Como médico de urgencias que ha trabajado en Gaza y presidente internacional de Médicos Sin Fronteras, considero urgente aumentar de forma drástica el número de evacuaciones médicas de las personas que no pueden recibir la atención que necesitan en la Franja. Estas evacuaciones deben ser parte de un esfuerzo sostenido por mantener el alto el fuego y garantizar un flujo masivo y sin restricciones de ayuda humanitaria.
Los palestinos en Gaza están sufriendo un genocidio. El sistema sanitario está en ruinas. Las fuerzas israelíes atacaron hospitales hasta reducirlos a escombros; mataron, detuvieron y desplazaron por la fuerza a personal médico, y bloquearon sistemáticamente la entrada de suministros a la Franja.
El alto el fuego, por sí solo, no pone fin al sufrimiento extremo. En Gaza se necesitan con urgencia los bienes más básicos para sostener la vida: equipos médicos, medicamentos, alimentos, agua, combustible y refugio adecuado para dos millones de personas, muchas de las cuales regresan a los escombros de sus antiguos hogares y se enfrentan al invierno que se aproxima sin un techo bajo el que cobijarse.
Hoy un paciente con lesiones complejas relacionadas con trauma, o con enfermedades graves y crónicas, como cáncer o insuficiencia renal, se enfrenta a la misma realidad imposible que antes del alto el fuego. Para estos pacientes, la evacuación médica es su única posibilidad de sobrevivir. El alto el fuego y la apertura de nuevos pasos fronterizos ofrecen una oportunidad urgente para salvar vidas mediante un aumento drástico del número de evacuaciones médicas.
En la actualidad, 15.600 personas —una de cada cuatro, niños— están registradas por la Organización Mundial de la Salud para una evacuación médica que les salve la vida desde Gaza. Estos pacientes no pueden esperar a que se reconstruya el sistema sanitario: necesitan atención urgente hoy. Entre julio de 2024 y agosto de 2025, al menos 740 personas, incluidos 137 niños, murieron mientras esperaban. Son muertes evitables, causadas no solo por la destrucción de los hospitales, sino también por la inacción política.
Mientras algunos países -Egipto, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y Jordania- han asumido su parte de responsabilidad, otros no han hecho prácticamente nada. Esta inacción es indefendible. Urge que los gobiernos actúen ahora: manteniendo la presión para que el alto el fuego se sostenga y permitiendo la entrada masiva de ayuda humanitaria; aumentando de forma drástica las evacuaciones médicas y evitando que Israel las bloquee; y priorizando los casos según la urgencia médica y la necesidad clínica.
Es fundamental acelerar los procesos de visado, permitir que los pacientes viajen con sus cuidadores y garantizar condiciones dignas para quienes se encuentran fuera de Gaza. Estas medidas no son gestos políticos: son actos de humanidad.
En este momento de alto el fuego, también seguimos llorando la pérdida de nuestros compañeros. 15 de ellos han sido asesinados, y un cirujano ortopédico de MSF, el doctor Mohammed Obeid, continúa detenido en condiciones muy duras desde octubre de 2024. Según el Ministerio de Salud, 1.722 trabajadores sanitarios han sido asesinados en los últimos dos años. Esta pérdida de capacidades y de dedicación a la comunidad es devastadora.
Actuar con decisión es urgente. Solo así podremos poner fin al ciclo de violencia extrema e implacable arraigada en la ocupación colonial de Palestina por parte de Israel.
*Presidente internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Cortesía de Página 12
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