
En la Ciudad de México la autoconstrucción de vivienda es una de las principales vías para acceder a un hogar. Sin embargo, edificar una casa en una zona sísmica sin asesoría técnica implica riesgos que van desde derrumbes, hundimientos diferenciales hasta fallas estructurales que pueden costar vidas.
Según datos compartidos por Materiales San Cayetano Express, se estima que seis de cada 10 casas se edifican sin la supervisión de arquitectos o ingenieros, un fenómeno que responde a la falta de acceso a créditos formales.
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“Yo pensaba que con poner block y cemento era suficiente. Después del sismo del 2017 vi cómo varias casas en mi calle se cuartearon y hasta se desplomaron. Un ingeniero me ayudó a reforzar los castillos con varilla y me explicó lo del suelo. Sí gasté más de lo planeado, pero ahora duermo tranquilo”, compartió Juan Carlos Méndez, habitante de Cuautepec, Ciudad de México.
Especialistas advierten que, en una ciudad como la capital y sus alrededores, donde los temblores son recurrentes y el suelo blando multiplica los efectos sísmicos, la seguridad debe estar en el centro de la autoconstrucción de la vivienda.
“Hay que poner énfasis en educar al autoconstructor. Nosotros lo hacemos a través de demostraciones prácticas, capacitaciones y pruebas de producto. Nuestro principal objetivo es brindar seguridad a las familias que deciden levantar su vivienda por cuenta propia”, comentó Oscar Montoya, gerente general de Materiales San Cayetano Express.
Claves para autoconstruir en zonas sísmicas
Para reducir riesgos en la autoconstrucción de vivienda en zonas sísmicas, especialistas sugieren incorporar medidas básicas de seguridad, tales como:
- Cimentación adecuada al tipo de suelo: En suelos blandos, como los de Iztapalapa, se requieren refuerzos adicionales. Un estudio de mecánica de suelos, aunque sea básico, puede marcar la diferencia.
- Uso de tabiques industrializados: Garantizan uniformidad y resistencia, lo que se traduce en muros más sólidos y menor riesgo estructural.
- Capacitación para el autoconstructor: Entender cómo mezclar materiales o colocar tabiques de manera correcta reduce fallas desde el inicio.
- Altura y peso controlados: Se recomienda no exceder dos niveles en construcciones sin supervisión profesional y evitar techos de concreto demasiado pesados.
- Distribución simétrica: Evitar ampliaciones improvisadas y mantener muros y columnas alineados ayuda a que la estructura distribuya mejor la energía sísmica.
- Supervisión técnica mínima: La asesoría de un ingeniero o arquitecto en las etapas críticas (cimientos, estructura y losa) disminuye los riesgos de colapso.
- Materiales de calidad accesibles: Productos como mezclas listas o ladrillos tecnológicos, disponibles en el mercado local, mejoran la durabilidad y seguridad de las viviendas.
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Cortesía de El Economista
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