
Más que bien librada salió de su primer grito de la ceremonia de conmemoración del 215 aniversario del inicio de la lucha por la Independencia de México, la Presidenta Claudia Sheinbaum.
La expectativa natural que había por ser la primera mujer en la historia del país en encabezar esta verbena popular que es el momento estelar de las fiestas patrias, la cubrió plenamente al lanzar señales, símbolos y expresiones en su arenga que volvieron a imprimir en su mensaje una reivindicación a las causas de las mujeres, como lo hizo desde el primer momento en su discurso de toma de posesión del 1 de octubre pasado.
Además de su indumentaria dominada por el color morado feminista, estuvo la parada al pie de la fotografía de Leona Vicario, heroína de la lucha independentista, donde decidió recibir la bandera nacional de manos de una escolta integrada exclusivamente por ocho mujeres cadetes, que aunque ya había sucedido hace un par de sexenios, por el contexto de ser la primera mujer Presidenta, adquirió nuevamente una relevancia significativa.
Desde luego marcaron también sus vivas, cuando mencionó a la también conocida como “La Corregidora de Querétaro”, como Josefa Ortiz Téllez Girón, su segundo apellido de pila, como un gesto de liberación femenina de que la mujer no debe asumir por decreto el apellido del cónyuge; y cuando incluyó el “¡Vivan nuestras heroínas anónimas!”.
Pero como siempre en política, también las omisiones comunican, y las de ayer de la Presidenta ayudaron a recuperar, para bien, una dimensión institucional y republicana a este acto de Gobierno, que se había perdido en el sexenio pasado, cuando predominaron claros tintes partidistas.
El haber dejado fuera el “¡Viva la Cuarta Transformación!” que expresó a todo pulmón el año pasado su mentor político, el Presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, le quitó ese sesgo clientelar.
La muestra de altura, apertura y tolerancia política, muy escasa el Gobierno pasado, la demostró Sheinbaum con la invitación a la ceremonia de la representación del Poder Judicial, y sobre todo del Poder Legislativo, representado por la panista Kenia López Rabadán.
En su arenga cupo también la causa migrante y no faltó el mensaje a Donald Trump con su “¡Viva un México independiente y soberano!”, idea que reiteró y desarrolló con mayor amplitud al colocarla como el eje central de su discurso de ayer luego del tradicional desfile militar del 16 de septiembre.
No menor fue el detalle de que el escenario del presidium del desfile lo hubieran pintado de azul marino y no color guinda Morena, como siempre pasa en los escenarios en los últimos siete años y que seguramente extrañaron los duros de la 4T, de los que con su grito y los símbolos que lanzó, siguió deslindándose la Presidenta Sheinbaum, que llegará a su primer año de Gobierno con niveles de popularidad superiores a su antecesor.
Cortesía de El Informador
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