
Ignoro si la clase gobernante entiende, aunque sea por un instante, las dimensiones de la catástrofe humanitaria -no exagero- para miles de habitantes en las colonias aledañas a la avenida Adolf Horn en Tlajomulco.
Todo les es adverso: el transporte, la vivienda, el trabajo, la educación, la violencia, el abandono gubernamental. Y contra todo eso luchan.
La tragedia cotidiana rodea a los habitantes de Residencial Villa Fontana, Real del Valle, La Arboleda, Hacienda Santa Fe, El Manantial, Jardines de la Hacienda, Chulavista, Lomas del Mirador y otras.
Las recientes lluvias del 8 y 16 de septiembre en la zona, como me dijo Erik de 33 años, habitante de Real del Valle, sólo sacó a la luz lo que han padecido durante años.
La gente durmió en su auto y en el transporte público la madrugada del 9 de septiembre tras la tormenta que azotó la zona y colapsó Adolf Horn.
Mientras tanto, Gerardo Quirino, alcalde de Tlajomulco, descansaba esa noche para rendir a primera hora su informe de logros edificados sobre el desastre urbano que fraguaron alcaldes y mandatarios estatales durante los últimos 15 años.
Los habitantes de estas colonias viven en un triángulo fatal. Debido al desorden urbano, sus únicas vías de salida hacia Periférico son por avenida Adolf Horn, avenida Jesús Michelle González (8 de julio) o avenida Santa Cruz del Valle (colapsada por las obras de la Línea 4).
Otra opción es hacer un gran rodeo para salir por carretera a Chapala, pero debido a las obras actuales también está intransitable.
En condiciones “normales de tráfico” para los automovilistas recorrer tres o cuatro kilómetros hasta Periférico les toma hasta una hora cuando deberían demorar diez minutos.
Si eso ya es un absurdo, en temporada de lluvias salir o entrar a sus fraccionamientos les puede tomar de dos a tres horas.
Por su parte, los usuarios del transporte público deben esperar hasta una hora o más rutas como las alimentadoras del Macrobús A19 y A20, y lidiar con la saturación y poca frecuencia de paso de otras rutas como la 619 naranja y la 176.
Los cráteres, no baches, aletargan el tráfico. Este domingo, vecinos de Real del Valle salieron a bachear Adolf Horn con tierra y grava comprada por ellos.
Las obras de Tlajomulco, iniciadas el 10 de septiembre -en pleno temporal- para invertir 200 mdp en pavimentación, han generado más tráfico. Se suman las obras de la Línea 4.
Hay zonas en donde no estaba pavimentado convertidas en un pantano intransitable. Medio centenar de casas se inundaron. Bardas se derrumbaron.
Todo se juntó: lluvias, obras anunciadas de último momento, transporte deficiente, la ausencia de policías viales. Todo se ha combinado y magnificado este septiembre tormentoso.
Pero el reclamo es añejo. En agosto del año pasado vecinos bloquearon Adolf Horn y Periférico para protestar por el abandono de la vialidad y el estancamiento de aguas negras en la zona.
Pero la afectación no es sólo material. Mañana les presento testimonios de habitantes de estas colonias. Historias reales: un oficinista, dos estudiantes y una afanadora de la tercera edad que viven -igual que miles en esa zona- con una ciudad en contra.
Si alguien quiere compartirme su caso puede escribir a [email protected] o en mis redes en @jnlomeli
Cortesía de El Informador
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