
El Consejo Ejecutivo de la Unesco designó este lunes al egiptólogo Khaled el Enany como su próximo director general, al frente de una institución sacudida por la marcha anunciada de Estados Unidos.
El nuevo director, de nacionalidad egipcia, sucederá a la francesa Audrey Azoulay, si la conferencia general de esta organización de la ONU ratifica su elección durante su reunión prevista el 6 de noviembre en la ciudad uzbeka de Samarcanda.
La conferencia suele confirmarla. El Enany consiguió además 55 votos frente a los dos de su rival, el economista congoleño Firmin Edouard Matoko, indicó la jefa del Consejo Ejecutivo, Vera el Khoury Lacoeuilhe.
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Este egiptólogo y exministro de Turismo y Antigüedades (2016-2022) se encamina así a convertirse el 14 de noviembre en el primer director general oriundo de un país árabe y el segundo africano tras el senegalés Amadou Mahtar Mbow (1974-1987).
“Deseo lo mejor al Dr. El Enany para cumplir con su noble misión” al frente de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, reaccionó el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, en un comunicado.
Ante el Consejo Ejecutivo reunido en París, el candidato propuesto prometió este lunes trabajar “mano a mano con todos los estados miembros para construir juntos una hoja de ruta para modernizar la Unesco y proyectarla hacia el futuro”.
El Enany avanzó durante su campaña lanzada en 2023 su experiencia “en el terreno” como investigador en Egiptología, director del célebre Museo Egipcio de El Cairo y luego ministro.
Su acción ministerial es generalmente alabada en un período en el que este sector vital de la economía egipcia se vio sacudido por sangrientos atentados reivindicados por el Estado Islámico en 2017 y 2018, y luego por la pandemia.
También supervisó la creación del Museo Nacional de la Civilización Egipcia, que alberga desde 2021 una decena de momias reales, incluida la de Ramsés II.
Su nombre, sin embargo, se asoció en 2020 con daños causados por grandes obras de desarrollo urbano en la necrópolis histórica de El Cairo, “La Ciudad de los Muertos”. La expulsión de habitantes precarios y el traslado de restos de este sitio inscrito como patrimonio mundial de la Unesco generaron fuertes críticas.
Su ministerio aseguró entonces no haber realizado “ninguna destrucción de monumentos”, solo “tumbas contemporáneas”.
“Despolitizar el debate”
Este hombre de 54 años deberá asumir las riendas de una organización, acusada en los últimos meses de estar politizada.
Después de Israel en 2017, Nicaragua anunció este año su retirada tras la concesión de un premio a un periódico opositor, al igual que Estados Unidos por supuestamente tener un sesgo antiisraelí y promover “causas sociales y culturales divisivas”.
La salida de ambos será efectiva a finales de 2026. Pero la marcha de Estados Unidos supone un duro golpe a sus finanzas, máxime cuando proporciona el 8% de su presupuesto total, y a su prestigio.
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El Enany prometió trabajar para que Estados Unidos regrese, algo que Azoulay, al frente desde 2017, logró en 2023, seis años después de que Donald Trump lo retirara.
“Quiero tratar de despolitizar el debate dentro de la Unesco. Sobre un niño privado de educación, no quiero saber su nacionalidad”, explicó recientemente a AFP.
Ante la prensa, también mencionó el papel “enorme” que podría desempeñar la Unesco en zonas de conflicto, “tanto en Gaza como en Ucrania o Haití”, ya sea respecto a “la destrucción del sistema escolar”, “periodistas asesinados” o “sitios culturales que desaparecen”.
“Pero para ser eficaz, se necesita dinero, presupuestos”, recordó. En este sentido, sus objetivos pasan por atraer más contribuciones voluntarias de los gobiernos o aumentar los recursos del sector privado como empresas y fundaciones.
Cortesía de El Economista
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