
Por mayoría calificada, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó la reforma que permite al Senado de la República y a la Comisión Permanente ratificar los nombramientos de grados superiores de la Guardia Nacional; durante la discusión, diputadas y diputados del PAN, PRI y MC aprovecharon el proyecto para señalar una militarización del país.
El documento, que deriva de una minuta, se avaló en lo general con 348 votos a favor, 98 en contra y cero abstenciones, y fue remitido a las legislaturas de los estados y de la Ciudad de México para su análisis y aprobación.
Con esta reforma se amplían las facultades de la Cámara de Senadores y, en su caso, de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para ratificar los nombramientos de los mandos superiores de la Guardia Nacional, e incorporar un lenguaje inclusivo, ante la necesidad de armonizar el marco constitucional tras la incorporación de este cuerpo a la Secretaría de la Defensa Nacional en 2024.
Durante la discusión, la diputada Laura Hernández García (MC), sostuvo en que esta reforma no soluciona el error de origen, derivado de la militarización de la Guardia Nacional, al tiempo que llamó a que se debe apostar por reforzar los mecanismos de supervisión, sistema de incentivos, así como de sanciones a las policías civiles que radiquen la ineficacia, la corrupción en estas corporaciones.
Mientras que el diputado César Alejandro Domínguez (PRI), acusó a Morena de implementar una estrategia de militarización que “está poniendo a nuestras Fuerzas Armadas en todas las actividades de seguridad y con ello sujetas a ser proclives a algunos de sus integrantes a la tentación de la corrupción. Qué no está claro lo que sucedió con los elementos de la Marina que participaron en el huachicol fiscal, en el tráfico ilegal de combustibles al amparo del expresidente López Obrador, al amparo del gobierno de Morena”, acusó.
Por el contrario, la diputada de Morena, María del Rosario Orozco, defendió que la presencia de la Guardia Nacional ha sido fundamental para fortalecer la seguridad en zonas con altos índices de violencia y zonas alejadas. “Su presencia ha sido decisiva para salvaguardar la vida, integridad y derechos de las personas. Además, de la intervención en zonas de conflicto”, dijo.
Cortesía de El Economista
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