En China, lo jóvenes han popularizado una extraña y muy peculiar tendencia. A través de Douyin, el TikTok chino, se pueden encontrar videos de personas que esconden los brazos en su playera, sacan las manos por debajo como si simularan ser un par de patas y emiten ruidos con la boca. Sí, se hacen pasar por pájaros.
Resulta extraño y hasta perturbador en cierto sentido, pero antes de irnos a la yugular, entendamos el contexto de los jóvenes chinos. Más allá de solo sumarse a un trend para ganar popularidad y generar likes, esta es la manera que han encontrado para manifestarse ante un sistema que bien conocemos: el capitalismo.
A grandes rasgos, es su forma de anteponerse a la vida adulta marcada por la incertidumbre y presión social. Bajo la necesidad de escapar de un futuro con escases de empleo y crisis económica, los jóvenes en China optan por comportarse como aves en alusión a la libertad. En resumen: ven en estas criaturas un símbolo de esa necesidad.
Como reportan en The New York Times, el hecho de que los jóvenes chinos actúen como aves no es mero capricho, más bien, es una respuesta a las presiones laborales, estudiantiles o la búsqueda de empleo en medio de una desaceleración en el crecimiento económico. Según declara el medio: “solo quieren un descanso de sus vidas humanas”.
Como explicó Wang Weihan, estudiante de finanzas en Shanghái, la tendencia es la manera de expresar un deseo innato de libertad que cada persona tiene: “los pájaros pueden volar libremente y sin rumbo“. No obstante, también existe la otra cara de la moneda por parte de quienes adoptan este trend como un reflejo de un futuro que ya no existe: son un pájaro enjaulado.
Y de cierta forma, tienen razón. Hoy en día, la economía china no pasa por su mejor momento y al mismo tiempo salen de la universidad millones de graduados año con año. De hecho, existe un término para definir esta filosofía apática entre la juventud cansada del trabajo y las presiones impuestas por sus círculos sociales: el Tang Ping. Su traducción: “tumbado” o “acostado“.

Al adoptar una actitud indiferente a la vida, las nuevas generaciones han alzado la voz al criticar tanto a la sociedad como al gobierno. Un ejemplo de ello son las protestas suscitadas en 2022 cuando exigieron un alto a las duras medidas contra el COVID-19. A ello se le suma la idea de no continuar con el legado de sus padres obreros. En otras palabras: no quieren trabajar en los mismos empleos que sus progenitores.
Si hasta el momento crees que comportarse como ave resulta de lo más extraño entre la generación Z, no es la única forma en que demuestran su descontento. A los ejemplos se suman el hecho de que se presentan a la oficina en pijama o bien, de plano resignarse y desistir de aquellos ideales de un futuro exitoso. Otra forma de decirlo es que abandonan voluntariamente la búsqueda de metas. Su nombre: bai lan.
Una más: compran y andan en sillas de ruedas. ¿Por qué? Por la simple razón de responder a las restricciones del uso de bicicletas eléctricas en las calles del gigante asiático, las cuales supuestamente buscaron limitar el número de ciclistas.
Cortesía de Xataka
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