Trump amenaza a Rusia con ceder a Kiev sus temidos misiles Tomahawk

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere mantener e incluso extender su particular impulso pacificador con el que regresó a la Casa Blanca el pasado enero. Durante el vuelo rumbo a Israel y Egipto para participar en la ceremonia con la que se pretende amarrar el plan para acabar con la guerra en Gaza, el líder republicano ha recordado que el siguiente hito en esa senda pretende que sea el de poner fin a la guerra en Ucrania. Como parte de ese plan, Trump ha sugerido que podría decirle al presidente ruso, Vladímir Putin, que permitirá el envío a Kiev de misiles Tomahawk si la guerra de Ucrania no termina.

“[A Ucrania] le gustaría tener Tomahawk. Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles Tomahawk dirigiéndose hacia ellos? No lo creo“, dijo a los periodistas desde el avión presidencial.

Al igual que en Oriente Próximo —donde este verano bombardeó Irán—, el lenguaje de las armas es fundamental para que Trump imponga su criterio. Por eso, este lunes ha vuelto a poner sobre la mesa la amenaza a Putin de entregar a Kiev los temidos misiles Tomahawk. Es algo que Estados Unidos, a petición del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ya hizo por vez primera a finales de septiembre durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no ha querido comentar la amenaza de Trump, aunque sí ha recordado que el empleo de ese tipo de armamento, de hasta 2.500 kilómetros de alcance, requeriría la participación de tropas estadounidenses, según Reuters. Previamente, el expresidente Dmitri Medvédev había advertido de que el suministro de los Tomahawk, con capacidad para llevar ojivas nucleares, podría tener consecuencias nefastas para todos. En especial, para Trump.

El anuncio del republicano coinciden con la visita a Kiev de la alta representante para Política Exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, donde ha anunciado los primeros 10 millones de euros para dotar de fondos al tribunal especial que debe juzgar la invasión rusa de Ucrania y “garantizar que los responsables de los crímenes de agresión no escapen a la justicia”.

Según Kallas, los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania son “evidentes”. “Los crímenes impunes solo alientan nuevas atrocidades”, ha añadido la jefa de la diplomacia europea, que llega a Ucrania en un momento en el que el Gobierno de Zelenski reclama más ayuda financiera y militar, así como apoyo para contener los ataques contra el sector energético que Moscú está llevando a cabo a las puertas de los meses más fríos del año. De forma paralela, el ejército local ha intensificado desde el mes de agosto sus ataques sobre refinerías e instalaciones energéticas en territorio ruso o en las zonas ocupadas.

La UE es consciente de que Moscú ha intensificado sus ataques contra civiles y la infraestructura energética, ha recordado la jefa de la diplomacia europea durante una intervención en la sede del Ministerio de Exteriores en la que ha estado acompañada por su homólogo ucranio, Andrii Sybiha. En este sentido, Kallas ha anunciado la movilización de 800 millones de euros para hacer frente a esa ofensiva que sigue una estrategia rusa desplegada ya en inviernos anteriores desde que lanzó la gran invasión en febrero de 2022.

La alta representante de los Veintisiete ha informado, además, del envío de otros 100 millones de euros destinados a generadores, refugios y equipamiento invernal. Además, ha puesto sobre la mesa 2.000 millones para drones, el armamento que en los últimos meses más protagonismo ha ganado en la contienda. Otros seis millones van a ir destinados a hacer frente a la deportación forzosa de menores ucranios que llevan a cabo las autoridades rusas y para víctimas de violencia sexual. Al mismo tiempo, ha insistido en que están tratando de que sea Rusia, gracias a sus activos congelados, y no Bruselas quien soporte el principal peso financiero de la guerra.

Lograr que callen las armas, como aspira Trump, supone algo muy distinto a poner fin a la invasión rusa de Ucrania, pues las autoridades de Moscú detentan el poder en aproximadamente el 20% del territorio de su país vecino desde que sus tropas empezaron a avanzar en 2014 la península de Crimea y en la región oriental del Donbás, integrada por Lugansk y Donetsk. Eso, por no hablar de poner en marcha mecanismos en la Justicia internacional para depurar responsabilidades por los crímenes que se están cometiendo. Al igual que en el caso de Israel y Hamás, no es algo que vaya a tener lugar en el corto plazo. En todo caso, Bruselas desea impulsar ese proceso, de ahí el anuncio de esos diez primeros millones.

Durante meses, Trump ha permanecido alineado con Putin, que ha llegado incluso a lamentar que el estadounidense no haya recibido el Nobel de la Paz. Pero, de manera repentina, como sucede con los frecuentes cambios de criterios del presidente estadounidense, este anunció a través de su red social, Truth, que Kiev sí podría recuperar todo ese territorio invadido por Moscú. Lo hizo casi a la vez que el anuncio de los misiles Tomahawk.

Kallas ha recordado en Kiev esas palabras de Trump al tiempo que subrayaba que, con el apoyo de la UE y la OTAN, la ofensiva rusa durante el verano ha sido un fracaso, pues “sus escasos avances territoriales han venido acompañados de un alto número de víctimas y un alto coste”.

Cortesía de El País



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