La llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México, oficialmente el 1 de octubre de 2024, no es solo el inicio de un nuevo gobierno, sino que también es el símbolo de un cambio en la historia política y social del país.
Por primera vez en más de dos siglos, desde que México se constituyó como una república, una mujer encabeza la nación, hecho que representa un importante paso tras décadas de transformaciones sociales y de la lucha feminista impulsada desde distintas trincheras, que poco a poco han ido abriendo espacios de participación política para las mujeres hasta la llegada de Sheinbaum Pardo a la presidencia de México.
La llegada de una mujer a la presidencia del país, lo que durante años pudo parecer inimaginable, se concreta en un hecho histórico que, a su vez, puede inspirar a millones de mexicanas; niñas, jóvenes y adultas, para que sus sueños se materialicen, llegando incluso, si trabajan por ello, a ser presidentas de una nación.
Durante décadas, las mujeres en México fueron excluidas de la vida política. No fue sino hasta julio de 1955 cuando se les permitió votar en una elección federal por diputaciones, y hasta 1958 en una elección presidencial. De hecho, Aurora Jiménez de Palacios fue la primera legisladora en llegar a la Cámara de Diputados en 1955, lo que la convierte en la primera mujer en aparecer en una boleta.
Tras diversas acciones impulsadas en la era moderna de México, las mujeres fueron llegando poco a poco a espacios de representación popular, aunque mínimos en la toma de decisiones. De hecho, fue hasta 1979 que se tuvo a la primera gobernadora en México, Griselda Álvarez Ponce de León, quien dirigió el estado de Colima de 1979 a 1985.
Así, la transformación de la política en México representa también la transformación de la vida social del país. Tras la insistencia de distintos movimientos sociales, las reformas legales dieron paso a una de las más importantes en materia de paridad apenas en 2019, cuando se abrió la puerta a que la mitad del Congreso estuviera ocupado por mujeres y que cada vez más encabezaran gobiernos estatales, presidencias municipales y cargos estratégicos.
De hecho, en 2023 se alcanzó un récord histórico de diez gobernadoras en funciones y Norma Piña se convirtió en la primera presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Licenciada en Física por la UNAM, maestra en Ingeniería Energética y con un doctorado en Ingeniería en Energía, Claudia Sheinbaum ha apostado durante su vida como científica por temas relacionados con la energía y el cambio climático, incluyendo, por supuesto, temas hídricos.
Se convirtió en la primera mujer electa como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México en 2018 y, durante los comicios federales del 2 de junio de 2024, obtuvo casi el 60% de los votos.
Al recibir la banda presidencial de manos de Ifigenia Martínez, una de las mujeres pioneras en la vida política nacional, durante su mensaje, Sheinbaum Pardo dejó claro que no llegaba sola, que llegaban con ella todas las que lucharon antes y todas las que sueñan con hacerlo en el futuro.
“Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres. Durante mucho tiempo, las mujeres fuimos anuladas, a muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres. Poco a poco esa visión se ha ido revirtiendo; hoy, sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México desde diferentes trincheras y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas”, expresó durante su toma de protesta.
En un contexto internacional, su llegada a la presidencia también refleja el avance en la vida política y social. De acuerdo con datos de las Naciones Unidas, en 2025 un total de 31 mujeres ocupan el cargo de jefas de Estado o de Gobierno en 27 países, un número bajo considerando que 195 países del mundo se rigen bajo jefaturas de Estado o presidencias.
Sin embargo, cada uno de esos liderazgos marca la diferencia para sus sociedades. Ahora México forma parte de esa lista y con ello envía un fuerte mensaje: la democracia se enriquece cuando se reconocen y se valoran las capacidades de las mujeres en todos los niveles de decisión.

Reivindicación de los derechos de las mexicanas
Durante su primer año de gobierno, Sheinbaum ha impulsado una serie de cambios que buscan responder a las demandas históricas de las mujeres y grupos prioritarios que por años fueron ignorados, comenzando con al menos tres propósitos que la diferencian de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, y en los cuales hubo un retroceso durante su gobierno: el fomento a la ciencia, a la producción y distribución de energías limpias y un reconocimiento particular a las mujeres para focalizar apoyos que las beneficien.
Entre las políticas más relevantes destaca la creación de la Pensión Mujeres Bienestar, dirigida hoy a mujeres de 60 a 64 años. También se amplió la cobertura de becas para niñas, niños y adolescentes con la Beca Universal Rita Cetina Gutiérrez, que sustituye a las Becas Benito Juárez, con un enfoque especial en asegurar la permanencia en la educación básica. A la par, se fusionaron Segalmex y Diconsa para conformar un nuevo sistema de alimentación que busca garantizar abasto en comunidades marginadas y apoyar a pequeños productores.
Uno de los ejes más fuertes de su administración es la política de cuidados: debido a que muchas mujeres no pueden incorporarse al trabajo formal por falta de guarderías o espacios seguros donde dejar a sus hijos, Sheinbaum Pardo anunció la construcción de, al menos, mil centros de cuidado infantil en todo el país. En esa misma línea, la Presidenta apostó por que el Instituto Nacional de las Mujeres se transforme en la nueva Secretaría de las Mujeres, en busca de coordinar y fortalecer acciones a favor de la igualdad en todo el territorio.
También ha apostado por dar su lugar a las mujeres indígenas y de comunidades rurales, quienes han quedado tradicionalmente al margen de las políticas de igualdad: 2025 fue declarado el año de la mujer indígena, con la intención de dar prioridad a sus necesidades y reconocer su papel en la vida comunitaria.
Aun con retos por delante, el cambio histórico y social que representa Claudia Sheinbaum es innegable; inspira a las niñas que hoy crecen con la certeza de que ellas también pueden llegar a lo más alto y obliga al país a repensar qué significa gobernar con perspectiva de género. La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia marca un antes y un después en la historia nacional, un hito que se conecta con las luchas del pasado y con los sueños del futuro, donde cada vez más mujeres se reconocen protagonistas de la transformación de México.
Citando el discurso de Sheinbaum Pardo en su toma de protesta: “Se hace una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con ‘A’ al final, al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera con ‘A’, porque, como nos han enseñado, solo lo que se nombra existe”.
Cortesía de El Informador
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