A cerrar filas por una UdeG sin violencia


Escuchar a la disidencia interna que, desde siempre, con distintas expresiones, ha existido en la Universidad de Guadalajara, vendrá sin duda a fortalecer y a refrescar la máxima casa de estudios pública de Jalisco, que desde hace más de treinta años ha estado bajo el control del grupo UdeG, fundado por el finado ex rector Raúl Padilla López, y que ha mantenido la hegemonía política a su interior.

Por eso es una buena noticia que apenas en el primer semestre del rectorado de Karla Planter, las autoridades universitarias que ella encabeza hayan expresado de forma institucional, su voluntad y apertura al diálogo paro con los estudiantes que la semana pasada se manifestaron en el edifico central de la Universidad de Guadalajara y al día siguiente en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y humanidades (CUCSH), y luego en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CECEI) y que lamentablemente su protesta degeneró en violencia.

Esa misma apertura de disposición al diálogo la reiteró la Rectora General en una charla que tuvimos con ella en el noticiario radiofónico Líder Informativo, al igual que lo expresó en ese mismo espacio la rectora del CUCSH, Dulce María Zúñiga, quien incluso descartó pedir el desalojo de los estudiantes que tomaron uno de los salones y se apertrecharon tras escritorios y mesabancos la noche del jueves que se quedaron a pernoctar en ese centro universitario. 

Aunque en un futuro próximo sería pertinente discutir los métodos de selección de representación universitaria, lo que con razón señalan las autoridades de la UdeG, como jurídicamente inviable, es la petición de los estudiantes inconformes, de que se cancele el proceso electoral del Consejo General Universitario (CGU).

Es una buena noticia también que la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Zoe García, ofrezca diálogo y debate con esta expresión estudiantil disidente, que ha señalado no sentirse representada por ese organismo estudiantil que tiene la representación de este sector en la UdeG, y que está también en pleno proceso electoral.

En lo que sí todos, comunidad universitaria, gobiernos y ciudadanía, debemos cerrar filas es para no dejar pasar grupos e intereses que quieren actuar bajo el anonimato y de forma violenta, a las escuelas, centros universitarios y oficinas administrativas de la UdeG, como ocurrió el miércoles y jueves de la semana pasada.

También por la violencia que genera el narco, es inadmisible la petición que aparece en el pliego petitorio, al “derecho a un consumo responsable y no criminalizado” por el que plantean la necesidad de establecer en las escuelas “espacios de tolerancia para consumos de cannabis” y la “no criminalización ni hostigamiento”.  

Como debe ser en todas las Universidades, que venga la discusión y el debate civilizado, pero nunca el regreso a la barbarie de la violencia en nuestra UdeG.

Cortesía de El Informador



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