
El Cruz Azul de Nicolás Larcamón aún no es perfecto. A pesar de ser el líder del Apertura 2025, único invicto entre los 18 equipos y con racha de siete triunfos, su rendimiento tiene algunas grietas que deben sanar hacia la segunda mitad del torneo.
En esas grietas destacan los conceptos equilibrio y constancia. El primero, refiriéndose a la necesidad de defender con la misma calidad con la que ataca; el segundo, a mantener los triunfos hasta la Liguilla para realmente pelear por el título.
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“Veo en Cruz Azul que dentro de esa propuesta, que estoy claro que es una instrucción desde la dirección deportiva, el modelo de juego ofensivo y con intensidad, de repente el equipo se descuida atrás. La parte débil de Cruz Azul es la defensiva”, opina para El Economista, Humberto Valdés, ex futbolista de la Máquina, ex director deportivo de Bravos de Juárez y actual analista de TUDN.
“Debe tener un balance. Sabemos que Cruz Azul hacia el frente tiene una golpeada muy importante, tiene gol, pero le llegan mucho. Y en el llegarle mucho, en cualquier momento lo sorprenden”.
El modelo de juego ofensivo inició con la llegada de Iván Alonso como director deportivo. Consecuentemente, trajo a Martín Anselmi, Vicente Sánchez y Nicolás Larcamón como entrenadores, pensando en que comparten esa filosofía.
En el último torneo completo de Anselmi, el Apertura 2024, Cruz Azul tuvo la mejor ofensiva de fase regular (39 goles) y mejor defensa (-12). En el Clausura 2025, cuya mayor parte fue dirigida por Sánchez, bajó a la séptima ofensiva (26) y tercera defensa (-16).
Después de medio Apertura 2025 con Larcamón, la Máquina es la tercera mejor ofensiva (19) y segunda mejor defensa (-10). Pero algunos errores individuales que ya se cuestionaban en torneos anteriores, como las jugadas arriesgadas del portero Kevin Mier con los pies o del defensa Willer Ditta en el área se siguen presentando.
A nivel general, Humberto Valdés no observa un cambio drástico entre la gestión de Vicente Sánchez y la de Nicolás Larcamón, recordando que el uruguayo se despidió con el título de la Copa de Campeones de Concacaf.
“Creo que no ha habido mucho cambio. Tanto el equipo de Sánchez como el de Larcamón fundamentan mucho los resultados en las individualidades. Cuando estaba Anselmi, el equipo se había más mecanizado en cuanto a forma de jugar.
“Los tres están dentro de la propuesta de ser agresivos hacia el frente, pero si pudiera marcar una diferencia importante es que en Vicente y en Larcamón las individualidades son las que han marcado la diferencia. No es que (Larcamón) no tenga una idea de juego, porque la debe tener, pero no se ve mecanización en el desarrollo del juego”.
Óscar ‘Conejo’ Pérez, ex jugador y miembro del cuerpo técnico de la Máquina, coincide en que no ha habido un gran cambio con la llegada de Larcamón.
“Me parece que es muy similar a lo que hacía Vicente, es un equipo que trata de estar bien ordenado y de ahí parte. A veces le gusta apretar en un bloque medio. Creo que Larcamón está priorizando ese orden táctico defensivamente, porque para adelante tiene gente muy capaz que en cualquier momento es capaz de hacer daño”.
Tarea de ser constante
En ese análisis resalta la necesidad de constancia para el equipo. Si bien por ahora son líderes de la Liga MX, todavía les falta enfrentar a equipos como Tigres, América y Monterrey, que también son serios candidatos al título.
“Creo que tendría que trabajar esa regularidad y nivel de los jugadores, que puedan seguir mostrando una regularidad en cuanto a su rendimiento físico y deportivo”, destaca ‘Conejo’, mundialista con Selección Mexicana en Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010.
La regularidad también debe reflejarse en un trabajo de gestión de grupo de cara a las próximas ocho jornadas, observa Humberto Valdés.
“Cada seis meses, Cruz Azul tiene que pelear por el título en todas las competiciones que tiene. ¿Cuál sería la reflexión (de su actual racha ganadora)? Creo que mantener ese ritmo y el objetivo claro de ser primeros en la liga, darle una buena rotación a los futbolistas. En cada posición Cruz Azul tiene figuras, hay que tenerlos contentos a todos y esa es la base. Si tienes un buen vestidor con calidad, tienes mucho que ganar”.
El propio Larcamón ha exaltado en recientes conferencias que la racha de triunfos no es suficiente para la exigencia de este club, que tiene la vista puesta en volver a ser campeón de Liga MX.
El 85% de efectividad de puntos que tiene hasta ahora sugiere que la Máquina estará en la Liguilla a finales de año, pero con el anhelo de volver a levantar el trofeo nacional. La última vez que lo hicieron fue en el torneo Guardianes 2021.
Larcamón se ganó una alta reputación en México tras dirigir a Puebla, León y Necaxa, llevándolos a instancias insospechadas y a vender jugadores por cifras jugosas. Con Cruz Azul la meta no es ser una sorpresa, sino una realidad de título en Liga MX.
“A Larcamón le gusta la intensidad y recuperación rápida de balón, encimar al rival. Pero en Cruz Azul, que no es lo mismo que cuando dirigía a los otros clubes, no es fácil convencer a futbolistas que en cualquier posición son figuras. Su sello es ese, siempre luchar, correr y aprovechar que tiene grandes jugadores”, concluye Valdés.
“Ha venido de menos a más. El equipo sufrió muchos cambios y le costó trabajo encontrar esa estabilidad que hoy se está manifestando, pero lo están haciendo muy bien. Hoy se ven muy sólidos y solventes”, sostiene, por su parte, Óscar Pérez.
Nicolás Larcamón ya dio un primer paso al estabilizar al equipo después de la escandalosa derrota por 0-7 ante Seattle Sounders en Leagues Cup. Eso ocurrió hace menos de dos meses y hoy la conversación gira en la racha de triunfos.
Ahora toca el turno del equilibrio y constancia para que Larcamón pueda levantar su segundo título en México, luego de ganar la Copa de Campeones de Concacaf 2023 con León.
Cortesía de El Economista
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