
El anuncio de que el cantante puertorriqueño Benito Antonio Martínez Ocasio será el encargado del show del medio tiempo del próximo Super Bowl LX despertó ámpulas y críticas de todo tipo. Mientras hay quien se desgarra las vestiduras quejándose sobre los gustos musicales de los organizadores, otros protestan su inclusión por cuestiones políticas.
La presentación de Bad Bunny en Super Bowl cobra mucha relevancia en momentos en los que el gobierno de Estados Unidos ha emprendido una fuerte cruzada contra los migrantes en su país.
La decisión dijo: “Es para aquellos que vinieron antes que yo y corrieron yardas incontables para que yo pudiera entrar y anotar un touchdown”.
“Esto es para mi gente, mi cultura y nuestra historia. Ve y dile a tu abuela, que seremos el HALFTIME SHOW DEL SUPER BOWL”, escribió.
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El artista mejor conocido como Bad Bunny regresará al Super Bowl cinco años después de su primera presentación pero en esta ocasión será el primer hombre latino que se presente como el acto estelar. Su primera actuación fue en el 2020 donde apareció acompañando a Jennifer López, Shakira y J Balvin.
La presentación de Bad Bunny en el Super Bowl, el 8 de febrero de 2026, será la única que dará el cantante puertorriqueño en suelo estadounidense como parte de la gira No Me Quiero Ir de Aquí.
La gira en realidad fue solo una residencia de 31 fechas realizada en el Coliseo José Miguel Agrelot en San Juan, Puerto Rico, y excluyó en su totalidad a Estados Unidos. La decisión fue tomada en parte como una respuesta ante las fuertes políticas antimigratorias llevadas a cabo por la actual administración del presidente Donald Trump.
Por si usted ha vivido desconectado de las listas de popularidad en los últimos años, Bad Bunny es uno de los artistas más exitosos de la década con más de 78 millones de escuchas mensuales en Spotify.
El puertorriqueño regresó a los reflectores este 2025 con su álbum Debí Tirar Más Fotos. El álbum rompió récords en plataformas digitales y más allá del ruido mediático es un trabajo que busca recuperar los sonidos de la bomba, la plena y la salsa, para incorporarlos a los ritmos del reggaetón. Su sexto álbum nos muestra a un artista más cercano al conductor de una banda de salsa que a un intérprete pop.
También tuvo apariciones en las películas Caught Stealing de Darren Aronofsky, en la divertida secuela de Happy Gilmore y será el encargado de presentar el inicio de la temporada 51 de Saturday Night Live.
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El catálogo de Bad Bunny registró 93 millones de reproducciones en Spotify solo en la semana después de concluir su más reciente gira y sumó 18 millones de reproducciones adicionales desde el anuncio del Super Bowl, de acuerdo con datos de la revista Billboard.
Bad Bunny ha sido crítico de las acciones contra los migrantes por parte del gobierno de Trump y esto ha encendido las alarmas de su círculo de leales. Entre el coro de voces que criticaron la inclusión de Bad Bunny en el Super Bowl fueron Sebastian Gorka, asesor del presidente Trump, y Sage Steele, la expresentadora de la cadena deportiva ESPN y ahora miembro del grupo de nuevos medios de la Casa Blanca.
Pero la voz más preocupante de todos fue el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Corey Lewandowski, quien en un podcast amenazó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas —ICE, por sus siglas en inglés— estará presente en el evento deportivo para llevar a cabo redadas.
El show del medio tiempo del Super Bowl LX llevará a uno de los artistas más grandes del planeta ante una audiencia de más de 100 millones de espectadores. En el pasado Super Bowl, el show de Kendrick Lamar registró 135 millones de televidentes durante el medio tiempo, más de los que tuvo el partido.
Así como Kendrick Lamar utilizó su presentación de este año para hacer un reflejo sobre el momento que vive la comunidad negra, Bad Bunny sabe que los ojos del mundo entero estarán pegados a su presentación del Super Bowl y donde buscará ser un faro de luz de esperanza e inspiración para los latinos en Estados Unidos.
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Cortesía de El Economista
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