“Queremos relaciones comerciales justas, no acuerdos que beneficien a las corporaciones extranjeras a costa de los trabajadores estadounidenses”. Así se refirió Donald Trump al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), a meses de que inicie su revisión.
Tal y como lo adelantó esta redacción en enero pasado, Trump declaró que su gobierno “no descarta” una inspección tan profunda de las cláusulas que está sobre la mesa la firma de nuevos acuerdos independientes con cada socio comercial, pues el T-MEC “ha dejado de ser justo”.
Como informó LPO meses atrás, desde el arranque de la nueva administración el equipo del canciller Juan Ramón de la Fuente manejó la versión de que los negociadores de la Casa Blanca buscarán que la revisión del T-MEC concluya con dos tratados individualizados.
En ese momento, la hostilidad de Trump contra Canadá aumentó no sólo por su enemistad con Justin Trudeau -quien terminó dimitiendo como primer ministro-, además por el déficit comercial de EU con Canadá. “Pueden convertirse en un estado [de EU], pero Canadá ha sido muy difícil de tratar a lo largo de los años y no es justo”, se quejó el norteamericano.
La diferencia de las negociaciones actuales a las condiciones de enero pasado, cuando Donald Trump participó en el Foro Económico Mundial en Davos, es que ahora la Casa Blanca recuperó el poder económico y la influencia geopolítica perdida, con la estrategia de imposición unilateral de aranceles. Está en una mejor posición para imponer sus términos.
Marcelo Ebrard anunció el inicio de las consultas públicas para la revisión del T-MEC
Funcionó el trato diferenciado que Trump dio a Canadá y México, país que aceptó sin chistar la restitución del programa “Quédate en México” (en los hechos un tercer país seguro), y ahora, a la vuelta de los meses, el republicano sugirió que el nuevo primer ministro, Mark Carney, podría inclinarse por una negociación unilateral en lugar de renovar el T-MEC.
Apenas hace tres semanas, Mark Carney visitó México y se encontró con Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional donde hablaron de “temas comerciales, migratorios y de inversiones”. Esta mañana la presidenta mexicana fue cuestionada sobre las negociaciones del T-MEC, del cual dijo que ya “es ley” en los tres países.
Por lo que “si quisiera cambiarse, tendría que hacerse una revisión muy profunda”, añadió. La negociación del acuerdo comercial de Norteamérica está prevista para julio de 2026. “También puede ser que en el proceso de revisión del TMEC haya reuniones bilaterales, no todas sean trilaterales, porque hay algunas cosas importantes entre México y Estados Unidos, entre Estados Unidos y Canadá, y Canadá y México. Es decir, no necesariamente todas tienen que ser trilaterales”, insistió.
Cortesía de La Política Online
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