
El cierre de gobierno de Estados Unidos (EU) podría costar a la economía de país alrededor de 15,000 millones de dólares a la semana, advirtió Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de EU.
En una entrevista para el programa Squawk Box de CNBC, Hassett especificó que sus colegas del Consejo le entregaron un informe en el que señala que el costo sería el equivalente a una décima parte del PIB.
Por su parte, la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó, antes del 1 de octubre, que un cierre de gobierno provocaría que se dejen de pagar diariamente 400 millones de dólares en compensaciones a empleados federales.
La parálisis presupuestaria entró ayer en su segunda semana, sin un final cercano a la vista, mientras la Casa Blanca volvió a amenazar con despedir a funcionarios públicos si la oposición demócrata no cede.
Sin embargo, la Casa Blanca se retractó ayer de la afirmación del presidente, Donald Trump, de que ya se estaba despidiendo a empleados públicos, pero advirtió que podrían perderse puestos de trabajo.
El Senado, controlado por los republicanos, rechazó por quinta vez las medidas para financiar las agencias federales, al no obtener el apoyo suficiente ni la propuesta republicana de financiar las operaciones hasta el 21 de noviembre ni la versión demócrata, que también ampliaría los subsidios sanitarios que expiran a finales de año.
Trump dijo a los periodistas en la Casa Blanca que estaría dispuesto a llegar a un acuerdo sobre los subsidios, que ayudan a 24 millones de personas a adquirir un seguro médico a través de la Ley de Asistencia Asequible, una ley a la que los republicanos se han opuesto con vehemencia durante años. Mantener los subsidios que están a punto de expirar ha sido la principal demanda de los demócratas y la razón principal por la que han votado en contra del plan republicano.
Pero en el sexto día del cierre, el Presidente republicano y el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo sobre si ambas partes estaban negociando, ya que Trump afirmaba que había negociaciones en curso y Schumer decía que no.
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, no estaba en sesión, y su presidente, Mike Johnson, dijo que no tenía planes de reabrirla hasta que se financiara el Gobierno.
El enfrentamiento ha congelado alrededor de 1.7 billones de dólares en fondos para las operaciones de las agencias, aproximadamente una cuarta parte del gasto federal anual. Gran parte del resto se destina a programas de salud y jubilación y al pago de intereses de la creciente deuda de 37.88 billones de dólares.
Durante la primera semana del cierre, la administración Trump ha recortado algunos fondos federales a ciudades y estados gobernados por los demócratas y ha seguido agitando el fantasma de los despidos masivos, aunque no parece que se vaya a producir ninguno.
Trump dijo el domingo por la noche que los despidos se estaban produciendo “en este momento”, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo ayer que se refería a los que habían sido suspendidos desde que el Congreso permitió que expirara el financiamiento del 1 de octubre.
Cortesía de El Economista
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