Los bancos centrales, bajo presión

La tendencia de la mayoría de los bancos centrales del mundo es, por ahora, relajar sus políticas monetarias que han tenido que reaccionar de acuerdo con ese factor humano disruptivo que despacha en La Casa Blanca.

Básicamente, la amenaza de aplicación de aranceles recíprocos y los titubeos del propio Donald Trump han hecho más impredecible determinar si se apuntala la lucha antinflacionaria o se toma el camino contrario.

Quien suele marcar la pauta en el mundo monetario es la Reserva Federal (Fed), pero el gran faro bancario hoy está bajo ataque presidencial y si bien no hay todavía indicios de éxito en esa injerencia, sí se empiezan a popularizar las versiones de que Trump ya se sale con la suya.

A la decisión de política monetaria de la Fed de este miércoles, de bajar en 25 puntos base la tasa de interés referente, le acompañaron titulares que apuntaban que esa disminución había sido producto de las presiones del Presidente de Estados Unidos al autónomo banco central.

Las presiones están y siguen, pero la determinación del Comité de Mercado Abierto de la Fed es parte de un proceso que inició hace varios meses y que el mercado bien conocía que habría de derivar en esta baja.

Pero esa presión de Trump influye en los ánimos. Desde la misteriosa renuncia anticipada de la gobernadora Adriana Kugler y la designación de su asesor económico, Stephen Miran, quien llegó a votar como quería su jefe; hasta la insistencia, ahora ante la Corte Suprema, de querer correr a la gobernadora Lisa Cook.

Que, por cierto, a su secretario del Tesoro, Scott Bessent, le encontraron el mismo truco hipotecario de nombrar dos residencias financiadas a tasa preferencial como la principal, pero solo a la gobernadora Cook le echan encima al poder Judicial.

Los bancos centrales más importantes han decidido bajas en sus tasas en los meses recientes; solo Japón, que tiene sus propios problemas económicos, y Brasil, que tiene a Lula, han decidido elevarlas.

La Fed había esperado para subirse a la resbaladilla de las tasas porque ese país es el epicentro de la aplicación de esta política arancelaria caprichosa de Donald Trump y, por lo tanto, se ubicaría como la zona cero de un repunte inflacionario como consecuencia de esos impuestos adicionales.

Pero los titubeos de Trump, la realidad de un mercado laboral débil y una inflación general menos presionada, por ahora, abrieron la puerta para que los expertos banqueros centrales estadounidenses, los independientes, determinaran que era el momento de bajar un cuarto de punto la tasa de interés.

¿Vendrán nuevas bajas? Donald Trump quiere al menos 125 puntos base menos y hace lo que puede para influir en ello, el mercado anticipa dos bajas más en lo que resta del año, pero si la Fed logra mantener la independencia y autonomía en sus decisiones tendrán que ser determinaciones dato-dependientes en las dos reuniones que tienen todavía por delante en lo que resta de este 2025.

De paso, en el caso de México, el banco central de nuestro país consigue margen de maniobra para mantener esa política de relajamiento de la que una mayoría de integrantes de la Junta de Gobierno parece estar convencida y que sus razones tendrán.

Quien suele marcar la pauta en el mundo monetario es la Fed, hoy bajo ataque presidencial, y se empiezan a popularizar las versiones de que Trump ya se sale con la suya.

Cortesía de El Economista



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