Daniel Kupervaser es un economista argentino que emigró a Israel en 1973, un analista político medular con una mirada incómoda en un contexto guerrerista, donde Benjamin Netanyahu dobla siempre la apuesta y sobrepasa las líneas rojas: las últimas dos fueron el bombardeo a la capital de Yemen el 30 de agosto donde mató a Ahmed Ghaleb al Rahawi (un líder hutí con rango de primer ministro) y el bombardeo a la capital de Qatar intentando matar a la cúpula política de Hamas, reunida justamente para tratar un posible acuerdo de paz.
– ¿Por qué Benjamin Netanyahu dio la orden de atacar nada menos que a Qatar, un país aliado de EE.UU? ¿Cuál es el trasfondo de intentar matar a todos los negociadores de Hamas? ¿Evita a toda cosa cualquier mínima posibilidad de paz?
– La estrategia de asesinar líderes palestinos como venganza por organizar ataques terroristas contra israelíes nació a partir del atentado a atletas israelíes en la Olimpiada en Munich en 1972. Desde entonces se convirtió en la técnica ofensiva central de la estrategia israelí, pese a que, con todos sus éxitos operativos, el terror palestino como medio de enfrentar a Israel no amainó, tal vez todo lo contrario. Netanyahu no es la excepción, como no lo es gran parte de la oposición a su gobierno, que en estos días lo felicitó por el operativo. Pero pese a que Israel atacó a Qatar al día siguiente de haber sufrido el ataque terrorista con seis muertos en Jerusalén, sería muy difícil asignar causalidad con el ataque a Qatar, visto como represalia. Es más convincente suponer que hay dos motivos: sabotear el avance hacia un acuerdo que dé fin a la guerra y congelar la investigación del Qatar Gate que lo puede involucrar. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de la población de Israel coincide en que el destino de esos líderes palestinos en Qatar era la muerte: solo discrepan en que el momento no fue el adecuado por complicar la liberación de rehenes y el fin de la guerra.
– ¿Cuál es la relación diplomática de Israel con Qatar en los últimos lustros? Israel está en guerra abierta con el canal de TV Al Jazeera de la familia real qatarí, al cual les ha matado casi todos sus trabajadores en Gaza en atentados dirigidos a ellos. ¿Qué implicancias tendrá esto en la relación entre Israel y Qatar?
– Se trata de una relación muy ambigua. Si bien Qatar brinda apoyo a líderes políticos de Hamas y es propietaria de una canal de TV que promociona la causa palestina por todo el mundo, aun así, el liderazgo israelí lo consideró hasta ahora un canal por donde se puede mantener –indirectamente- un diálogo con el enemigo. Qatar se convirtió en una mina de oro para Netanyahu en la última década cuando convenció al emir qatarí de financiar a Hamas, como medio de mantener la desconexión entre Gaza y Cisjordania y así congelar toda idea de un Estado Palestino independiente. A tal punto se llegó, que Netanyahu “no se percató” que algunos de sus asesores más cercanos recibían dinero de Qatar para proyectar una imagen positiva de ese país en Israel y el mundo. Se trata de una investigación de la Fiscalía israelí conocida como Qatar Gate. No hay dudas de que lo que fueron las relaciones entre Israel y Qatar, pasaron a la historia.
– ¿Qué papel jugó Donald Trump en este ataque? ¿Lo habrán consultado y dio luz verde? ¿Simplemente le avisaron? ¿O acordó hacerlo con Israel? EE.UU. tiene presencia militar masiva en Qatar y al menos a último momento, le tienen que haber avisado.
– Trump, pese a sus declaraciones bombásticas y pretensiones de imponer la paz en la región para obtener el Nobel de la Paz, demostró que no es más que una máquina de lanzar al aire proyectos, promesas y amenazas huecas. El acuerdo entre Israel y Hamas, que en parte se cumplió en enero de 2025, fue iniciativa de Biden y no de Trump. En todo el tiempo transcurrido desde su asunción, no fue capaz de impulsar a Netanyahu a avanzar hacia un acuerdo de fin de la guerra y liberación de rehenes. Más aún, Trump demostró que es incapaz de frenar a Netanyahu en sus disparatados planes en la región como arrasar Gaza y hacer una limpieza étnica de 2,3 millones de palestinos: incluso propuso participar en esa tarea. Trump demostró ser un espectador desde la tribuna, dispuesto a intervenir solo para ayudar a Netanyahu. Los medios no pueden confirmar si Trump autorizó previamente el operativo, pero a posteriori, no demostró que el hecho le haya molestado mucho. Además, es muy difícil pensar que Netanyahu bajó la bandera para el despegue de los aviones sin saber que, como máximo, Trump lo criticaría con guantes de seda. Y así fue. Conclusión: no podemos esperar de Trump nada que pueda promover el fin de la guerra en la región.
– Ha recomenzado la toma de la ciudad de Gaza. ¿Cómo se interpreta esta movida militar? ¿A dónde lleva esta “guerra” sin fin?
– Días atrás el periodista Ronen Bergman informó que la cúpula del ministerio de Defensa de Israel advirtió a los estratos políticos que la decisión de conquistar Gaza demandará un operativo cuya duración estiman entre 3 a 5 años, con el agregado de que difícilmente esto logre erradicar totalmente a Hamas. Aseguraron que no hay ninguna garantía de que se pueda liberar o recuperar a los rehenes. Israel Shomer, jefe de operaciones del Estado Mayor del ejército, fue más claro: después del reconocido fracaso de la etapa A del operativo Carrozas de Guideon, él no puede garantizar que ahora, en la etapa B -que incluye la conquista de la ciudad de Gaza- vaya a erradicar a Hamas. Este alto oficial agregó: tal vez sean necesarias en el futuro las etapas C y D. De todas maneras, el ejército se prepara para años de guerra contra Hamas. El analista del diario Haaretz, Tzvi Barel, advirtió que “Israel se prepara para conquistar Gaza, pero muy probablemente descubra en poco tiempo, que sea justamente Gaza la que termine conquistando a Israel”. En otras palabras, en cuestión de semanas, Israel se verá en la necesidad de tomar a su cargo el orden militar de todo Gaza y el orden civil: así tendrá que alimentar y dar servicios esenciales a 2,3 millones de palestinos. Pero Israel no está preparada para garantizarles un mínimo de condiciones de vida y esto puede derivar en una descomunal tragedia humana. Además, Israel no dispone de los medios para garantizar que su ataque no cause la muerte de los pocos rehenes aún con vida.
– Su tesis es que la historia se repite, desde los tiempos en que Netanyahu como primer ministro en 2009 tomó la decisión de alimentar el crecimiento de Hamas para que tomara el poder, y debilitar así a la Autoridad Palestina obteniendo la excusa para no tener con quién negociar un Estado palestino, dado que con “terroristas no se habla”.
– Estamos ante un conflicto en que los sectores extremos de ambos pueblos se apropiaron del liderazgo y tratan de eternizarlo bajo la consigna “todo el territorio del río al mar es nuestro y se debe aniquilar o desterrar al otro”. La realidad de un siglo demuestra que ninguno puede triunfar. Hamas aporta su granito de arena a esta fatal situación. Está dispuesto a ceder su participación en un gobierno civil de Gaza, pero se opone rotundamente a entregar sus armas, con el objetivo de continuar su vida en la clandestinidad como organización guerrillera. Resumiendo: Israel y Hamas, según la experiencia de los últimos 15 años, coinciden estratégicamente en continuar conviviendo, uno al lado del otro, bajo el viejo acuerdo de un conflicto eterno con altibajos y brotes explosivos periódicos. Sin dudas, es un equilibrio adecuado a los intereses de Hamas bajo la difícil situación creada por la guerra, y también a los intereses de Netanyahu de perdurar en el poder manteniendo unida su coalición. Y todo apunta hacia esto.
– ¿Por qué?
– Aunque se confirme el éxito del intento de eliminar a la cúpula política de Hamas en Qatar, esto no allana el camino a un acuerdo para la liberación de rehenes, como sostiene Netanyahu, ni tampoco lo sabotea como sostienen los familiares de los rehenes. Simplemente la imposibilidad de acuerdo se basa en el gran distanciamiento entre las exigencias mínimas de ambas partes. Hamas no puede desprenderse de los rehenes si no se declara el fin de la guerra que incluya la retirada de Israel de Gaza y garantías que no regresará para atacar. Ceder en algo significa un suicidio para ellos. Netanyahu no puede firmar un acuerdo que deje en pie a Hamas, pues perdería el apoyo de su coalición de extremistas y caería el gobierno. De ahí que lo más probable, es que seamos testigos de la continuidad del conflicto.
– Esto implicará ríos y ríos de sangre en tierras bíblicas.
– La posición de Netanyahu que impone el control de la seguridad en la Franja de Gaza en manos de Israel e impide la entrada de la Autoridad Palestina como gobierno civil -con la ayuda de estados árabes que reconocen a Israel- garantiza que Hamas perdurará ante la población civil de Gaza como único líder. Lamentablemente, dado el largo tiempo transcurrido y la clara despreocupación de Netanyahu por los rehenes, estamos ante un caso prácticamente perdido. El ataque a Qatar terminó definitivamente con toda esperanza. La promesa de Netanyahu de “victoria total” al alcance de la mano es otra falacia. Muy probablemente, el futuro nos lleve a continuar siendo testigos de este eterno conflicto entre Netanyahu y Hamas, que solo garantiza que el charco de sangre palestina y judía donde conviven ambos pueblos, cada día sea más grande y profundo.
– Donald Trump ha lanzado el plan urbanístico “Gaza Riviera”. Pero no queda nada claro qué es lo que quieren hacer Israel y EE.UU. Es evidente que los quieren echar a los palestinos, pero no tienen adónde. Mientras, los exterminan lentamente.
– El plan de Netanyahu incluye hacer la vida imposible a los palestinos en Gaza “empujándolos” a que emigren a Egipto, país que expresó su tajante oposición a este plan, catalogándolo de crimen de guerra, y anunciando que tomará todas las medidas para impedirlo. Incluso en Egipto se ocuparon de difundir informes de que considerarían a esta conducta como “casus belli” (motivo de guerra). Teniendo en cuenta que, salvo Egipto, otras posibilidades de emigración masiva y “voluntaria” de palestinos no son realistas, queda descartado el plan de limpieza étnica de palestinos. Teóricamente, queda la alternativa del servilismo de Trump que, incentivado por el dinero que recibe de judíos de su país para campañas electorales suyas y de su partido, decida -como lo hizo frente a los cargos contra Israel y Netanyahu en Cortes Internacionales- amenazar con duras sanciones a Egipto por no hacerle favores a Israel.
– Netanyahu ha coqueteado con la idea de la anexión total de gran parte de Gaza, al tiempo que cada vez más países reconocen en la ONU a Palestina.
– La Asamblea General de la ONU reunida hoy viernes aprobó por amplia mayoría (142 a favor, 10 en contra y 12 abstenciones) una propuesta conjunta de Francia y Arabia Saudita denominada “el camino irreversible para la instauración de un Estado palestino independiente”. Se trata de un acto meramente declaratorio: para su concreción requiere el apoyo del Consejo de Seguridad donde el servilismo de EE.UU. hacia Israel veta esas propuestas. En los próximos días está previsto un masivo apoyo al reconocimiento de un Estado Palestino de parte de Francia, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Canadá y Australia. Como represalia, Israel amenazó con una iniciativa de anexión e imposición de soberanía israelí sobre partes significativas de Cisjordania. Fue el liderazgo de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) el que frustró ese plan. Amenazaron que esa decisión israelí dejaría sin efecto los Acuerdos de Abraham -que establecieron las relaciones diplomáticas de Israel con EAU y Bahrein, Sudán y Marruecos- y de esa manera tirarían por la borda el grandilocuente plan de un “Nuevo Medio Oriente” programado por Trump y Netanyahu.
– ¿Cómo se hace para seguir viviendo en Israel -siendo abrumadora minoría- al estar a favor de la paz y del reconocimiento de un Estado palestino?
– Desde que asumió Netanyahu su último mandato, con la presentación de su plan de demolición del orden democrático institucional básico de Israel, y el comienzo de la guerra en Gaza, un poco más de 100 mil israelíes emigraron. Pero muchos más permanecen Israel -como muchos argentinos llegados entre 1975 y 1983- que comprenden que deben luchar en el marco de la ley por un orden democrático y de paz. La próxima estación es octubre de 2026 con el llamado a elecciones generales, si es que Netanyahu no logra cancelarlas y eternizarse en el poder.
Cortesía de Página 12
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