La gente camina por sus calles. Tiene vida a todas horas, y en todas partes. En sus cafés floridos, con sus chilaquiles de doscientos pesos y menús veganos, conversan parejas, familias del domingo, solitarios que hojean libros y trabajan a la distancia desde sus computadoras. Por sus calles caminan extranjeros paseando a sus perros.
Hay un contraste notable entre sus avenidas arboladas donde la luz se riza, y el ruido de las máquinas que construyen un nuevo desarrollo inmobiliario en una esquina. Hay música en sus bares, noches de fiesta; bailes comunales en sus camellones, en las plazas de sus templos, verbenas de antojitos y garnachas, puestos de pulseras y libros viejos. Restaurantes, fondas, cantinas, puestos callejeros. Hay una glorieta tomada que reclama la aparición de los miles de desaparecidos en nuestro estado. Es la colonia Americana de Guadalajara.
Está la oferta turística única para locales y extranjeros por igual, sus calles arboladas, sus camellones floridos con tianguis de artesanías y músicos callejeros, sus casonas antiguas y sus templos que son visitas obligadas en Guadalajara. Por muchas razones, para quienes estén en contra y también para quienes estén de acuerdo, la Americana justifica las polémicas encontradas.

Lo que hoy conocemos como “La Americana” fue en primera instancia la colonia Porfirio Díaz, edificada en las postrimerías del porfiriato por los empresarios estadounidenses Winfield Swayze, Daniel Jones, Clara Low y el ingeniero mexicano Rosendo Corona. El inminente periodo revolucionario y su conclusión caótica dieron como resultado el desprecio generalizado del dictador en el exilio, y por lo tanto, cambió el nombre de la colonia.
Su trazado ha cambiado a lo largo de los años -como lo ha hecho la ciudad desde siempre- pero originalmente abarcó 23 manzanas que iban desde Enrique Díaz de León -entonces Tolsá- hasta Chapultepec -entonces paseo Lafayette-.
Trazaron calles largas y amplias sometidas a la luz y los árboles, fincas con ínfulas de castillos, y entonces se le clasificó como la primera colonia “higiénica” de la metrópoli incipiente. La Porfirio Díaz -Americana- siguió esta norma, y en sus calles se instalaron gobernantes, ingenieros y arquitectos de renombre, que dejaron su huella en los edificios del barrio.
Con el ir y venir de las décadas, el municipio de Guadalajara “anexó” a la Colonia Americana lo que también fueron los entonces barrios de la colonia Francesa y la colonia Reforma.

También es Barrio Mágico
Además de haber sido catalogada como la más “cool” del mundo, la colonia Americana también fue reconocida como Barrio Mágico de México por la Secretaría de Turismo del Gobierno federal.
Hasta el momento, los Barrios Mágicos de México suman 37, y la colonia Americana es el primer barrio de Jalisco en recibir este reconocimiento.
Con el nombramiento de “Barrios Mágicos de México” se busca favorecer la diversificación de los destinos turísticos del país mediante un esfuerzo conjunto entre los tres órdenes de gobierno.
El Barrio Mágico representa un espacio donde se combinan diversos elementos que lo hacen único e irrepetible: historia, cultura, gastronomía, productos y servicios, así como la convivencia de la población local con los visitantes. Es un lugar donde se puede descubrir el espíritu y esencia de una ciudad.

Con reconocimiento internacional
En 2022, la revista Time Out, marca global de medios y hospitalidad, nombró la colonia Americana, de Guadalajara, Jalisco, como el vecindario “más genial” del mundo para que las personas lo visiten.
En esta colonia se encuentra el Paseo Chapultepec, donde las personas se reúnen en cafés o bares; el templo Expiatorio, reconocido por su arquitectura neogótica y el corredor gastronómico de López Cotilla, que ofrece una amplia variedad de propuestas para complacer el paladar, entre otras amenidades.
James Manning, editor de viajes de Time Out, explicó en la página oficial de la empresa que aunque México se ha clasificado entre los destinos turísticos “más geniales” del mundo durante algunos años, “Guadalajara está emergiendo como una visita obligada. La colonia Americana es el lugar para estar ahora mismo. Es el hogar de una comunidad creativa que supera los límites, un número creciente de lugares increíbles para comer y una de las mejores vidas nocturnas del occidente. Y la vida en la calle es inigualable”.
Time Out señala que la finalidad de la lista “es apoyar a los viajeros y residentes a meterse en la piel de los vecindarios urbanos más distintivos del mundo en este momento”.
Sin embargo, ya no figuró más en listas posteriores y fue la colonia San Rafael, de la CDMX, el vecindario mexicano más reciente en aparecer.
Cortesía de El Informador
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