Margarita Bali tiene 82 años, baila y crea sus espectáculos y usa las tecnologías más actuales

Este jueves 23, viernes 24 y sábado 25 de octubre, siempre a las 20 horas, la coreógrafa y bailarina Margarita Bali presenta en el Centro Borges La margarita, el murciélago y la puerta verde, ya desde el título una obra sumamente singular. Junto con otra intérprete, Luciana Glanc, recrean un mundo a la vez vivo y virtual basado en tres obras de videodanza que Bali había creado durante la pandemia.

El interés de Margarita Bali, que tiene 82 años, por la tecnología al servicio del arte se remonta a 1998, cuando tomó un curso de videodanza con el cineasta Jorge Coscia. Pero ese interés sigue absolutamente presente en sus creaciones, de las que el ejemplo más reciente fue Juego del tiempo, estrenada en 2024 en el Teatro Cervantes y cuyo éxito resonante se prolongó durante 2025.

-¿A qué alude el título de la obra?

-Es una especie de gancho para que el público venga a ver qué significa (se ríe).

-Antes de hablar de la obra en sí misma, ¿podrías referirte a tu relación con la tecnología, tan cambiante en esta época, y que te provoca un interés no tan habitual en gente de tu…

¿Edad? No creo en la edad, creo que es algo que está más bien en la mirada de los otros. Y respecto de esa inclinación mía, yo empecé a editar videos analógicamente gracias a unos cursos que tomé con Rodolfo Hermida. Cuando apareció la posibilidad de editar en una computadora, lo aprendí de un manual. Y me di cuenta de que una vez que incorporaste un sistema, los que vienen a continuación el método ya te resultan conocidos. Ahora, y desde hace diez años, uso el mismo, Premiere Pro.

Margarita Bali, en el Centro Cultural Borges, donde presentará Margarita Bali, en el Centro Cultural Borges, donde presentará “La margarita, el murciélago y la puerta verde”. Foto: Martín Bonetto

Afinar la puntería y una obra “casi 360”

-¿No necesitás programas más nuevos, aunque las demandas, como en “Juego del tiempo” sean más sofisticadas?

-No, lo único que necesito es afinar más la puntería.

-¿Cómo surgió la obra que estás a punto de estrenar?

-Cuando me llamaron para el Ciclo Experimenta, que se hace en esa sala enorme, rodeada de ventanas, del Centro Borges y que se llama Infinita, mi primera pregunta fue qué tenía ese lugar de infinito. Yo estaba acostumbrada al infinito del video, así que ese espacio con sus ventanas y sus dos columnas y que no tiene un verdadero frente, me llevó a pensar todo este entorno como un leit-motiv.

-¿Querés decir que el público no verá la obra desde un único frente?

-El público se ubica en el centro de la sala, pero en realidad no logré un 360 grados completo porque tengo sólo cuatro proyectores, pero sí es un radio muy amplio.

Luciana Glanc y Margarita Bali, en un ensayo de Luciana Glanc y Margarita Bali, en un ensayo de “La margarita, el murciélago y la puerta verde. Foto: Martín Bonetto

-¿En qué consiste la obra?

-Está creada a partir de tres piezas de video danza que hice en esas circunstancias tan difíciles de la pandemia. La primera fue un solo humorístico de tres minutos y en mi casa. Después un segundo video, con una vecina bailarina, algo totalmente fortuito. Y en el tercero sumé más bailarines. La margarita, el murciélago y la puerta verde trata de cómo se hicieron estos videos y hay mucho making off, diálogos con la bailarina -la misma de la pandemia- y mapping.

-¿El making off sería lo que queda afuera después de la edición?

No solamente, también son las conversaciones durante los momentos de descanso. Son cosas que me gustan mucho. Y por otra parte, el proceso de creación es un momento fundamental, muy divertido además, y de relación verdaderamente cercana con la gente que está trabajando con vos. Si no fuera así, con estas condiciones, no haría nunca más una obra. Hay colaboradores que me acompañan desde siempre, Monica Toschi en el vestuario y Gabriel Gendin en la composición musical.

Tecnología en función del espectador

A sus 82 años, Margartia Bali dice que no le importa la edad, que eso está en la mirada de los otros. Foto: Martín BonettoA sus 82 años, Margartia Bali dice que no le importa la edad, que eso está en la mirada de los otros. Foto: Martín Bonetto

-Volviendo a tu relación con la tecnología, ¿siempre es sólo una herramienta para vos?

-Sí. La tecnología por sí misma no me interesa. Es más, te cuento que hace alrededor de veinte años estrené en el Teatro Alvear Ojo al zoom. La obra más complicada que hice, con bailarines en vivo y proyecciones que distorsionaban el tiempo real. Algo muy novedoso en ese momento y también muy complicado. Pero el resultado artístico no me gustó tanto, me preguntaba ¿es realmente buena? Y por otra parte, al espectador no le importa qué recursos se usaron. Lo único que le interesa es lo que ve en escena.

-¿Es un camino que querés seguir transitando? Me refiero a este encuentro entre la escena real y la escena virtual que vimos en “Juego del tiempo”.

-En realidad, la idea de Juego del tiempo fue de Gerardo Litvak y le llevó un tiempo convencerme de que volviera a bailar y de que regresara a filmaciones de obras mías de épocas anteriores, editadas de distintas maneras. Pero fuera de esto, el material de video y de las obras escénicas, para mí no muere, se recicla siempre.

En escena y en pantalla. Margarita Bali, Luciana Glanc y una imagen proyectada sobre el escenario. Foto: Martín BonettoEn escena y en pantalla. Margarita Bali, Luciana Glanc y una imagen proyectada sobre el escenario. Foto: Martín Bonetto

-¿Proyectos futuros?

-Continuar el año próximo con “Juego del tiempo” y la posibilidad de una retrospectiva de mis video instalaciones.

Información

La margarita, el murciélago y la puerta verde pueden verse este jueves 23, viernes 24 y sábado 25 de octubre, a las 20 en el Centro Borges, Viamonte y San Martín. Entrada libre y gratuita.

Cortesía de Clarín



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