Starbucks jarocho en Marte

En Veracruz siempre pasa algo. Si no es un huracán, es un escándalo político, una traición de alguno de los Yunes, o una ocurrencia parlamentaria, como la de la diputada local Victoria Gutiérrez Pérez presidenta de la Comisión para la Atención, Seguimiento y desarrollo de la Cefeticultura en el Congreso de Veracruz, quien anunció, durante la sesión legislativa, que científicos veracruzanos desarrollaron una nave espacial para llevar café de Veracruz al planeta Marte. La diputada no parpadeó, no se río, no hizo un gesto que permitiera pensar que era un chiste para romper el hielo en la sesión. Lo dijo convencida y con la solemnidad de quien anuncia la independencia energética o el descubrimiento de una vacuna contra la cruda.

Lo dicho por la diputada estimula la imaginación. No puedo dejar de pensar en el equipo científico que está detrás de esta proeza tecnológica. Los imagino en un taller mecánico de Coatzacoalcos, entre refacciones oxidadas, un foco enjaulado conectado a una extensión eléctrica y llaves de tuercas en ristre; sin que en la decoración falten las consabidas fotografías de chicas de buena cajuela y luces altas. Me los figuro tratando de transformar, entre chela y chela, la cabina de un tráiler jodido en una nave intergaláctica.

Y ya encarrerado el ratón espacial, sigamos imaginando que la nave fabricada en la tierra donde nacieron los presidentes Alemán y Ruiz Cortines; el poeta Díaz Mirón; el pelotero, Beto Ávila; el flaco de oro, Agustín Lara, la espectacular Salma Hayek; y el reo (jete) Javier Duarte, no será para hacer turismo espacial, ni para colonizar el universo. La nave que podría ser bautizada como “Jarochallenger I” tendrá como única misión, en su primera etapa, llevar café veracruzano a Marte, porque en el espacio se consume café y qué mejor que aromatizar la galaxia con un buen grano de Coatepec.

Y uno se pregunta respecto al lanzamiento de la nave: ¿Será en el puerto de Alvarado, impulsada por el viento del norte? ¿Funcionará con huachicol de Minatitlán? ¿O la propulsión será a base de toritos de cacahuate?

¡Oh paradoja de los colores, el planeta rojo será invadido por el café!

El plan es ambicioso: abrir la primera cadena interplanetaria de cafeterías, comenzando por las de Marte. El nombre de la franquicia aún no se define. Existe una duda entre estos dos nombres: “Parroquiastral” o “Vera galáctico coffee”. Llámese de una u otra manera ya se decidió que los meseros vestirán guayabera, que la novedad en el menú será el café de olla y ya se trabaja en el logotipo en verde marciano y vasos biodegradables con la leyenda: “¡Llégale, pariente!

Los habitantes de Marte —que nadie ha visto pero seguro ya están desesperados por un expresso— recibirán con entusiasmo los primeros cargamentos terrestres y, entre sorbo y sorbo, comentarán: “estos humanos no arreglarán su planeta, pero ¡qué café tan chingón hacen!

En cualquier país serio, un desliz como el de la diputada Gutiérrez Pérez, le costaría su carrera política. Pero, tal parece, que en el nuestro no pasa nada. Es más, es probable que vuelvan a invitar a la legisladora a decir un discurso y que, además le aplaudan por su “visión futurista”. De paso, le tomarán unas fotografías con un casco de motociclista fingiendo que es de astronauta.

Lo preocupante no es que la diputada crea o invente las cosas. Lo preocupante es que lo diga en público, con recursos del erario de por medio, y que haya quien la tome en serio. Porque mientras ella sueña con naves cósmicas, mágicas, musicales, Veracruz se hunde en problemas más terrenales: violencia, pobreza, migración y corrupción. Es como si, en medio de un incendio, alguien propone fundar una fábrica de fuegos artificiales.

Punto final

De cumplirse, la propuesta de la legisladora Gutiérrez Pérez será “un pequeño paso para el hombre pero una gran taza para la humanidad”.

Cortesía de El Economista



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