidió anular la autoridad de Trump para poner aranceles, pero no los elimina. Textualmente el Tribunal expresó: “Concluimos que el Congreso de Estados Unidos no le otorga al presidente Donald Trump una amplia autoridad para imponer aranceles”.

La experiencia recuerda que, cuando se aplicaron en los años 29 del siglo pasado aranceles, estos repercutieron negativamente. El PIB de Estados Unidos se redujo en 26% y el comercio mundial decayó en 66% entre 1929-1934. La consecuencia fue el derrumbe del consumo, deflación y desempleo.

Ahora está claro que, en vez de la declarada intención de corregir desequilibrios comerciales, de lo que se trata es de premiar la alineación política y castigar la independencia de los países. Es atender las prioridades del gobierno de Trump a costa de una ruptura con el sistema basado en reglas que establece la OMC.

Se supone que los aranceles más altos se aplicarían a los países que tienen un superávit comercial importante con EU. Sin embargo, Brasil, que es un país con el que Estados Unidos tiene un pequeño superávit, enfrenta un arancel del 50%. Políticamente, la explicación es la alineación de Brasil con el grupo BRICS, que integra un bloque político regional que cuestiona la política norteamericana.

Lo mismo sucede con Myanmar, que tiene un arancel del 40% a pesar de un bajo déficit comercial con EU, pero que es dependiente del apoyo militar y económico de China. Y la India, que junto a China y Rusia retan a Trump. El gobierno de EU le impuso un arancel del 50 por ciento.

Los países aliados de EU y que han negociado los aranceles son, entre otros, la Unión Europea y Japón, con un arancel del 15 por ciento. México, con más del 80% del comercio binacional al amparo del T-MEC, paga menos del 7%, pero más en la exportación de acero, aluminio y cobre.

A diferencia del pasado, con los gobiernos de Clinton, Bush y Obama, en que vincularon el comercio a políticas de seguridad, estableciendo acuerdos formales y multilaterales, ahora Trump impone los aranceles y después se discuten.

Cortesía de El Economista



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