La Inteligencia Artificial dejó de ser un asunto futurista para convertirse en una herramienta real del crimen organizado. Según un estudio de Juan Manuel Aguilar, profesor de la UNAM, titulado Uso de inteligencia artificial por redes criminales de alto riesgo, cárteles como el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa han integrado la IA como “infraestructura operativa” para optimizar sus cadenas logísticas, blanquear capitales y manipular emocionalmente a víctimas.
Mientras el CJNG opera con un mando vertical y centralizado, el Cártel de Sinaloa adopta una lógica descentralizada que permite a células autónomas ejecutar fraudes, campañas de smishing y hasta deepfakes sin depender de una jerarquía rígida. El resultado son ecosistemas híbridos donde la violencia tradicional convive con la coerción algorítmica.
Extorsiones con voces clonadas, fraudes afectivos y phishing automatizado
Según un reporte de Expansión, los cárteles ya utilizan imágenes y audios generados por IA para cometer fraudes y extorsiones. Uno de los esquemas más detectados es el “secuestro virtual”, clonar la voz de un familiar a partir de mensajes de WhatsApp y recrear un escenario falso para exigir un rescate inmediato.
El estudio de Aguilar documenta además el uso del llamado pig butchering: fraudes emocionales en los que se construye una relación afectiva con la víctima hasta inducirla a transferir grandes sumas de dinero. A esto se suman campañas de phishing financiero impulsadas por modelos de lenguaje y sistemas de smart routing que permiten automatizar ataques en múltiples regiones.
Del narco a ciberdelincuentes: ganancias digitales que ya superan al narcotráfico
El crimen digital es tan rentable que, de acuerdo con Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, los ingresos obtenidos por cárteles a través de estafas y fraudes tecnológicos ya superan lo que generan con el tráfico de drogas. Mientras el narcotráfico requiere laboratorios, rutas de distribución y sobornos, la IA les ofrece resultados rápidos con menores costos y riesgos.
El Cártel de Sinaloa, por ejemplo, ha establecido redes con casas de cambio clandestinas chinas para triangular criptomonedas y convertirlas en yuanes, un esquema que sustituye a los bancos tradicionales. Como anteriormente reportamos en Xataka México, la DEA incluso decomisó 10 millones de dólares en criptoactivos ligados a esta organización y confirmaron que el metaverso financiero del narco es ya una realidad.
Reclutamiento a través de videojuegos y propaganda algorítmica
La IA también potencia la capacidad de los cárteles para reclutar jóvenes. Según Aguilar, plataformas como videojuegos en línea y redes sociales son usadas para identificar perfiles con habilidades de liderazgo y luego atraerlos con promesas de lujos o mediante amenazas.
El estudio revela que los cárteles han incorporado reconocimiento facial, avatares generados por IA y sistemas de propaganda en múltiples idiomas para expandir su influencia. De hecho, esta estrategia guarda paralelismos con la propaganda digital de ISIS.
Drones, espionaje y cámaras clandestinas: la otra cara tecnológica del narco
La IA no es el único frente. Como anteriormente reportamos, presuntos integrantes de cárteles mexicanos viajaron a Ucrania para entrenarse en el uso de drones de combate. Esta experiencia ya se traduce en ataques con explosivos en México.

Estados Unidos advirtió que es solo cuestión de tiempo antes de que drones con explosivos crucen la frontera. De hecho, en 2024 se detectaron más de 27,000 vuelos no autorizados a menos de 500 metros de su territorio.
Además, el CJNG y el Cártel de Sinaloa han montado redes de más de 6,500 cámaras clandestinas en al menos 21 estados de México, utilizadas para vigilar autoridades y rivales. Una infraestructura de espionaje que, en algunos casos, supera a la de los propios gobiernos.
“El AK-47 ha sido sustituido por scripts, deepfakes y dashboards”, concluye el estudio Uso de inteligencia artificial por redes criminales de alto riesgo. El control del territorio ya no depende solo de fusiles y sicarios, sino del dominio de flujos de datos, capitales y narrativas digitales.
Cortesía de Xataka
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