La parálisis política en Estados Unidos agita los mercados globales

La falta de acuerdos entre republicanos y demócratas en el Congreso de Estados Unidos sobre el presupuesto federal derivó en un cierre de actividad del gobierno desde el 1 de octubre, hecho que si bien se consideraba posible sigue generando incertidumbre por la estabilidad institucional de la mayor economía del mundo, reflejándose en la demanda de activos de refugio como el oro.

El debate en el Congreso estadunidense para autorizar el presupuesto federal se centra especialmente en temas de salud, migración y recortes a programas sociales. Los demócratas exigían la renovación de subsidios de salud para inmigrantes indocumentados, subsidios médicos y el tamaño de la administración pública, mientras Trump amenazaba con usar el cierre para reducir el aparato gubernamental y despedir empleados federales considerados “no esenciales”.

Mientras no se logre un consenso, Estados Unidos enfrenta una parálisis institucional con efectos económicos y sociales significativos, como la suspensión de más de 800,000 empleados federales, retraso en la publicación de datos económicos, lo que complica decisiones de política monetaria, mayores riesgos en negociaciones internacionales o acuerdos comerciales y aumento de la volatilidad financiera.

La semana pasada el precio del oro alcanzó nuevos máximos históricos, superando los 3,900 dólares por onza, el Índice VIX (el índice del miedo) se mantuvo alrededor de 17 puntos que refleja volatilidad moderada y tensión en el mercado, mientras el dólar se debilitaba por los efectos negativos del cierre del gobierno sobre la economía, y la correlación de estos confirma que los inversionistas buscan protegerse ante posibles caídas del mercado accionario.

La combinación de una política monetaria más flexible, incertidumbre institucional y volatilidad financiera ha creado el entorno perfecto para que el oro brille como refugio, en el año ha subido 48% y no se descarta que continúe su ascenso si persisten las tensiones políticas y económicas hacia los 4,000 dólares por onza, según estimaciones de J.P. Morgan.

El cierre de gobierno de Estados Unidos limita la capacidad de la Reserva Federal para tomar decisiones, porque no cuenta con información económica y podría estar operando a ciegas y adoptar una postura más cautelosa o conservadora o provocar movimientos inesperados en los mercados financieros.

Aunque la Fed no se cierra durante una paralización del gobierno, su capacidad de acción se ve limitada por la falta de información y el aumento de la incertidumbre y, muy remotamente, podría verse presionada a intervenir para estabilizar los mercados, aunque su mandato no incluye resolver crisis políticas. En ese contexto, sus decisiones se vuelven más complejas y sus efectos más impredecibles, lo cual también podría elevar la volatilidad del mercado financiero.

Riesgos internacionales en el comercio

La suspensión de actividades en la administración estadounidense limita la capacidad de Estados Unidos para negociar, revisar o implementar acuerdos comerciales, como el T-MEC. La falta de personal y recursos en agencias regulatorias puede ralentizar procesos bilaterales, posponer reuniones técnicas y enfriar decisiones de inversión.

Si el congreso estadounidense sigue retrasando la autorización del presupuesto federal la economía nacional se verá afectada en el sector exportador de alimentos y manufacturas principalmente, así como en los trámites consulares y migratorios.

Los productores del sector exportador agroalimentario enfrentarán demoras en aduanas por falta de inspectores estadounidenses, lo cual puede generar pérdidas millonarias por productos perecederos que no cruzan a tiempo.

También se observarán efectos negativos en las cadenas de suministro de la industria manufacturera y automotriz, que dependen de validaciones rápidas en frontera, además de que cualquier retraso puede detener las líneas de producción y afectar contratos internacionales.

Respecto al tema migratorio, los consulados y embajadas de Estados Unidos en México operan con personal reducido, lo que ralentiza los tramites de solicitud y entrega de visas, permisos y procesos migratorios.

Po otro lado, el cierre también puede interrumpir la revisión técnica del acuerdo comercial que tenemos con Estados Unidos, prevista para 2026, afectando temas sensibles como reglas de origen, medio ambiente y derechos laborales.

El cierre de gobierno más largo en la historia de Estados Unidos ocurrió entre el 22 de diciembre de 2018 y el 25 de enero de 2019, y duró 35 días, esperemos que en esta ocasión sea menor y sus efectos reducidos, sin embargo, mientras persista la volatilidad lo mejor será mantener coberturas financieras.

Cortesía de El Economista



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