“La gravedad del musgo”: cuando el arte revela lo invisibilizado


Nuestra presencia en el planeta es cada vez más caótica. Las ciudades son monstruos cuyo concreto asfixia la tierra, que cambian el curso de los ríos y devoran el agua, que llenan el aire de partículas venenosas, y que vuelven triste la existencia misma con sus ruidos a todas horas y todas partes, con sus caos cotidianos, con sus ritmos apresurados que nos alejan del sentido del vivir. Guadalajara no es la excepción. Es una ciudad que crece, pero que no nos preguntamos hacia dónde, y que nos devora consigo en su crecimiento desmesurado. 

Florencia Guillén es una artista que por medio del arte se hace estas preguntas. Su exposición “La gravedad del musgo”, que llega el día de mañana al Museo Cabañas, la creadora multidisciplinaria invita a mirar al territorio y a escucharlo desde una perspectiva ecológica y crítica, explorando la devastación del agua, el cambio climático, los efectos desmesurados de la industrialización y el capitalismo, que ya no sólo repercuten en el mundo, sino en nosotros mismos. 

Partiendo desde los vestigios del Puente de las Damas, que alguna vez cruzó lo que fue Guadalajara, y que ahora son ruinas bajo el concreto de la ciudad -pero también recorriendo otras metrópolis y lugares con sus respectivas catástrofes-, Florencia Guillén invita a reflexionar cómo este sistema incesante e insaciable repercute también en el género, en nuestro vincularnos con el otro, en el territorio que habitamos

“La exposición reúne mucha de la obra que ha hecho desde hace algunos años. Tiene que ver con agua y género, básicamente”, comparte la artista Florencia Guillén en entrevista con EL INFORMADOR

“He tenido varios proyectos relacionados con la ciudad y con cómo hemos invisibilizado el agua como parte de nuestro paisaje o de nuestro territorio. No sólo parte del Puente de las Damas, que sí fue una iniciativa de mujeres en el siglo XVIII, una acción ciudadana que venía justo de un grupo de mujeres”. 

“Más actualmente, la última obra que hice con esa perspectiva se llama ‘Alma de Tezontle’. Es un retrato de dos mujeres luchadoras por El Salto y Juanacatlán: Sofía Enciso y Graciela González, quienes son parte del colectivo ‘Un Salto de Vida’. Hice retratos de ellas en la cascada de Juanacatlán, donde el río Santiago tenía el color rojo por la pigmentación del tezontle presente en el agua”.

Cabe señalar que “La gravedad del musgo” fue una invitación del Museo Cabañas a Florencia Guillén por medio de la curadora Lorena Peña Brito, y será inaugurada mañana a las 11 horas. Estará abierta durante tres meses; la artista finalizó compartiendo su entusiasmo por presentarse en el Cabañas, uno de los espacios más importantes de Guadalajara, museo que alguna vez encaró un río, el San Juan de Dios, y que hoy no es más que un recuerdo bajo el tráfago de la Calzada Independencia. 

“Estoy emocionada. Todavía no lo asimilo del todo, pero es la primera vez que hago una exposición individual tan grande en mi vida. Estoy agradecida y muy contenta de que sea en el Museo Cabañas, que considero un gran museo”, finaliza Florencia Guillén.

Reflexiones sobre el territorio, la contaminación y el medio ambiente 

“La gravedad del musgo” está compuesta por dieciocho piezas realizadas desde 2009. No todas tocan el tema de Guadalajara, pero sí giran en torno al territorio y a la identidad.

Desde las estepas de Mongolia, donde Florencia tuvo la oportunidad de convivir con los nómadas de aquellas estepas inmensas y entender su modo de vivir y cómo se relacionan con el territorio tan distinto a como lo hacemos nosotros, desde las trincheras de los habitantes del Río Santiago, como el proyecto ‘Un Salto de Vida’, donde han plantado cientos de árboles para crear un bosque en el entorno del cauce más contaminado de México. Cada pieza, sobre todo, es reflexionar sobre la relación entre el cuerpo y este sistema, el medio ambiente, el género

“La relación entre medio ambiente y género a veces es muy obvia, porque la lucha por el medio ambiente también tiene que ver con la equidad de género. Ha sido a través del extractivismo y de sistemas patriarcales capitalistas que se ha llegado a este extremo de contaminación y crisis climática”, comparte la artista. 

A lo que agrega: “Muchas ciudades se establecieron alrededor de ríos porque era lo más práctico y generaba beneficios comerciales y emocionales. Es triste que no hayamos podido construir una relación más horizontal con los entornos naturales, que no son recursos sino espacios con los que convivir y que tienen los mismos derechos que nosotros. Muchas culturas originarias entendieron ese respeto por otras especies desde su esencia, y de ahí también proviene la inspiración de mi trabajo”.

“Para mí se trata de encontrar la poética en la lucha y en los símbolos de la naturaleza: una piedra, un árbol, un bosque o un río enterrado. Varias piezas de la exposición tienen que ver con visibilizar lo invisibilizado: mujeres, medio ambiente y vínculos. Muchas de mis obras parten de relaciones con personas y me llevan años de trabajo, pero ese es mi proceso”, suma.

CT

Cortesía de El Informador



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