Amnesia infantil: por qué no tenemos recuerdos de cuando éramos bebés

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    • Autor, Maria Zaccaro
    • Título del autor, BBC World Service

El día que nacimos, nuestros primeros pasos, nuestras primeras palabras… son todos momentos importantes en nuestras vidas. Sin embargo, no recordamos ninguno de ellos. ¿Por qué?

Neurólogos y psicólogos han lidiado con esta pregunta durante décadas.

Nuestra incapacidad para recordar eventos específicos de los primeros años de vida se llama amnesia infantil, y se han desarrollado muchas teorías a lo largo de los años en un intento por explicarla.

Nick Turk-Browne, profesor de Psicología y Neurocirugía en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, dice que el debate se reduce esencialmente a dos preguntas clave: ¿creamos recuerdos en nuestros primeros años pero somos incapaces de acceder a ellos más tarde?, o ¿no creamos recuerdos en absoluto hasta que crecemos?

Según el profesor Turk-Browne, hasta la última década, los investigadores asumían principalmente que los bebés no creaban recuerdos. Algunos creían que se debía a la falta de un sentido del yo completamente formado o a la incapacidad de hablar.

Un bebé sonriente tumbado sobre su barriga.

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Otra hipótesis, explica, es que no podemos crear recuerdos hasta aproximadamente los cuatro años porque el hipocampo, una región del cerebro responsable de formar nuevos recuerdos, aún no está completamente desarrollado.

“Su tamaño aumenta a más del doble durante la infancia”, dice el profesor Turk-Browne. “Y, por lo tanto, tal vez las primeras experiencias que tenemos no se pueden almacenar porque no tenemos el circuito que se necesita para hacerlo”.

Examinando el cerebro de un bebé

Sin embargo, un estudio publicado a principios de este año por el propio profesor Turk-Browne parece contradecir esa idea.

Su equipo mostró a 26 bebés de entre cuatro meses y dos años de edad una serie de imágenes mientras escaneaban sus cerebros y medían la actividad de su hipocampo.

Luego mostraron a los bebés una de las imágenes anteriores junto a una nueva y midieron los movimientos oculares de los bebés para analizar cuál de las dos fotos miraban más.

Si era la imagen antigua, los investigadores lo tomaron como una señal de que los bebés eran capaces de recordar esa imagen y reconocerla, como se había sugerido en estudios previos.

Un montaje audiovisual con la imagen de un bebé y su cerebro.

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Los investigadores descubrieron que cuando el hipocampo de un bebé estaba más activo al ver una imagen por primera vez, era más probable que la recordara más tarde, especialmente si el bebé tenía más de 12 meses.

Esto sugiere que el hipocampo es capaz de codificar algún tipo de memoria alrededor del primer año de vida.

¿Adónde van los recuerdos?

El profesor Turk-Browne dice que el estudio de su equipo es “un primer paso” para establecer si los bebés realmente forman recuerdos en el hipocampo, y que aún se necesita mucha más investigación.

“Si los estamos almacenando, eso plantea preguntas realmente fascinantes sobre ¿dónde están esos recuerdos? ¿Siguen ahí? ¿Podríamos acceder a ellos?”, pregunta.

Un estudio publicado en 2023 encontró que los ratones que habían aprendido a salir de un laberinto cuando eran bebés lo habían olvidado en la edad adulta. Pero la activación artificial de partes del hipocampo que estaban involucradas en el aprendizaje original podría revivir ese recuerdo.

Aún está por determinarse si los bebés humanos almacenan recuerdos que de alguna manera se vuelven inactivos en etapas posteriores de la vida.

Catherine Loveday, profesora de Neuropsicología en la Universidad de Westminster, en Reino Unido, también cree que los bebés tienen la capacidad de crear recuerdos, al menos para cuando ya pueden hablar.

“Sabemos que los niños pequeños regresan de la guardería, describen algo que ha sucedido y no pueden describirlo unos años después. Entonces los recuerdos están ahí. Simplemente no se quedan”, argumenta.

“Creo que la pregunta es en qué medida afianzamos esos recuerdos con el tiempo, si se desvanecen muy rápido y en qué medida son una especie de recuerdos conscientes sobre los que realmente podemos reflexionar y pensar sobre ellos”, sugiere.

Un niño montando una bicicleta de madera.

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¿Podría haber una memoria falsa?

Lo que dificulta aún más nuestra comprensión de la amnesia infantil es el hecho de que puede ser “casi imposible” determinar si lo que la gente cree que es su primer recuerdo realmente lo es, señala Loveday.

Algunos de nosotros podríamos recordar un incidente particular cuando éramos bebés o estábamos en la cuna, por ejemplo.

La profesora Loveday dice que es poco probable que tales recuerdos sean genuinas evocaciones de experiencias reales.

“Lo que sucede con la memoria es que siempre es una reconstrucción. Entonces, si alguien te cuenta algo y tienes suficiente información al respecto, tu cerebro puede reconstruir algo que se siente absolutamente real”, explica.

“Lo que realmente estamos analizando aquí es la conciencia, y la conciencia es lo que es difícil de precisar”, añade.

El profesor Turk-Browne piensa que el misterio que rodea a la amnesia infantil habla del núcleo de lo que nos hace ser quienes somos.

“Se trata de nuestra identidad”, dice. “Y la idea de que tenemos este punto ciego en los primeros años de nuestras vidas, donde no recordamos las cosas, creo que realmente desafía la forma en que la gente piensa sobre sí misma”.

Raya.

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Cortesía de BBC Noticias



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