Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron más de lo esperado en agosto y el incremento anual de la inflación fue el mayor en siete meses, pero no se prevé que los datos impidan una anticipada rebaja de las tasas de interés de la Reserva Federal la próxima semana, en medio de la debilidad del mercado laboral.
El índice de precios al consumidor subió 0.4% el mes pasado, tras aumentar 0.2% en julio, informó el jueves la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento del Trabajo. En los 12 meses transcurridos hasta agosto, el IPC avanzó 2.9%, el mayor incremento desde enero, tras subir 2.7% en julio.
Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que los precios al consumidor subirían 0.3% y aumentarían 2.9% en términos interanuales.
El informe del IPC podría avivar los temores de estanflación tras las recientes noticias sobre la debilidad del mercado laboral.
La repercusión de los aranceles generalizados del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido gradual, pero los precios podrían acelerarse en los próximos meses, ya que las empresas han agotado sus inventarios previos a los gravámenes. Las encuestas empresariales llevan algún tiempo señalando inminentes subidas de precios.
“La evidencia es abrumadora de que se avecina más inflación relacionada con los aranceles, aunque todavía pueden pasar varios meses antes de que se transmita plenamente”, dijo Stephen Stanley, economista jefe de Santander U.S. Capital Markets.
Excluyendo los volátiles componentes alimentario y energético, el IPC subió 0.3%, tras avanzar 0.3% en julio. En los 12 meses transcurridos hasta agosto, la llamada inflación subyacente del IPC aumentó 3.1%. En julio, la subida interanual fue del 3.1%.
El mercado espera que el banco central estadounidense, que sigue los índices de precios del gasto en consumo personal (PCE) para alcanzar su objetivo de inflación de 2%, recorte las tasas en su reunión de política monetaria del próximo miércoles. Ya se ha descontado una reducción de un cuarto de punto porcentual.
La Reserva Federal detuvo su ciclo de relajación en enero debido a la incertidumbre sobre el impacto inflacionario de los derechos de importación.
Antes de conocerse los datos del IPC, los economistas estimaban que la inflación subyacente del PCE aumentó 0.3% en agosto por tercer mes consecutivo, lo que se traduciría en un incremento anual del 3.1%. Esto supondría una aceleración respecto al aumento del 2.9% registrado en julio.
Cortesía de Expansión
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