
Una excursión de niños de 10 y 11 años fue recibida el miércoles en Washington con carteles de cierre, luego de que su recorrido por el Congreso fue cancelado con la entrada en vigor de la parálisis presupuestaria en Estados Unidos.
Muchos departamentos y agencias federales cerraron desde la medianoche del martes y cientos de trabajadores del sector público no asistieron a sus puestos después de que los legisladores no lograron llegar a un acuerdo de financiación para mantener el funcionamiento del gobierno.
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Cami Hamlin, rectora de una escuela en Georgia a unas 700 millas de Washington, vio cierta ironía para sus estudiantes en medio del contratiempo.
“Es desafortunado porque les hemos estado enseñando a los niños que administren su propio dinero”, dijo Hamlin mientras vestía una camiseta de la escuela primaria de Springdale.
Ella se encontraba junto a docenas de otros turistas frente al edificio del Congreso, donde un estancamiento entre los republicanos y la oposición demócrata provocó el cierre del gobierno.
Este bloqueo será particularmente agudo en la capital estadounidense, donde el gobierno federal es el mayor empleador y administra los lugares más populares entre los visitantes de todo el mundo.
Algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, incluido el Monumento Washington, estaban cerrados el miércoles al público debido a la escasez de personal.
Otros como el Instituto Smithsonian, que administra museos y el Zoológico Nacional, permanecerán abiertos hasta el lunes utilizando fondos del año pasado.
Martine Ruaud, que visita la capital desde Burdeos (Francia) junto a su esposo Jean-Luc, dijo que espera que el gobierno reabra antes de que termine su viaje de tres días.
“Hay tanto por ver y es molesto que los turistas no puedan venir porque no hay personal”, dijo la mujer de 62 años, que también se perdió el recorrido por el Congreso.
“Sería una pena que el país se cerrara a sí mismo”, añadió Ruaud.
Afuera del Capitolio, visitantes que hablaban en diferentes idiomas examinaban los carteles que indicaban que su centro de visitantes estaba cerrado “debido a una interrupción en las asignaciones presupuestarias”.
Los cierres administrativos (“shutdowns”) no son algo fuera de lo común en una Washington políticamente dividida. Sin embargo, es la primera vez que ocurre desde el récord de cierre de 35 días en 2019, durante el primer mandato de Donald Trump.
Esto ocurre mientras el presidente busca impulsar una agenda de extrema derecha a la que se oponen los demócratas. Ellos se han centrado en las desmoronadas negociaciones de gastos en subsidios de salud que quieren reincorporar al presupuesto federal.
Terese Johnston, que vino desde California con su hijo, dijo que estaba decepcionada de que los legisladores no hubieran logrado evitar el cierre del gobierno.
“Creo que nuestro gobierno necesita aprender a trabajar unido por el pueblo”, dijo esta guía turística jubilada, de 61 años.
“Esto debió haberse resuelto hace mucho tiempo, y nunca deberíamos haber llegado a esta situación”.
Cortesía de El Economista
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