Pasión que se revive


Después de la espectacular fiesta que significó para Guadalajara la Copa del Mundo de 1970, la máxima justa futbolística regresó a territorio tapatío 16 años más tarde. El destino quiso que México volviera a convertirse en epicentro del futbol mundial, pues en 1983 la FIFA se enfrentó a un problema inesperado: Colombia, originalmente designada como sede, renunció a la organización del torneo debido a severas dificultades económicas.

La decisión abrió una competencia interna en la que varios países levantaron la mano con la intención de hacerse cargo del Mundial. La FIFA, presionada por el calendario, debía tomar una resolución rápida, ya que el evento estaba programado para 1986 y los tiempos de preparación eran cortos.

La rotación indicaba que la justa debía celebrarse en América. México, con la experiencia y la infraestructura que había demostrado en 1970, se convirtió en una opción natural. Compitió contra Estados Unidos y Canadá, que ofrecían un respaldo económico considerable. Sin embargo, la memoria del mundo futbolístico aún conservaba la impecable organización de 1970, con un Estadio Azteca monumental y una afición apasionada que había dejado huella. Esa fue la clave para que la FIFA, encabezada entonces por João Havelange, decidiera otorgar nuevamente la sede a México.

Así, nuestro país se convirtió en el primero en la historia en organizar dos Copas del Mundo, un logro que reafirmó su prestigio internacional como anfitrión. El torneo se disputó del 31 de mayo al 29 de junio de 1986, en medio de un ambiente de fiesta popular y gran expectación.

La actividad en la ciudad

En tierras jaliscienses se disputaron nueve partidos, seis en el Estadio Jalisco y tres más en el Tres de Marzo. El sorteo determinó que equipos como Alemania Federal, Argelia, Brasil, España, Francia, Irlanda del Norte, Marruecos, Polonia y Portugal tuvieran acción en la región.

El Grupo D, conformado por Brasil, España, Irlanda del Norte y Argelia, tuvo gran protagonismo en Guadalajara y Zapopan, con cinco de sus juegos disputados ahí. El 1 de junio, en el Coloso de la Calzada Independencia, Brasil derrotó 1-0 a España con anotación de Sócrates. Ese encuentro marcó el inicio de la comunión entre la afición tapatía y la verdeamarela, que encontró en Guadalajara una segunda casa.

El 3 de junio se escribió la primera página del Estadio Tres de Marzo en la historia de los mundiales, con el empate 1-1 entre Argelia e Irlanda del Norte. Djamel Zidane y Norman Whiteside fueron los autores de los goles en una tarde histórica para Zapopan.

Sorpresas en la justa

El 6 de junio, Brasil venció 1-0 a Argelia en el Jalisco, aunque el público se marchó con un sabor agridulce por la falta de intensidad del “Scratch du Oro”. Un día después, España logró su primera victoria al derrotar 2-1 a Irlanda del Norte en el Tres de Marzo, con Emilio Butragueño como protagonista.

El 11 de junio, Zapopan vivió una jornada para la historia: Marruecos superó 3-1 a Portugal y se convirtió en el primer equipo africano en clasificar a Octavos de Final. Abderrazak Khairi, con dos goles, y Abdelkrim Merry, con otro, escribieron una página dorada en la historia del futbol africano.

El 12 de junio, Brasil goleó 3-0 a Irlanda del Norte con dos tantos de Careca y un gol inolvidable de Josimar, quien clavó el balón en el ángulo del Jalisco, provocando la ovación generalizada de la afición.

Las 10 sedes

La organización designó diez sedes para el campeonato. Ciudad de México, Toluca, Guadalajara, León y Puebla repitieron respecto al Mundial de 1970. A ellas se sumaron cinco plazas más: Zapopan, con el Estadio Tres de Marzo; Querétaro, con La Corregidora; Irapuato, con el Sergio León Chávez; Monterrey, con los estadios Universitario y Tecnológico; y Ciudad Nezahualcóyotl, con el Estadio Neza 86.

En Guadalajara la fiesta fue doble, pues además del histórico Estadio Jalisco se sumó el Estadio Tres de Marzo. Este inmueble, inaugurado en 1971 como casa de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, fue remodelado para alcanzar la capacidad mínima de 30 mil 015 espectadores exigida por la FIFA. Con apenas 15 años de vida, se convirtió en un símbolo del crecimiento deportivo de Zapopan.

El “Partido del Siglo” se jugó en Guadalajara

Tras cerrar la Fase de Grupos, el 16 de junio el Estadio Jalisco fue escenario de los Octavos de Final en los que Brasil aplastó 4-0 a Polonia. Sócrates, Josimar, Edinho y Careca se encargaron de encender la fiesta en Guadalajara, que se tiñó de verde y amarillo.

Cinco días más tarde, el 21 de junio, se disputó uno de los encuentros más célebres de los mundiales: el “Partido del Siglo” entre Brasil y Francia, en el Estadio Jalisco. Careca adelantó a los sudamericanos, Michel Platini empató y el partido se definió en penales. La tensión fue máxima y, para sorpresa del mundo, Sócrates y Júlio César fallaron sus ejecuciones, permitiendo a Francia avanzar. El Jalisco, que había vibrado con cada jugada, terminó en un silencio sepulcral tras la eliminación del favorito.

Figuras presentes

El Mundial de 1986 recibió a 24 selecciones nacionales, ocho más que las vistas en 1970. México clasificó automáticamente como anfitrión, acompañado por las potencias de la UEFA: Alemania Federal, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Escocia, España, Francia, Hungría, Inglaterra, Irlanda del Norte, Italia, Polonia, Portugal y la Unión Soviética. Desde Sudamérica llegaron Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Concacaf estuvo representada por Canadá; África por Argelia y Marruecos; y Asia por Irak y Corea del Sur.

La lista de estrellas fue extensa y memorable. En México brillaron Diego Armando Maradona, quien se consolidó como figura histórica con Argentina; los brasileños Careca, Zico y Sócrates (foto); Michel Platini con Francia; Gary Lineker con Inglaterra; Emilio Butragueño con España; Jean-Marie Pfaff con Bélgica; Enzo Francescoli con Uruguay; y los alemanes Karl-Heinz Rummenigge y Lothar Matthäus, entre otros.

La despedida del Jalisco

El 25 de junio de 1986, el Estadio Jalisco albergó su último encuentro mundialista: la semifinal entre Alemania Federal y Francia. Con goles de Andreas Brehme y Rudolf Völler, los germanos vencieron 2-0 y aseguraron su lugar en la final de la Copa del Mundo. Fue la despedida de un escenario que había visto gestas memorables en 1970 y que, en 1986, volvió a ser protagonista de partidos inolvidables.

Para Guadalajara, aquella justa fue más que futbol: significó una reafirmación de su identidad como ciudad mundialista y la consolidación de su lugar en la historia del balompié internacional.

CT

Cortesía de El Informador



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