Los nuevos estudios sobre las poblaciones neandertales cuestionan la idea de que se trataba de comunidades con escasa movilidad, centradas en un territorio reducido y sin capacidad para recorrer largas distancias. La investigación tradicional sostenía que la mayor parte de las materias primas líticas que utilizaban procedían de entornos cercanos, a menos de cincuenta kilómetros de sus lugares de hábitat. Sin embargo, las excavaciones realizadas en la cueva de El Castillo, en Puente Viesgo (Cantabria), han puesto de manifiesto un panorama muy distinto.
Una investigación publicada en 2025 en el Journal of Human Evolution muestra que los grupos neandertales que habitaron El Castillo entre 70.000 y 45.000 años en el pasado accedieron a sílex procedente de fuentes situadas a más de 427 kilómetros de distancia. Estas evidencias han empujado a la comunidad científica a replantearse las formas de interacción social que mantenían.
El Castillo, un laboratorio único para la prehistoria europea
Descubierta en 1903, la cueva de El Castillo es un yacimiento excepcional tanto por su arte rupestre paleolítico como por su estratigrafía, que ocupa más de veinte metros de depósitos arqueológicos. En lo que respecta al Paleolítico medio, los niveles musterienses de la cavidad, sobre todo los denominados XXa/b, XXc, XXd, XXe y XXf1.1, han proporcionado abundante industria lítica y restos de fauna. Su cronología, determinada mediante dataciones de radiocarbono y de resonancia de espín electrónico, oscila entre los 70.000 y los 45.000 años antes del presente. Estos niveles se adscriben en parte al denominado Musteriense vasconiense, caracterizado por la presencia de hendedores y la aplicación de técnicas de talla con posibles conexiones africanas.
El protagonismo del sílex en un mundo de cuarcitas
Aunque la cuarcita fue la materia prima predominante en El Castillo, el sílex, minoritario en porcentaje, posee una enorme importancia desde el punto de vista interpretativo. El hallazgo de piezas de sílex elaboradas con material procedente de lugares muy alejados confirma que estos grupos neandertales no se limitaban a explotar los recursos inmediatos, sino que mantenían estrategias de movilidad de gran alcance.
El análisis petrográfico permitió identificar hasta ocho variedades diferentes de sílex y radiolarita. La mayor parte de las piezas de sílex se fabricaron con piedra procedente de Monte Picota, a apenas 23 kilómetros del yacimiento. De hecho, estas piezas representan más del 60 % de los ejemplares identificados. Sin embargo, lo más significativo de este nivel arqueológico es la presencia de otros materiales silíceos cuya procedencia se sitúa a decenas e incluso cientos de kilómetros de distancia.

Rutas de aprovisionamiento de sílex
Los investigadores han podido clasificar los recursos en cuatro categorías: locales (menos de 30 km), regionales (entre 30 y 120 km), de trazador (de 120 a 250 km) y de supertrazador (más de 250 km). En el conjunto de El Castillo ,se documentaron todas estas categorías.
El sílex del Treviño, situado en el Alto Ebro, se sitúa a unos 169 km de distancia. El sílex de Piedramuelle, procedente de la cuenca de Oviedo, se localiza a 246 km. Más significativo aún resulta el sílex de Tercis, cuya fuente se encuentra en el río Adour, en el sur de Francia, a 427 km de Puente Viesgo.
Tales evidencias implican que los neandertales de El Castillo tuvieron acceso a materias primas que habían recorrido distancias de más de 400 kilómetros, algo que dinamita las interpretaciones clásicas sobre su movilidad. La hipótesis más aceptada, por el momento, es que estos recursos se habrían obtenido, en su mayoría, a través de redes de intercambio y contactos intergrupales.

Un territorio social de más de 600 kilómetros
A partir de estos datos, los autores del estudio proponen distinguir entre el territorio doméstico o de subsistencia inmediata y un territorio social mucho más amplio, que podía extenderse más de 600 kilómetros. Este último se habría mantenido gracias a las interacciones regulares entre los grupos vecinos, que habrían propiciado el intercambio de materiales y conocimientos técnicos.
En consecuencia, la movilidad neandertal no puede entenderse solo como un fenómeno económico, sino también como una manifestación de su organización social y sus relaciones culturales. La circulación de sílex a larga distancia habría funcionado, pues, como un indicador material de vínculos sociales y culturales.

Técnicas de talla y uso del sílex
El estudio demuestra que, aunque minoritario en el conjunto de piezas líticas analizadas, el sílex se utilizó con regularidad. Su uso se aprecia en raspadores, denticulados y raederas, pero también en piezas obtenidas mediante los métodos Levallois, lo que indica un aprovechamiento especializado de una materia prima de alta calidad. La presencia de núcleos, así como las huellas de reavivado, sugiere que muchas piezas llegaban al yacimiento ya preparadas y eran reutilizadas en repetidas ocasiones.
Implicaciones para el estudio del Musteriense vasconiense
El análisis de las materias primas de El Castillo también contribuye al debate más amplio sobre el Musteriense vasconiense. Lejos de ser un fenómeno estrictamente tecnológico, podría reflejar una identidad cultural compartida en un territorio amplio, que se habría mantenido mediante contactos regulares y el intercambio de recursos.
Esto presupone que las similitudes observadas en diferentes yacimientos no obedecen únicamente a la coincidencia en técnicas de talla, sino también a la existencia de auténticas redes sociales prehistóricas que favorecieron la circulación de objetos, ideas y tradiciones.

Redes de intercambio neandertales
Los resultados obtenidos en El Castillo demuestran que los neandertales fueron capaces tanto de recorrer como de mantener contactos duraderos a lo largo de distancias que superan los 400 kilómetros. Más allá de su interés arqueológico, este descubrimiento contribuye a derribar algunos estereotipos persistentes que ven a los neandertales como grupos limitados y estáticos. La circulación de sílex a gran escala revela que estos humanos operaban en territorios sociales extensos, organizaban redes de intercambio y compartían tradiciones culturales en un espacio que abarcaba desde Asturias hasta el suroeste de Francia.
Referencias
- Herrero-Alonso, Diego, et al. 2025. “Neanderthal mobility over very long distances: The case of El Castillo cave (northern Spain) and the ‘Vasconian’Mousterian”. Journal of Human Evolution, 205: 103715. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2025.103715
Cortesía de Muy Interesante
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