Trump instó a sus generales a vigilar “el enemigo interior” en Estados Unidos

El presidente Donald Trump instó esté martes a su cúpula militar a “vigilar el enemigo interior”, tras prometer que “resucitará el espíritu guerrero” de las fuerzas armadas de Estados Unidos, en un discurso de tono belicoso. Por su parte, el secretario de Guerra –según la nueva terminología que usa el gobierno trumpista–, Pete Hegseth, arremetió contra la diversidad racial y sexual en el Ejército y pidió cumplir con estándares estrictos que acaben con las barbas largas de los militares, así como con el sobrepeso.

“Guerra desde el interior”

El mandatario realizó su discurso en una reunión inusual de los altos mandos, convocados desde todo el planeta a la base militar de los Marines en Quantico (Virginia, a unos 60 kilómetros de Washington). “El despliegue de la Guardia Nacional en varias ciudades del país es una de las tareas importantes para algunas de las personas en esta sala. Eso también es una guerra: es una guerra desde el interior”, declaró.

El republicano llegó con un mensaje más político y ominoso. “Las ciudades gobernadas por los demócratas de la izquierda radical (…) San Francisco, Chicago, Nueva York, Los Ángeles, son lugares peligrosos. Y las vamos a poner en orden una por una”, aseguró. Trump ha desplegado la Guardia Nacional en ciudades como Los Angeles (donde se produjeron altercados), Washington o Portland. “Le dije a Pete (Hegseth) que deberíamos usar algunas de estas peligrosas ciudades como campos de entrenamiento para nuestro ejército”, señaló.

Los gobernadores demócratas de esos estados han puesto el grito en el cielo, y algunos alcaldes se han negado explícitamente a colaborar. Ese desembarco de tropas armadas y en ropa de combate, inhabitual en Estados Unidos, ha sido también objeto de demandas ante la justicia. “Juntos, en los próximos años, vamos a transformar a nuestras fuerzas armadas en algo más fuerte, más recio, más rápido”, declaró Trump.

Submarinos cerca de Rusia

En materia internacional, Trump dijo en la reunión que ordenó el envío de dos submarinos nucleares cerca de Rusia porque se siente amenazado por el Kremlin. “Recientemente nos sentimos un poco amenazados por Rusia, así que envié un submarino nuclear, el arma más letal jamás creada”, advirtió el mandatario, quien reconoció que aunque Moscú y Beijing están aún por debajo en materia nuclear, su rápido avance actual podría lograr que en cinco años estén en igualdad de condiciones con Washington.

“Movimos un submarino o dos hacia la costa de Rusia, solo por precaución”, indicó el republicano. “La nave submarina solo está allí al acecho, (…) estoy seguro de que habrá la necesidad de usarlo, aunque es increíble: es totalmente indetectable”, destacó.

“Nosotros tenemos aparatos geniales que no permiten la detección, no permiten que nos detecte nadie, ni desde arriba ni desde abajo del agua. Estamos mucho más adelantados que todos los demás en eso y en otras cosas, gracias a la emocionante renovación del espíritu de nuestras propias fuerzas”, agregó Trump ante los cientos de generales y altos mandos llegados desde varias partes del mundo.

Nuevas directrices

Hegseth convocó la reunión con los generales para explicar las nuevas directrices de la mayor maquinaria militar del mundo. Las fuerzas militares estadounidenses deberán volver a centrarse en los “valores de antaño”, dijo el secretario de Guerra, en contraste con los años de campañas para diversificar el reclutamiento o cursos para sensibilizar a los oficiales con temas como el cambio climático. “Hoy, bajo mi dirección, cada servicio se asegurará de que todos los requisitos para cada combatiente (…) se ajusten exclusivamente al más alto estándar masculino. (…) La era del liderazgo políticamente correcto y excesivamente sensible termina ahora mismo”, subrayó.

Durante la presidencia del demócrata Joe Biden el Pentágono llegó a nombrar a un almirante transexual, Rachel Levine, al frente del principal organismo sanitario de las fuerzas armadas. Hegseth aseguró que el antes llamado Departamento de Defensa se ha convertido en el departamento de lo “woke”. “Durante demasiado tiempo, hemos ascendido a demasiados uniformados por razones equivocadas: en función de su raza, en función de cuotas de género o en función de supuestos primeros logros históricos”, cuestionó.

“No más meses en conmemoración de la identidad, oficinas de diversidad, equidad e inclusión; hombres con vestidos. No más culto al cambio climático. No más división, distracción ni delirios de género, no más escombros. Como he dicho antes y lo diré de nuevo, hemos terminado con esa mierda”, señaló textualmente Hegseth, precisando que el objetivo es acabar con “décadas de decadencia” y lo que denomina como “la basura políticamente correcta”.

La lista de cambios desplegada por Hegseth fue minuciosa: más entrenamiento físico, fuera barbas, pelo largo, generales gordos, menos reuniones administrativas, fin de las quejas anónimas. Esa nueva mentalidad guerrera, en palabras del secretario de Guerra, implica que las fuerzas armadas volverán a utilizar estándares de reclutamiento y entrenamiento basados en la capacidad masculina en términos de resistencia física. “Todo empieza con la apariencia. Es completamente inaceptable ver a generales gordos en los pasillos del Pentágono”, remarcó.

Hegseth también instó a todos aquellos que no comulguen con estas normas a abandonar la autoridad castrense. “No quiero que mi hijo sirva junto a tropas que no están en forma o en una unidad de combate con mujeres que no pueden cumplir con los mismos estándares físicos que los hombres”, resaltó.

“Quiero ser muy claro: no se trata de impedir a las mujeres servir” en las fuerzas armadas, insistió el funcionario norteamericano. “Nuestras oficiales femeninas son las mejores del mundo, pero cuando se trate de un trabajo que requiera poder físico para entrar en combate, esos estándares deben ser neutrales, y altos”, explicó. “Si las mujeres pueden lograrlo, excelente”, añadió.

Departamento de Guerra

El Departamento de Defensa era inmune a la intervención política directa. Pero se vio especialmente afectado por el retorno de Trump a la Casa Blanca el pasado 20 de enero. Desde entonces, el mandatario firmó una serie de órdenes ejecutivas para reestructurar el Ejército estadounidense, incluida la prohibición de que los militares transgénero sirvan en las Fuerzas Armadas del país o la reincorporación con pago retroactivo de los miembros que fueron dados de baja por negarse a vacunarse contra la COVID-19.

La Administración Trump ha eliminado los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés), al considerar que socavan la meritocracia y las conciencias de los estadounidenses al participar en una discriminación racial y sexual odiosa, en palabras de la Casa Blanca.

El magnate republicano ha ordenado ataques en el Caribe contra lanchas de presuntos narcotraficantes, que a su juicio son una amenaza nacional para el país. También ordenó el bombardeo de instalaciones nucleares iraníes y contra los hutíes, rebeldes yemeníes respaldados por Teherán.

En mayo, Hegseth ordenó reducciones significativas en el número de altos cargos en el ejército estadounidense, incluido un recorte de al menos el 20 por ciento en el número de generales y almirantes de cuatro estrellas en servicio. Además, desde el regreso de Trump, varios oficiales militares estadounidenses fueron empujados a dejar sus cargos.

En febrero, el presidente despidió, sin dar explicaciones, al jefe del Estado Mayor Charles Brown. También fueron destituidos el jefe de la Armada y la Guardia Costera de Estados Unidos, el subjefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y varios abogados militares de alto rango.

Cortesía de Página 12



Dejanos un comentario: