Maximiliano y Carlota “reviven”


La figura del emperador Maximiliano de Habsburgo y la emperatriz Carlota, quienes encabezaron un imperio en México durante la segunda mitad del siglo XIX, sigue presente en la memoria histórica y ahora también en la pantalla grande. Ambos personajes inspiran la nueva cinta “Una película de amor y guerra”, que esta semana llega a la cartelera comercial mexicana, ofreciendo una mirada irreverente y moderna a referencias históricas que han marcado al país.

La película, dirigida por Santiago Mohar Volkow (“Los muertos”), se presentó previamente en el Festival de Rotterdam, especializado en narrativas audaces y vanguardistas. 

Según el cineasta, la cinta es “un collage de referencias a la historia de México, colocadas de forma no lineal”, lo que permite a los espectadores vivir una experiencia que mezcla absurdo, sátira y crítica social.

La trama sigue a Pepe-Sánchez Campo (Andrew Leland Rogers, “Gringo Hunters”), un arquitecto joven y ambicioso que está a punto de casarse con Constanza (Lucía Gómez Robledo, “Cómo sobrevivir soltero”), inaugurar un enorme centro comercial y celebrar su despedida de soltero. Sin embargo, su suerte cambia drásticamente cuando descubre que su amada está embarazada y que la construcción que proyectaba ha sido ocupada por campesinos revolucionarios. 

Pepe es finalmente secuestrado, dando inicio a un recorrido de situaciones absurdas y de humor negro que cuestionan el poder, la ambición y los estereotipos contemporáneos.

Rogers describe a su personaje como un “mirreinato”, una referencia irónica a los jóvenes privilegiados conocidos como mirreyes, que puede considerarse un villano, pero con múltiples capas. “Al final se trata de una película absurda y loca. Al personaje lo basé en los mirreyes que conocí en la escuela”, comentó el actor.

El reparto incluye también a Darío Yazbek Bernal (“Daniel y Ana”), Manuel García-Rulfo (“Jurassic World: Renace”) y Mónica del Carmen (“Año Bisiesto”). 

Por su parte, Yazbek agrega que su personaje, un artista atormentado, sirve como metáfora de los conflictos personales y sociales, inspirándose en figuras literarias como Octavio Paz y Jaime Sabines, poetas reconocidos pero con características de “machos tóxicos”, que la película reinterpreta con humor y sátira.

La sátira ha sido una constante en el cine mexicano, con ejemplos icónicos como “La Ley de Herodes” y “El infierno” de Luis Estrada, o incluso la película setentera “Mecánica nacional”. Una película de amor y guerra retoma esta tradición, incorporando referencias históricas con un giro contemporáneo que invita a reflexionar sobre la política, la cultura y las jerarquías sociales de México.

El rodaje se llevó a cabo en diversas locaciones de la Ciudad de México y el Estado de México, aprovechando los beneficios del Eficine, estímulo fiscal que permite a personas morales destinar el 10% de su Impuesto Sobre la Renta a la producción de cine nacional. La distribución está a cargo de Videocine, garantizando que la cinta llegue a salas de todo el país.

Con su estreno, “Una película de amor y guerra” combina historia, sátira y una mirada irreverente a la sociedad contemporánea, ofreciendo al público mexicano una experiencia cinematográfica audaz que homenajea y a la vez reinterpreta figuras históricas icónicas como Maximiliano y Carlota, adaptándolas a un relato moderno y absurdo que no deja indiferente a nadie.

Con información de El Universal

CT

Cortesía de El Informador



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