La relación política de Sheinbaum y Lemus


El trato que da a Jalisco el Gobierno federal que encabeza la Presidenta Claudia Sheinbaum es, buscando una explicación metafórica, tendiente a ser frío. Evidentemente, igual que sucedió con la administración de Andrés Manuel López Obrador, el hecho de que en esta Entidad no gobierne Morena, influye directamente en la relación y atención que se da a los ciudadanos.

Jalisco, si hay que explicarlo coloquialmente, es un “Estado rebelde” que se resiste a los embates centralistas que han marcado notoriamente las gestiones de tanto de López Obrador como de Sheinbaum Pardo. Y aunque se conserva una buena dosis de autonomía de la que ya no gozan entidades gobernadas por el Partido Morena, también se paga un precio por ello.

En este contexto, el domingo pasado (28 de septiembre) la Presidenta Sheinbaum Pardo hizo una visita oficial a nuestro Estado de apenas unas horas. En un año de Gobierno, es apenas la cuarta ocasión que está en Jalisco, y lo hizo como parte de su compromiso público de recorrer el país para presentar su primer informe de gobierno.

El objetivo de este espacio no es juzgar o sopesar si la distancia entre Jalisco y el gobierno central (y altamente centralista) de la república nos reporta pocos o muchos beneficios u ocurre lo contrario, sino observar cuál es el resultado que ha conseguido el gobernador Pablo Lemus Navarro, quien en su momento se propuso el reto de ser “el gobernador favorito de la presidenta”.

Es difícil medir algo así como ser “el gobernador favorito”. Muchos dirían que no lo ha conseguido y, a decir verdad, ni siquiera es tan importante.

Lo que sí hecho Lemus Navarro es mantener una línea de comunicación, cercanía y colaboración que no necesariamente es subordinación. Ha estado presente en todos y cada uno de los eventos en los que la presidenta ha convocado a autoridades de los estados; ha cuidado milimétricamente su discurso público para evitar que se genere la impresión de que reta, minimiza u ofende a la Presidenta del país.

Todo lo contrario: siempre la ha reconocido y se ha manifestado agradecido. En los temas más delicados y difíciles, y entre éstos la violencia es el que más se nota, ha cedido la iniciativa al gobierno federal, aunque en lo privado no esté de acuerdo.

Y hay que reconocerlo: no ha cancelado ni las críticas ni la manifestación de inconformidad con decisiones que desde el gobierno federal dejan en desventaja a Jalisco en relación con otros Estados del país.

Y en este contexto, en su visita personalizada para difundir su informe, la Presidenta Sheinbaum agradeció públicamente a Pablo Lemus su disposición y colaboración; lo defendió de los abucheos (aunque sean banales e inocuos) de los simpatizantes morenistas acarreados para el evento, y envió un mensaje claro a los actores políticos: hay colaboración con un gobierno que es de oposición política.

La Presidenta Sheinbaum Pardo no se ha caracterizado por ser una política de rompimientos. Ni siquiera lo ha hecho con su venerado antecesor, a pesar de las muchas cargas que soporta innecesariamente.

Pero que haya un buen trato, en el contexto de todo lo expuesto, debe reconocérsele a ella y al gobernador.

Ahora, hay que impulsar que esa armonía política se manifieste en temas concretos como el abasto de medicamentos, el rescate de las carreteras federales y la aportación presupuestal a los proyectos que el Gobierno estatal pondera.

[email protected] / @JonasJAL
 

Cortesía de El Informador



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