Alimentación: ¿Cómo preparar un lunch adecuado para las infancias?


Cada mañana miles de madres, padres y cuidadores de México se enfrentan a una de las decisiones más pequeñas y, a la vez, más significativas del día: ¿qué poner en la lonchera de sus hijos?

En marzo de 2025, se implementó la Estrategia Nacional “Vivir Saludable, Vivir Feliz”, por parte del Gobierno de México, que busca mejorar la salud y el bienestar de niñas y niños en las escuelas de todo el país.

Esta estrategia restringe la venta de alimentos y bebidas no saludables dentro de las escuelas, incluyendo aquellos productos que tengan sellos o leyendas de advertencia, así como preparaciones poco saludables. Si bien, esta iniciativa conduce a una mejor nutrición infantil, también propone un reto para las y los cuidadores, quienes deben desarrollar menús adecuados para la alimentación de las infancias.

Tras la implementación de esta estrategia, resurgieron cuestionamientos que se daban por sentados. ¿Es bueno dar el mismo alimento que las personas adultas comen a las infancias? ¿Realmente un jugo de fruta es saludable? ¿Cuánto me va a costar preparar la comida de mi hija o hijo? ¿Es más caro comer de forma nutritiva?

La doctora Patricia Clark, en representación del Centro Cochrane México de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó, en una presentación de la Facultad de Medicina que, el comer saludable no debería significar un lujo pues, “una dieta saludable puede ser asequible cuando se seleccionan alimentos de temporada y de origen local”.

Un cambio gradual

Roberto García Raya, licenciado en nutrición, propone en su Tesis de Grado, que los hábitos empiezan desde casa. A raíz de la implementación de la estrategia, se dejó entrever que gran parte de los hábitos de los niños, eran reflejo de los padres. “Si el niño no consume chatarra en la escuela, la va a consumir en casa, si no se limita ese hábito, independientemente de si el lunch es saludable o no”, explica. “Si tú, como padre o madre, tienes hábitos saludables en casa, el niño los aprenderá”.

Si este es el caso, el cambio es gradual. Modificar los hábitos alimenticios no solo es algo díficil para las y los adultos, sino también para las infancias, “muchos pacientes ven mal y se les complican las ‘dietas’, porque parecen prohibir todo, cuando en realidad los cambios son paulatinos, como cuando haces ejercicio, no empiezas cargando muchas libras, empiezas de a poquito”, continúa García Raya.

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¿Cómo preparar lonches saludables para los niños?

Lo primero a saber es que, no siempre lo mismo que comen las y los adultos, es adecuado para las infancias. Las porciones adecuadas cambian de acuerdo a la talla, requerimientos físicos, sexo, edad, entre otros aspectos. 

Es importante que se consulte a expertos en nutrición para tener las porciones adecuadas para cada infante. Cada etapa en la infancia es diferente pero, especialmente en estudiantes pequeños, “la etapa donde se debe enfocar más en la alimentación es en la primaria, a los 6 y 12 años, porque es ahí es donde se crean hábitos, aunque el crecimiento dure hasta los 18, aproximadamente“, explica Abril Arreola, licenciada en nutrición.

Un lunch adecuado para esta etapa de la infancia, debe tener:

  • Menos alimentos procesados como sea posible (empaquetados).
  • Debe ser adecuado en proteína como pollo, atún o queso.
  • Acompañarse de verduras de diferentes colores, como jitomates, pepino, pimiento amarillo, etc.
  • Fruta, que dará el toque dulce.
  • Grasa de calidad como crema de maní, almendras, nueces o aguacate.
  • Carbohidratos con fibra integral, que no sean procesados, como avena, papa o camote.
  • Fuente de proteína extra como leguminosas, frijoles, garbanzos, que además, son más baratas.

Para la bebida, no hay nada mejor que el agua natural. En caso de que estén acostumbrados a las bebidas azucaradas, la nutrióloga recomienda “agua de fruta dulce, que no requiera azúcar extra, como agua de mango o tuna, e ir reduciendo porciones para ir acostumbrando al paladar hasta que prefiera el agua natural”.

Como padres hay que buscar lo que funcione, sin olvidar que los hábitos requieren de constancia y paciencia, no solo de las infancias, sino de las y los cuidadores.

¿Qué alimentos sí se pueden encontrar en las escuelas?

Las familias son diversas y se organizan de manera distinta. Hay cuidadores que no tienen el tiempo de cocinar por las mañanas por cualquier situación. En estos casos, las escuelas con servicio de cocina también han cambiado los menús de sus centros de consumo.

Dentro de las escuelas se podrán encontrar: frutas, verduras, semillas, cereales integrales, y agua potable. También habrá guisos tradicionales mexicanos, principalmente aquellos que incluyan ingredientes naturales de acuerdo con la región y la temporada; claro, bajos en sal y azúcar.

Algunos ejemplos de alimentos autorizados para su venta en cooperativas son elotes o esquites sin grasa, palomitas naturales, nueces, alegrías y obleas con pepitas, yogurt natural (sin sellos), ensaladas, tlacoyos de nopales, torta de frijoles con queso, verduras al vapor, tortas de pollo deshebrado, quesadillas de tortillas de maíz y verduras cocidas, entre otros.

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La realidad es que las escuelas no son solo el punto de venta de alimentos procesados, los hábitos alimenticios se forman desde casa. Aunque la comida chatarra se deje de ofrecer en escuelas y centros educativos, el hogar es el eje de la nutrición infantil.

La obesidad y las enfermedades crónicas derivadas de una mala alimentación no son “cosa de niños”. México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en obesidad en adultos y el primero en obesidad en infancias. Si las madres, padres y cuidadores no construyen hábitos alimenticios saludables, los más pequeños del hogar tampoco lo harán.

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Cortesía de El Informador



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