La Cultura de la Paz, El Camino Correcto

“Sin comentarios.” Claudia Sheinbaum

a) ¿Nuestra mandataria actúa como estadista?

• Se considera estadista a aquella persona con formación y experiencia en los asuntos del Estado, versada en los principios y el arte de gobernar, que actúa por encima de las divisiones partidistas con el propósito de alcanzar el bien común.

• Su deber primordial es conocer la Constitución y aplicarla con integridad. A diferencia del político convencional, centrado en el triunfo electoral inmediato, el estadista ejerce su mandato pensando en las generaciones futuras.

• No se limita a resolver los problemas coyunturales, sino que proyecta el porvenir de la nación, diseñando estrategias y políticas que garanticen su desarrollo sostenible a largo plazo. Posee un conocimiento profundo de la historia, la cultura, las necesidades y las aspiraciones de su pueblo, lo que le permite tomar decisiones informadas y justas.

• No sólo dirige: inspira. Su liderazgo se fundamenta en la capacidad de persuadir, motivar y unir a la sociedad en torno a un proyecto común. Sus pilares son la honestidad, la transparencia y el compromiso con valores éticos sólidos, lo que le permite ganarse la confianza y el respeto de la ciudadanía.

• Lejos de polarizar o favorecer una corriente política, el estadista dialoga, negocia y construye consensos, incluso en contextos de conflicto, siempre orientado al bien común. Promueve la aplicación imparcial de la ley, combate la corrupción y rechaza la impunidad.

b) ¿Vamos por el camino correcto?

• Al asumir la Presidencia de la República en México, se jura guardar y hacer guardar la Constitución Política y las leyes que de ella emanan. “Guardar” implica cuidar, proteger, defender y conservar. Por ello, promover reformas constitucionales o legales que distorsionan el marco jurídico para restringir libertades y derechos individuales contradice ese juramento.

• La redacción, promoción y aprobación de leyes, así como su revisión constitucional de fondo, deben apegarse al artículo 1º de la Constitución, que establece: “Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos…”. Cualquier acción orientada a reducir los derechos ciudadanos va en sentido contrario.

• Las reformas constitucionales y legales ya aprobadas por el Legislativo han eliminado o debilitado diversas instituciones y derechos fundamentales, lo que plantea serias dudas sobre el rumbo institucional del país.

c) ¿Presidenta de todos los mexicanos?

• La transformación del marco jurídico mexicano, mencionada en el apartado anterior, afectará a todos los ciudadanos. Sin embargo, persisten dudas fundadas sobre la aplicación equitativa de la ley, especialmente cuando se observa un trato diferenciado entre personajes oficialistas -amparados por el manto de la impunidad- y críticos u opositores al régimen.

• La visita de la mandataria a las zonas afectadas por fenómenos naturales ocurridos el fin de semana ha sido un acierto. Su presencia representa una esperanza de atención para los damnificados. No obstante, como ocurrió con el huracán Otis en Acapulco en 2023, persiste la preocupación de que las autoridades hayan omitido alertas oportunas que pudieron evitar pérdidas humanas.

• Por otro lado, una reforma electoral que redacta una comisión presidencial integrada únicamente por personas del oficialismo designadas por la mandataria y que seguramente será aprobada por la espuria sobrerrepresentación del Congreso de la Unión, constituye una amenaza para la democracia mexicana.

• Las posiciones, declaraciones y ausencia de comentarios de la mandataria ante eventos internacionales debieran ser ajenas a las posiciones partidistas. Su silencio en torno al premio Nobel de la Paz, otorgado a una de las mujeres más notables de la vida política latinoamericana, muestra una inconveniente simpatía partidista por los gobiernos dictatoriales de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

• La auténtica democracia promueve la cultura de la paz y fomenta una participación ciudadana activa, sustentada invariablemente en el pluralismo. Sólo así es posible construir nuevas formas de convivencia basadas en la escucha, el respeto mutuo, la responsabilidad personal y el diálogo como herramienta para el desarrollo colectivo.

* Abogado, negociador y mediador profesional.

X: @Phmergoldd

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Cortesía de El Economista



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