Mover ocho brazos al mismo tiempo no es tarea sencilla, pero los pulpos lo hacen de manera impecable. Estas criaturas marinas no solo son conocidas por su inteligencia y su capacidad de camuflaje, también por la versatilidad de sus extremidades. Ahora, una investigación publicada en Scientific Reports acaba de mostrar que, al igual que los humanos con la mano dominante, los pulpos también tienen preferencias al usar sus brazos.
Según The Guardian, los científicos analizaron decenas de videos de pulpos en distintos entornos naturales y descubrieron que tienden a usar los brazos delanteros con mayor frecuencia que los traseros para realizar la mayoría de las tareas, desde explorar hasta manipular objetos. Eso sí: no mostraron preferencia por el lado izquierdo o derecho.
Un análisis exhaustivo de más de 10 mil movimientos
De acuerdo con un estudio, los investigadores observaron 25 pulpos en hábitats tan distintos como fondos arenosos, arrecifes y praderas marinas. En total, registraron 10,688 acciones y deformaciones de brazos durante las filmaciones.
El análisis permitió identificar 12 tipos de acciones distintas (como estirar, levantar o enrollar) y cuatro formas de deformación que hacen posibles esos movimientos: doblar, acortar, alargar y torcer. Todas las extremidades podían ejecutar cualquiera de ellas, lo que confirma una flexibilidad impresionante.
Sin embargo, no todo fue homogéneo, los brazos delanteros fueron responsables del 64% de las acciones, frente al 36% de los traseros. Además, mientras los delanteros se usaban más para alcanzar, explorar y manipular, los traseros se empleaban con mayor frecuencia para sostener el cuerpo o caminar.
¿Por qué importa que los pulpos tengan brazos “especialistas”?
El estudio no solo muestra una nueva forma de entender la conducta de los cefalópodos, también da claves para comprender su sistema nervioso único. A diferencia de la mayoría de animales, los pulpos tienen gran parte de sus neuronas distribuidas en los brazos, lo que les da autonomía y una coordinación casi descentralizada.
Según el estudio, esta división de tareas podría ser una estrategia evolutiva: mientras los brazos delanteros se concentran en explorar y buscar alimento, los traseros aseguran la locomoción y el soporte del cuerpo. Es un modo de optimizar recursos sin perder versatilidad.
Más allá de la biología marina: inspiración para la robótica
Los investigadores creen que estos hallazgos pueden tener aplicaciones más allá de la zoología. El estudio indica que la capacidad de los pulpos para combinar deformaciones y acciones de forma simultánea representa un modelo ideal para el diseño de robótica blanda.
Imitar la flexibilidad y coordinación de los brazos de un pulpo podría inspirar desde robots de rescate capaces de adaptarse a espacios irregulares, hasta dispositivos médicos diseñados para realizar procedimientos delicados en el cuerpo humano.

Un comportamiento complejo que aún tiene secretos por revelar
Los pulpos ya habían demostrado antes comportamientos sorprendentes, como cambiar de color mientras duermen, lo que algunos científicos interpretan como una señal de que podrían soñar. Ahora, con esta investigación, se confirma que su sistema motor es igual de complejo que sus capacidades cognitivas.
Según The Guardian, aunque no se detectó un “brazo dominante” como en los humanos, sí se observó un patrón claro de especialización: los delanteros hacen el trabajo fino, los traseros el trabajo pesado.
El siguiente paso, de acuerdo con el equipo de investigación, será explorar cómo estas preferencias varían entre especies con morfologías distintas, como los pulpos de brazos más largos y delgados que imitan a peces planos en el Caribe o en el Indo-Pacífico.
Cortesía de Xataka
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