
El misticismo y la tradición reviven en los canales de Xochimilco con un espectáculo multidisciplinario que celebra su trigésima segunda temporada ininterrumpida. Este año, la puesta en escena, con profundo arraigo local, se presenta bajo el título “La Llorona, el último latido del agua”, un homenaje al recurso hídrico que dio origen a la Cuenca de México y que hoy está en severa crisis.
La obra, que se ha convertido en un emblema del Día de Muertos en la capital, no sólo narra una de las leyendas más icónicas de México, sino que es un espectáculo creado y sostenido por la propia comunidad xochimilca, con un equipo de actores, músicos y la mayoría del staff integrado con gente local; chinamperos, agricultores y remeros que buscan preservar su herencia cultural.
Un viaje al pasado
La experiencia inmersiva comienza al abordar las trajineras en el Embarcadero Cuemanco. Los visitantes se embarcan en un recorrido nocturno de 45 minutos a través de los canales, iluminados por antorchas y rodeados de chinampas. Este viaje, entre el viento nocturno y los sonidos de la naturaleza, transporta al público a la Laguna de Tlilac, un escenario natural único que se convierte en protagonista de la leyenda.
Una vez en la isla, el Grupo Artístico Nahui Teotls fusiona música contemporánea, teatro y danza prehispánica para “remontarnos a otras épocas”, creando una atmósfera mágica y casi irreal en medio de la gran urbe.
Orgullo local
El orgullo local es el motor de esta producción. José Caputitla, productor general, destacó la valiosa participación de todos los integrantes, quienes, de la mano de la alcaldesa de Xochimilco, Circe Camacho, reafirman que la obra es un “orgullo regional” y un corazón artístico de la capital.
La actriz y cantante que da vida a Nahui y La Llorona, Nayeli Cortés, enfatizó que la obra es una historia humana que llama a no olvidar el pasado y a reconocer el agua como un vínculo entre generaciones. También enfatizó el profesionalismo de las y los participantes locales: “este grupo artístico se ha consolidado con músicos, danzantes y actores de gran talento, así como personal del staff”. Cortés también resaltó el carácter humano de la obra, que llama a “no olvidar los lazos que nos unen con el pasado” y a no bajar los brazos “ante la injusticia, el dolor y la indiferencia.”
Un elemento central es la recuperación de la música prehispánica. El espectáculo integra en vivo el sonido de instrumentos que antes sólo se encontraban en los museos, como el huehuetl, el teponaxtle, el tambor yaqui (o de agua), caparazones de tortuga y diversos silbatos ancestrales, fusionándolos con instrumentos contemporáneos. El espectáculo de “La Llorona” es, ante todo, un acto de resistencia cultural, pues nació en 1993 de la unión de agricultores, chinamperos, remeros de trajineras y gente de la propia comunidad Xochimilca, con la meta de rescatar y difundir los valores y la cultura que heredaron de sus antepasados.
Por su parte, Circe Camacho, alcaldesa de Xochimilco, indicó que la zona chinampera es un “orgullo local” y esta experiencia única espera tener un gran impacto. “Xochimilco será el corazón de la capital del país con esta muestra artística”, afirmó, agradeciendo el esfuerzo de la gente del embarcadero por atraer turismo y ser sede de “La Llorona” por 32 años.
Este año, la puesta en escena también está dedicada a la memoria de Román Pastor Caputitla, un hombre que dedicó su vida a las chinampas y apoyó por años esta tradición, lo que subraya la profunda conexión entre el espectáculo y la historia viva de la región.
Compromiso con la tradición y la sustentabilidad
La longevidad de “La Llorona” se explica por su doble compromiso: con la tradición ancestral y con la preservación ecológica de Xochimilco.
El espectáculo, que nació en 1993, tiene el objetivo de difundir la riqueza natural de Xochimilco —reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, y cuyas chinampas fueron reconocidas como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la FAO en 2018— además de rescatar la integridad cultural e histórica. Esta temporada, dedicada a “El último latido del agua”, busca hacer conciencia sobre la importancia de este recurso vital, en un sitio donde sus habitantes “se resisten a dejar morir su cultura, sus tradiciones y creencias”.
Se resalta la urgencia de voltear la mirada hacia la crisis hídrica, recordando que la cuna del imperio mexica surgió del trabajo en el gran lago. La obra utiliza el entorno natural –el agua de los canales, el viento nocturno y los ahuejotes– como marco perfecto para hacer conciencia sobre el rescate del ecosistema.
El equipo de producción ratificó el compromiso con la construcción de una oferta turística que es rica en cultura, arte y tradición, haciendo del Embarcadero Cuemanco el único lugar de embarque para esta experiencia.
“La Llorona. El último latido del agua” es una historia humana y familiar para convivir en las zonas naturales… Disfrutando de la lluvia que purifica a las chinampas de Xochimilco, como una herencia de las ánimas de los antepasados que se crearon y sembraron en la región”, dijo la actriz Nayeli Cortés, durante la inauguración de la temporada.
“La Llorona. El último latido del agua”
3 de octubre — 16 de noviembre (fines de semana)
- Horarios: 18:30 hrs, 19:00 hrs, 20:30 hrs y 10:30 hrs.
- Costo del boleto: $550
- Venta de boletos: Taquilla del Embarcadero Cuemanco y Ticketmaster
- Punto de Partida: Embarcadero Cuemanco (Periférico Sur s/n, a un costado de la pista de remo y canotaje “Virgilio Uribe”).
- Recomendación: Los asistentes deben llegar una hora antes de la función para abordar la trajinera, ya que el recorrido hacia la Laguna de Tlilac dura aproximadamente 45 minutos.
- Sugerencia: Llevar ropa abrigadora y repelente de mosquitos.
- Servicios: Estacionamiento ($50.00 )
- Alimentos
- Servicio médico y baños
Redes sociales:
- Fb: La Llorona de Xochimilco en Cuemanco
- X: @LloronaCuemanco
- Ig: La_Llorona_cuemanco_Oficial
- YT: Llorona Cuemanco
- TikTok: La Llorona Cuemanco
Para consultar los horarios y días se puede ingresar a:
www.lalloronaenxochimilcocuemanco.com
Cortesía de El Economista
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