
Berlín. Los servicios de inteligencia alemanes advirtieron ayer que Rusia podría estar dispuesta a involucrarse en un conflicto militar directo con la OTAN, una amenaza que, según sus estimaciones, podría materializarse antes de 2029.
El presidente del Servicio Federal de Inteligencia (BND), Martin Jäger, afirmó ante la comisión parlamentaria de control que el Kremlin busca ampliar su esfera de influencia hacia Occidente con el objetivo de incrementar la dependencia europea de Rusia.
“Para alcanzar este objetivo, Moscú no dudará, si lo considera necesario, en entrar en conflicto militar directo con la OTAN”, advirtió Jäger, quien asumió la dirección del BND el pasado 15 de septiembre.
La advertencia llega tras una serie de incidentes recientes en Europa: en las últimas semanas, Rusia ha violado el espacio aéreo de Polonia con drones y el de Estonia con tres aviones de combate.
“No debemos dormirnos en los laureles pensando que un posible ataque ruso ocurrirá como pronto en 2029. Hoy ya estamos bajo fuego”, agregó Jäger ante los diputados en Berlín, en referencia a evaluaciones previas más optimistas dentro de los servicios secretos.
Alemania también ha sido blanco de operaciones atribuidas a Moscú, como vuelos de drones, sabotajes y campañas de desinformación e influencia.
Por su parte, el presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), Sinan Selen, coincidió en que Rusia “persigue de forma agresiva sus ambiciones políticas contra Alemania, la Unión Europea y sus aliados occidentales”.
“Rusia no ha olvidado la Guerra Fría, lo que significa que los instrumentos utilizados en aquella época siguen estando disponibles”, afirmó.
Aunque los jefes de los servicios secretos alemanes mencionaron otras amenazas, como el extremismo político y religioso, coincidieron en que la ofensiva rusa constituye el principal desafío para la seguridad nacional.
Alemania, junto con Francia y Polonia, ha promovido en los últimos meses una mayor coordinación militar dentro de la OTAN, además de aumentar su presupuesto en defensa por encima del 2% del PIB. También participa activamente en el despliegue de tropas aliadas en Europa del Este para reforzar la disuasión frente a Moscú.
Desde Bruselas, la Alianza Atlántica aseguró que vigila las actividades rusas y que responderá con unidad y determinación ante cualquier agresión contra sus Estados miembros.
El Kremlin, preocupado
El Kremlin dijo que Rusia estaba profundamente preocupada por la posibilidad de que Estados Unidos suministrara misiles Tomahawk a Ucrania, advirtiendo de que la guerra había llegado a un momento dramático con una escalada por parte de todos los bandos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que antes de aceptar proporcionar Tomahawks, querría saber qué planeaba hacer Ucrania con ellos porque no quería escalar la guerra entre Rusia y Ucrania. No obstante, dijo que “más o menos había tomado una decisión” al respecto.
Los misiles Tomahawk tienen un alcance de 2,500 km, lo que significa que Ucrania podría utilizarlos para ataques de largo alcance en el interior de Rusia, incluido Moscú. Algunas variantes retiradas de Tomahawks pueden llevar una cabeza nuclear, según el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos.
“El tema de los Tomahawks es extremadamente preocupante”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a la televisión estatal rusa, en declaraciones publicadas el domingo. “Ahora es realmente un momento muy dramático en términos del hecho de que las tensiones están escalando desde todos los lados”.
Trump recibirá este viernes al presidente de Ucrania.
Cortesía de El Economista
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