
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, parece haberle caído en gracia al presidente estadounidense, Donald Trump. No es algo menor, dado que ambos lideran países vecinos que mantienen un incómodo pulso comercial tras los aranceles del 35% impuestos por Trump el pasado verano sobre una amplía categoría de productos canadienses. Carney ha visitado este martes la Casa Blanca. Es la segunda vez desde que ganó las elecciones el pasado abril.
Lo ha hecho con algunos deberes pendientes: su país es el único del G-7 que aún no ha alcanzado un acuerdo arancelario con Estados Unidos. Y aunque Carney no regresa a Ottawa con un pacto bajo el brazo, el antiguo banquero central puede dar por superada con éxito la visita a Washington tras la favorable acogida de Trump y su optimismo para llegar a un acuerdo. “Hemos avanzado mucho en los últimos meses, en términos de esa relación”, ha señalado el presidente estadounidense. “Creo que se marcharán muy contentos”, ha añadido.
Durante la comparecencia conjunta en el Despacho Oval para analizar el avance de las negociaciones, Trump se ha mostrado complaciente y elogioso con su homólogo canadiense. “Es un buen hombre, pero puede ser muy desagradable. Es un líder de talla mundial. Es un buen hombre, hace un gran trabajo y es un negociador tenaz”, ha dicho Trump mostrando cierta complicidad con Carney.
“Si es un gran hombre y quiere lograr un acuerdo con Canadá, ¿por qué no lo hace?“, le ha preguntado un periodista a Trump. “Porque yo también quiero ser un gran hombre”, ha respondido ufano el presidente estadounidense.
Trump, que ha llevado la voz cantante durante la intervención conjunta, ha explicado que ambos países están ultimando los detalles para alcanzar un acuerdo que resuelva el conflicto comercial. Los dos países se intercambian bienes y servicios por valor de 900.000 millones de dólares al año, según cálculos de Bloomberg.
“Como saben, tenemos un conflicto natural. También nos tenemos un amor mutuo. Nos queremos mucho. El problema que tenemos es que ellos quieren una empresa automovilística y Estados Unidos quiere una empresa automovilística, y ellos quieren acero, y nosotros queremos acero. Por eso competimos”, ha explicado gráficamente el millonario estadounidense.
“Estado 51″
El encuentro entre ambos líderes se ha producido en un clima de aparente cordialidad, pese a que Trump haya vuelto a airear la idea de que Canadá se convierta en el Estado 51 de Estados Unidos, una idea que ya deslizó durante el anterior encuentro. “Hay sitios que simplemente no están en venta… [Canadá] no está en venta, y no lo va a estar jamás”, dijo Carney en la anterior cita celebrada en Washington.
Los aranceles estadounidenses están afectando a la industria canadiense desde que el pasado 1 de agosto Trump decidiera elevar los gravámenes hasta el 35% sobre el acero, el aluminio, los coches y la madera importada de Canadá bajo el argumento de que ese país facilita la llegada de inmigrantes ilegales y fentanilo a Estados Unidos.
La guerra comercial ha provocado que algunas empresas hayan congelado inversiones y se hayan destruido miles de puestos de trabajo. General Motors ha anunciado que planea despedir a 2.000 trabajadores de una fábrica de camionetas en Oshawa, en la provincia de Ontario. Muy cerca de allí, en Brampton, el grupo automovilístico Stellantis ha suspendido las inversiones para electrificar la fábrica donde se fabrica un nuevo modelo de Jeep, dejando la planta inactiva. La situación ha afectado a la economía canadiense, que se contrajo durante el segundo trimestre.
Competencia
Trump ha explicado que resolver el conflicto comercial con otros países que están más lejos es más fácil. “Se puede competir, pero a nosotros no nos gusta competir, porque cuando competimos nos hacemos daño mutuamente. Por eso tenemos un conflicto natural”, ha subrayado. “Hemos avanzado mucho en los últimos meses, en lo que respecta a esa relación comercial”.
El primer ministro canadiense también se ha mostrado complaciente con su anfitrión, al que ha calificado como un hombre “transformador”. Carney ha destacado la dimensión de los lazos económicos y comerciales entre ambos países. “Hay áreas en las que competimos y es en esas áreas donde tenemos que llegar a un acuerdo que funcione”, ha dicho. “Pero hay más áreas en las que somos más fuertes juntos, y en eso es en lo que nos centramos. Vamos a conseguir el acuerdo adecuado”, ha apostillado.
Trump también ha abierto la puerta a negociar acuerdos comerciales bilaterales con Canadá y México en lugar del pacto tripartido del TMEC. “Podríamos renegociarlo y eso sería bueno, o podríamos llegar a acuerdos diferentes”, ha dicho el presidente de EE UU. “Podemos llegar a acuerdos diferentes si queremos. Quiero lograr el mejor acuerdo para este país y también teniendo muy presente a Canadá”, ha añadido.
Cortesía de El País
Dejanos un comentario: