Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) han revelado que el Covid persistente deja una huella inmunitaria distinta, un hallazgo que podría abrir la puerta a nuevos tratamientos personalizados y estrategias vacunales novedosas.
El estudio, publicado en ‘Frontiers in Immunology’, apunta que las personas con Covid persistente generan menos anticuerpos frente a la proteína ‘Spike’ completa del virus, pero mantienen mejor la respuesta contra la región RBD, clave para la entrada del virus en las células.
El equipo investigador analizó a 30 personas sin secuelas y 104 pacientes con Covid persistente, para lo que contó con la asociación de pacientes AMACOP, e identificó varios factores de riesgo asociados a la aparición del síndrome post-Covid, esto es, cuando los síntomas persisten más de tres meses tras la infección.
Entre ellos, destaca que haber sufrido la infección antes de la vacunación aumenta el riesgo en un 72 por ciento, lo que confirma el efecto protector de las vacunas. También se observó mayor riesgo en quienes presentaron fiebre o neumonía durante la infección inicial.
Resultados sobre la respuesta inmunitaria
A partir del análisis detallado de las subclases de inmunoglobulinas (IgG1, IgG2, IgG3, IgG4) producidas frente a la proteína ‘Spike’ completa y frente a su región RBD (dominio de unión al receptor), los resultados muestran que los pacientes con Covid persistente desarrollan una respuesta reducida frente a la ‘Spike’ completa, pero preservan mejor la respuesta anti-RBD.
Según han explicado los autores del estudio, este perfil más focalizado podría estar relacionado con fenómenos como la formación de microtrombos, señalados en otros estudios. Además, los pacientes vacunados con tres dosis mostraron un aumento de anticuerpos IgG contra la nucleocápside (N) tras una reinfección, mientras que la producción de anticuerpos anti-Spike no aumentó, y se observó una mayor proporción de IgG4 anti-RBD.
Hacia tratamientos y vacunas personalizados
Los niveles de anticuerpos anti-N, así como las subclases de IgG anti-Spike y anti-RBD pueden servir para estratificar pacientes y orientar nuevos tratamientos. De esta forma, los pacientes con niveles elevados de IgG anti-N podrían beneficiarse de terapias antivirales para eliminar posibles reservorios virales.
Por su parte, los pacientes con baja respuesta anti-Spike podrían responder mejor a tratamientos con inmunoglobulinas. Además, sería necesario explorar nuevos enfoques de vacunación, incluyendo proteínas virales distintas a ‘Spike’ o plataformas alternativas.
Los investigadores han recordado que al menos un seis por ciento de los adultos y entre el uno y el cuatro por ciento de los niños desarrollan Covid persistente. Esta condición incluye síntomas como la pérdida del olfato o gusto, afonía, niebla mental, fatiga, dolor de cabeza, trastornos del sueño, dolor articular o el síndrome postural ortostático con taquicardia, todos ellos de forma prolongada en el tiempo.
Instituciones participantes y financiación
El estudio ha sido llevado a cabo por el departamento de Inmunología de la Facultad de Medicina y el departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, así como por las áreas de Inmunología y Microbiología del Departamento de Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, en colaboración con el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC). La investigación ha sido financiada en el marco del proyecto ANTICIPA-CM REACT-UCM.
Cortesía de El Periodico
Dejanos un comentario: