“La honestidad del músico no va por ser punk: es algo que le nace”; el “Indio” Mirones de 2 Minutos está listo para el Festival Cordillera

Lanús era una provincia argentina que, hasta 1994, era conocida por los argentinos y por los fanáticos más acérrimos del fútbol, pero no era parte de las historias de la cultura popular de Latinoamérica. Sin embargo, ese año, Lanús empezó a hacer parte de una de las historias más conocidas entre los amantes del punk. Ya no sos igual, de 2 Minutos, se estaba convirtiendo en uno de los himnos del género: “Carlos se vendió al barrio que lo vio crecer. Cambió de cara por poder. Nadie se olvidó cuando lo volvimos a ver entre la espada y la pared”.

Aquella canción debutó en Argentina con la salida del disco Valentín Alsina, el primero de la banda. En él, Walter Armando “Mosca” Velázquez, Alejandro “Papa” Ainadjian y Alejandro “Indio” Mirones hacían varios homenajes: uno a su ciudad (homónima al disco) y otro a sus orígenes: la familia trabajadora y obrera.

Su revolución musical tomó vuelo rápido: vendieron 50.000 copias con un disco de protesta. Para ese entonces el Menemismo volvía al poder en Argentina. “Debutamos en la noche en que la gente salía a saquear mercados para poder comer”, dijo “Mosca” para Rolling Stone. Su contexto coincidía con otras olas punk revolucionarias de la región: en Colombia, los jóvenes rechazaban el narcotráfico y el conflicto armado; en Chile acababa de terminar la dictadura de Pinochet; por lo que el mensaje anti-guerra y anti-fuerzas armadas caló rápido en el continente.

En conversación con EL COLOMBIANO, el “Indio” Mirones habló de cómo es el punk ahora, de la evolución del movimiento social y cultural, y de su próxima presentación en Bogotá en el marco del Festival Cordillera. Un concierto que no estaba planeado —los convocaron para reemplazar a Panteón Rococó, banda mexicana que tuvo que cancelar su paso por Suramérica debido a la enfermedad de uno de sus integrantes— pero que los llena de emoción por la estrecha conexión que tienen con nuestro país.

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“Panteón es cercana a nosotros y es un bajón que no puedan tocar. Entendemos el sentimiento, a nosotros una vez se nos enfermó el Mosca. Pero es un placer ir a Colombia. Cuando nos avisaron dijimos como dicen ustedes: de una”, aseguró, y añadió que confía en que los artistas mexicanos volverán a Colombia para brillar.

“No sabía que nos habían anunciado así, es un muy buen piropo. Pero debo decir que hay muchos artistas y géneros que son honestos, no es solo 2 Minutos o el punk. A mí, por ejemplo, me gusta mucho Rubén Blades, escucho a Residente. Escucho mucho a Víctor Jara. Entonces, la honestidad del músico no va por ser punk: la honestidad del músico es algo que le nace. Vos te das cuenta, a veces, cuando estás en ciertos lugares de músicos, quién es el que cree que está en un club exclusivo y quién es el que verdaderamente está y se quiere ir.

Si dicen eso de nosotros, me gusta, te digo la verdad, me encanta. Pero creo que debe ser por todas las bandas que están tocando también. Porque Estelares son honestos, y no necesitás tener el grito del punk ni quejarte como nos quejamos nosotros. Ellos no se quejan tanto, pero la honestidad en la música va, por un lado, y el proceso de vida, de honestidad intelectual y personal va por otro.

Acá en Villa había uno que decía que no le importaba que digan que sus canciones eran una mierda, porque para él el éxito era algo personal: “Logré esto, soy el mejor, salgo con las mejores chicas”. Eso me parece una boludez”.

No sé si seguimos teniendo los mismos problemas de siempre o si las canciones se adaptan, pero es curioso. Lo de la voz de la juventud… yo en eso no estoy de acuerdo, porque creo que la juventud sí nos adopta, ¿entendés? Como algo sincero. Pero también hay otra música en la juventud que está sonando en todo el mundo, y a veces a ciertos amigos míos de mi edad no se dan cuenta.

Yo creo que René ya no es la voz de la juventud, sino que es una voz más global. René superó esa barrera: es joven, pero lo escucha gente de 40 y de 50 años. A 2 Minutos le pasa lo mismo. Nos escuchan… nos pasa que, al menos en Argentina o en otros lados, vienen amigos de 40, sub-40, más de 40, y traen a su hijo de 20, que ya escucha punk rock desde que nació. Eso sí me sorprende”.

“Exacto. El legado también creo que es cultural. Si en tu casa te enseñan valores o, al contrario, a hacer maldad. Antes, cuando éramos más pequeños, había tipos de trabajo en todos lados. Sacabas fotocopias cerca de una universidad, tenías un empleo. Ahora, si no llevás comida en bicicleta o en moto, los jóvenes no tienen mucho destino, ¿entendés? Y al mismo tiempo no pueden estudiar. De 10 que andan así, uno o dos pueden lograr su sueño.

A mí me sorprende que en sus casas aprendan y entiendan que, si hablamos de trabajo, es porque nos tocó muchísimo. Venimos de familias obreras, de trabajadores, y en nuestras casas mamamos eso. Lo mismo pasó cuando agarramos la guitarra por primera vez: fue una protesta natural, algo que salió así. Creo que ahí está la clave: muchos padres influyen. Si no, la información no llegaría. Y viste que cuando sos chico elegís: quizás tu papá escuchaba guaguancó, tu mamá ponía otra cosa y vos terminás escuchando Marilyn Manson. Es así, raro. Pero cuando ya se ponen una chupa de cuero, ya son rockeros”.

Hermosa. Eso nos representa como seres humanos, lo vivimos con mucha intensidad siempre detrás de la banda: vamos de gira, tenemos que grabar, ensayamos, tenemos reuniones, escuchamos lo grabado, nos mandamos mensajes todo el día. Esa intensidad es lo más hermoso que te puede pasar: hacer algo que te gusta y poder llevarlo adelante”.

Mirá, en Estados Unidos hace años ya hay bandas de trap que son punks: cantan trap, pero son punks. A mí me sorprendía ver que muchos jóvenes traperos escuchan punk. Está el trapero que dice baby, baby todo el tiempo, y está el otro que habla de caos. A mí me gustan los que tienen más que ver con la realidad, los que dicen algo.

Por ejemplo, vi la tiradera de René contra Balvin. No estuvo mal: le dijo lo que tenía que decir, y rapeando. Eso requiere talento, es una forma de protesta fuerte. Ese género viene de Puerto Rico, y René, aunque ahora viva en Estados Unidos, se atreve a decir cosas contra el sistema. Eso me parece sorprendente. Lo mismo pasa con Fermín Muguruza en Euskadi o Manu Chao: con tres acordes dicen un montón de cosas”.

Hay diferentes estilos en todos lados. Yo, por ejemplo, viví un tiempo en Colombia y me gustaba mucho I.R.A. porque me parecía diferente a todas las bandas de Latinoamérica. También la Mojiganga, con quienes tocamos la primera vez que fuimos de gira a Colombia. Después vi otras bandas, como Los Epilépticos. Lo mismo pasa en Chile, Ecuador, México.

Dentro del punk hay de todo: gente con cresta, gente que se preocupa más por tocar, bandas que hablan de amor, otras que van más rápido o más lento, otras que mezclan con reggae o ska. 2 Minutos tiene varias versiones: hemos tocado ska, pero a lo 2 Minutos. Depende del lugar y del momento. A veces te pasan un disco de España y, aunque el dialecto sea distinto, entendés todo. Igual con un mexicano, un colombiano, un tico o un nicaragüense: cada uno tiene su jerga. Eso está buenísimo”.

“El vallenato. Cuando voy a Colombia no escucho casi nada de punk: me voy a un barcito y escucho la música del lugar. En México escucho solo corridos. Me gusta llevarme un pedacito de cada lugar”.

Me gusta el vallenato, pero no me acuerdo de las bandas. Abajo de mi casa hay una licorera de colombianos y lo ponen todo el día. Yo les digo: “Esa no, esa sí”. Acá también hay una comunidad muy grande de colombianos. Yo les digo: “¿Qué hubo, pues?”, y me responden: “Parcero, pero usted es argentino”. Y yo: “¿Qué gano, nea?”. A veces como arepita, y tengo café de Colombia. No lo tomo siempre, pero tengo el sello rojo. Me encanta, tiene un olor espectacular, como perfume en la casa”.

“Estamos felices de volver, la relación con Colombia ha sido muy orgánica. Hemos tocado en el Caribe, en Bogotá, en Medellín… amamos cada ciudad. En el Cordillera no vamos a estar solos, y no solo va a haber rock y punk, para nosotros eso es muy interesante y vamos con ganas de romperla”.

Cortesía de El Colombiano



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