DiCaprio, frente una redención imposible en “Una batalla tras otra”


“Una batalla tras otra” es el nuevo largometraje del cineasta estadounidense Paul Thomas Anderson, quien escribe, dirige y produce esta película que ha generado grandes expectativas en el mundo cinematográfico. Inspirada en la novela “Vineland” del emblemático escritor estadodunidense Thomas Pynchon, la obra toma algunos elementos conceptuales del libro -especialmente en torno a los fantasmas del pasado revolucionario, la contracultura, y la tensión entre generaciones- pero los adapta a un tiempo presente para construir una narrativa propia.

Como ya es costumbre en Thomas Anderson, la película cuenta con un reparto de alto calibre, encabezado por Leonardo DiCaprio como “Bob Ferguson”, un ex revolucionario marcado por su pasado, venido a menos, que vive alejado de la sociedad con su hija “Willa”, interpretada por Chase Infiniti en su debut cinematográfico. Sean Penn encarna al antagonista, el Coronel “Steven J. Lockjaw”, un viejo adversario que reaparece después de muchos años, lo que obliga a “Bob” a volver a ponerse en movimiento. Complementando el reparto de lujo, actúan Benicio del Toro, Regina Hall, Teyana Taylor, Alana Haim y Wood Harris, entre otros.

Para promocionar la película, el elenco de “Una batalla tras otra” -la leyenda viva de Thomas Anderson, Leonardo DiCaprio, Benicio del Toro y Chase Infiniti- visitaron la Ciudad de México, en una rueda de prensa en la cual EL INFORMADOR tuvo oportunidad de estar presente. 

El director, que es la primera vez en su vida que visita nuestro país, no solo compartió con los medios el entusiasmo que le genera el estreno de su nueva película, sino la novedad de México: “Tenemos que salir de aquí. Vamos a terminar pesando 150 kilos si nos quedamos más tiempo”, bromeó. “La comida y la hospitalidad son increíbles”.

“Una batalla tras otra” es legendaria en muchos aspectos: es la primera vez que Leonardo DiCaprio y Paul Thomas Anderson trabajan juntos a pesar de las aplaudidas trayectorias de ambos; es, además, la segunda ocasión que el director lleva a la pantalla grande una adaptación de Thomas Pynchon, ese titán de las letras, siendo la primera “Vicio propio”, en 2014. Al respecto de esta nueva cinta, Thomas Anderson compartió que su propósito al filmarla era dar la sensación de una montaña rusa, pero con un núcleo profundamente humano. 

“Estábamos determinados a hacer una película de acción. No tiene la trama tradicional de una película de acción, pero quería darle el mismo impulso que tendrías en una”, dice el director. “Cada acción tiene una reacción. Tensión dramática todo el tiempo. Todo lleva a otra cosa, a otra, y eso contribuye -espero- a esa montaña rusa. Creo que quizá la razón por la que la película parece estar conectando es que nunca puedes escapar de lo que realmente amas, que son los personajes. Eso es lo que realmente amo. Así que para nosotros fue muy difícil poner a estos personajes que amamos en tremendas situaciones y ver cómo reaccionaban”.

Una deuda saldada

Leonardo DiCaprio es otra leyenda viva del cine. Con una galardonada carrera, y grandes reconocimientos en el cine, es un favorito indiscutible. No obstante, había algo que el actor no hacía aún: trabajar con Paul Thomas Anderson.

Cuando el director se le aproximó con la propuesta de esta película, DiCaprio no se lo pensó ni un segundo. “Primero que nada, si Paul Thomas te llama para un proyecto, dices que sí antes incluso de leer el guion. Ha creado mundos tan únicos en los que te sientes inmerso”, dice el actor. 

“Y en este caso, me encanta que las películas tengan una gran cantidad de pensamiento detrás, que tengan capas impredecibles. Paul comenzó a escribir esto hace 16 o 17 años y es tan actual para el mundo en el que vivimos, pero al mismo tiempo es muy entretenido en su núcleo. Estos personajes tienen mucha humanidad, son imperfectos y están tratando de salir adelante. Me encanta que haya abordado esto. Y no es que ataque directamente un ‘tema’, pero en última instancia pone un espejo frente a la sociedad actual. Son personajes humanos, reales, con los que todos pueden identificarse”.

Sentimientos similares comparte Benicio del Toro, el que se dijo halagado de formar parte de un elenco saturado de estrellas. Más allá de eso, el actor comentó que toda la experiencia en sí fue una clase magistral, desde desarrollar su personaje, hasta aprender de las indicaciones del director mítico: nunca se deja de aprender.

“Creo que, como dijo Leo, si Paul llama, nadie le va a decir que no” asegura Benicio del Toro. “Solo tener la oportunidad de estar en su set con tantos talentos, era una oportunidad que jamás iba a dejar pasar. Pero además, poder trabajar con él, desarrollar mi personaje y aprender más sobre su proceso fue lo que realmente me hizo enamorarme de este proyecto. Es una historia original, impredecible, llena de humanidad y humor. Cada personaje es tridimensional, incluso los villanos. Explora la condición humana en esta historia cargada de acción”. 

Por su parte, la joven actriz Chase Infinity, cuando se le preguntó cómo es que se sintió de ser una de las protagonistas de esta cinta, junto a titanes consagrados de la actuación, compartió con gracia que muchas veces sintió que los novatos eran sus compañeros, como se sintieran intimidados de trabajar con una actriz nobel. “Me preguntaban todo el tiempo cómo me sentía, si estaba bien”, ríe.

“Siempre les contestaba: hay que hacerlo. Creo que esta película es un trabajo maravilloso que empodera a todos sin importar tu edad o cualquier otra cosa, pero especialmente a la gente joven”.

Una trama que pone el dedo en la llaga

Desde el punto de vista narrativo, “Una batalla tras otra” parte de una premisa fuerte: tras dieciséis años de silencio, aparece de nuevo una amenaza antigua, un enemigo que obliga a los personajes a enfrentarse no solo al antagonista externo, sino al peso de sus decisiones, al rol de la familia, y a las consecuencias de haber dejado atrás -o intentado dejar atrás- un activismo radical. 

“Bob” vive con su hija en una especie de aislamiento físico y emocional, intentando evitar problemas, huyendo del fantasma de lo que fue. Pero cuando “Willa” desaparece, lo que podría haber sido un retiro se convierte en un viaje que lo arrastra de nuevo hacia el conflicto, reafirmando que las heridas de la historia no se cierran tan fácilmente.

Uno de los aspectos más elogiados es cómo Anderson logra mezclar géneros: acción, sátira política, comedia negra, drama familiar e incluso algo de thriller. Esta hibridación no es gratuita; por el contrario, sirve para dar textura al relato y para que la película no sea sólo un espectáculo sino también una reflexión sobre temas urgentes: el peso del pasado, las divisiones políticas y sociales, la paternidad, la identidad y la resiliencia. 

Más allá del trasfondo narrativo que ya viene en la misma novela de la cual la película fue adaptada, Paul Thomas Anderson compartió que su inspiración más grande parte de su propia experiencia como padre. 

“¿De dónde vino mi inspiración para esta película? Bastante obvio y bastante honesto: tengo hijos propios. Sentía profundamente escribir un escenario así, no estaba muy lejos de mi vida”, confiesa el director. 

“No paso el día fumando marihuana en el sofá como mi protagonista, pero creo que cualquier padre siempre siente un poco que fracasa. Esos primeros años de paternidad son mágicos, pero luego los hijos empiezan a tener sus propias mentes, sus propios deseos, y uno tiene que dejar que florezcan. Eso me resultó muy fácil de entender y muy cercano. El corazón de la película está en mostrar que la risa y el dolor no son opuestos, sino parte de la misma experiencia humana”, concluye.

Una producción de alta calidad

Técnicamente, “Una batalla tras otra” es ambiciosa. El director de fotografía es Michael Bauman, quien trabaja en estrecha colaboración con Anderson. Se filmó en 35 mm utilizando cámaras VistaVision, lo que sugiere una apuesta estética fuerte, visualmente rica, de gran formato. 

El compositor Jonny Greenwood, colaborador frecuente de Anderson, aporta la música, lo que suele significar que la banda sonora será un componente clave para la atmósfera emocional.

Además, es la primera vez que Thomas Anderson filma para formato IMAX, y el mismo director invitó a los espectadores a vivir la película bajo esta experiencia, para tener así la aventura deseada. La película, por si fuera poco, tiene casi tres horas de duración. 

Una mirada a los conflictos actuales

Criticando el supremacismo, la vigilancia estatal y divisiones ideológicas, “Una batalla tras otra” no sólo se presenta como espectáculo, sino como invitación a pensar: ¿qué dejamos a las nuevas generaciones?, ¿cómo lidiamos con las cicatrices de luchas pasadas?, ¿hasta qué punto se puede huir de uno mismo?, ¿y qué significa realmente ser padre o madre en un mundo tan fragmentado políticamente? Anderson parece estar construyendo una película que funciona en múltiples niveles: como entretenimiento de gran escala, como reflexión social urgente y como pieza estética que busca conmover y perturbar en igual medida. 

Una de las líneas argumentales de la película parte desde el personaje de DiCaprio, quien interpreta a uno de los integrantes principales de un grupo revolucionario que tiene en jaque al Ejército de Estados Unidos con tal de ayudar a migrantes latinos. 

El actor, que siempre se ha comprometido a trabajar en películas con transfondo social, no es ajeno a que esta cinta es un espejo a lo que ocurre actualmente en los Estados Unidos con las redadas que han puesto en jaque a miles de familias migrantes. 

“Nadie quiere que nadie sea separado de su familia y son tiempos sumamente aterradores”, cuenta el actor. “Esta película toca diferentes problemas, la división en nuestro país, la polarización, la idea de que hay extremos en ambos lados y el corazón de esto es la humanidad y preocuparte por tu vecino y tu prójimo. Es lo que espero que la gente se lleve de esta película”.

CT

Cortesía de El Informador



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